En la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, una serie de desapariciones misteriosas aterra a la comunidad. A pesar de los esfuerzos de la policía local, las víctimas desaparecen sin dejar rastro. Héctor Ramírez, un detective experimentado, es llamado para investigar. Mientras avanza en su pesquisa, descubre que las desapariciones están conectadas por una serie de pistas inquietantes que parecen ir más allá de lo criminal. Atrapado en un misterio que desafía su comprensión, Héctor se enfrenta a fuerzas que no pueden ser explicadas por la lógica. A medida que el caso avanza, la atmósfera de la ciudad, cargada de historia y superstición, se convierte en un campo de juego para lo sobrenatural.
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18 de Marzo 2024
Bitácora del Inspector Héctor Ramírez
Han sido tres días de vigilancia constante sobre el bar. Mis hombres y yo nos turnamos para observar, aunque la mayoría de los clientes son habituales y no hay nada que nos llame la atención al principio. No obstante, esta tarde, finalmente, lo vimos. El hombre que estamos buscando ha llegado al bar exactamente a las 6:45 p.m., como si supiera que lo estábamos esperando.
El hombre, quien responde al nombre de Ricardo Navarro, tiene alrededor de 52 años, una complexión delgada pero marcada por años de ejercicio, tal como nos lo había descrito Clara. Su cabello canoso y sus ojos oscuros parecen estudiar a su alrededor sin prisa. A pesar de su presencia algo inquietante, no parece ser consciente de la vigilancia que hemos establecido en torno a él. Esto me hace pensar que tiene alguna experiencia con este tipo de situaciones, o simplemente que está demasiado confiado en no ser descubierto.
Decidimos proceder con cautela. Como estábamos en una zona vigilada, nos aseguramos de que Ricardo no tuviera oportunidad de escapar, y al poco tiempo se dirigió a la barra. Durante varias horas no hizo nada más que beber solo. En cuanto la hora se acercaba a las 9 p.m., recibí la orden de acercarme y hacerle unas preguntas.
Nos acercamos a él y le mostramos nuestras credenciales. Al principio, parecía desconcertado, pero luego se mostró cooperativo. Le pregunté directamente si conocía a Mariana Gómez, la joven desaparecida. Con calma, pero algo evasivo, mencionó que sí la conocía. Aunque no me dio una respuesta contundente, algo en su tono cambió, y me dejó una sensación extraña. Su cuartada era la siguiente: él había ido a ver a Mariana el día de su desaparición, porque ella, al parecer, es la novia de su hijo. Según su relato, su hijo, Javier Navarro, se había enterado de que Mariana estaba en problemas, y por ello ella se habría acercado a él buscando apoyo.
Ricardo dijo que Mariana, al encontrarse con él en la plaza, le había explicado que necesitaba hablar con su hijo sobre algo importante y que, al parecer, había quedado claro que él debía llevarla a su casa. Lo que me sorprende es que no tenemos constancia de que Mariana haya estado en contacto con Javier, y la versión de Ricardo no encaja con los testimonios que hemos recolectado hasta ahora. Algo en su historia no suena correcto, pero no puedo señalarlo aún.
(Algo no está bien. Esta cuartada parece demasiado bien estructurada, demasiado conveniente. ¿Será esta su forma de eludir la verdad, o realmente está cubriendo a su hijo?)
La siguiente parte de la investigación será averiguar más sobre su hijo, Javier Navarro, de 24 años. Según lo que nos dijo Ricardo, el joven podría tener información crucial sobre lo que realmente ocurrió el día de la desaparición de Mariana. Además, debemos verificar los antecedentes de Ricardo. Hemos solicitado una búsqueda de registros y antecedentes para determinar si existe alguna conexión previa con situaciones similares. Aparentemente, Ricardo ha vivido en la ciudad por más de diez años, y no tiene antecedentes criminales, pero eso no significa que no haya algo oculto en su pasado.
La esposa de Ricardo, Beatriz Navarro, también será parte de la investigación. Ella ha afirmado que estaba en casa todo el día del 11 de marzo, el día en que Mariana desapareció. Su declaración fue coincidente con la de su marido, pero algo en su actitud me hizo pensar que no estaba siendo completamente sincera. Es posible que sepa más de lo que dice. En los próximos días, planeo hablar con ella directamente.
De momento, la investigación ha tomado un giro inquietante. Ricardo y su familia parecen ser los primeros en ser cuestionados con seriedad, y aunque aún no tenemos pruebas para acusarlos, no puedo dejar de sentir que hay algo más detrás de esta desaparición. Todo me lleva a pensar que hay más de lo que se nos muestra, algo más siniestro oculto en la familia Navarro.