CAMBIARÉ MI VIDA

ya había pasado una semana desde que Lucia y Sasha habían tomado posesión de la presidencia de la agencia de modas, faltaba un día para sus cumpleaños y Eduardo y Raúl decidieron llevarlas al centro comercial, para que compararán lo que quisieran, ellos dijeron que era un adelanto de su regalo de cumpleaños.

Eduardo: bien chicas vamos, se nos hace tarde- decía el al pie de las escaleras esperando que ellas se terminarán de arreglar.

Sasha: ya vamos papá, no nos apures.

Lucia: si tío, no nos estés apurando, tenemos que estar guapas.

Raul: más de lo que ya están, vamos chicas ustedes ya son hermosas- decía este tambien al pie de las escaleras.

Lucia: Pero nunca es suficiente- dice mientras baja las escaleras.

Eduardo: por fin y sasha, baja rápido que se nos hace tarde.

Sasha: ya, ya estoy, que desesperados son- dice bajando las escaleras.

Raul: bien vámonos.

todos salieron de la casa y se subieron al auto, Eduardo iba al volante.

Llegaron al centro comercial, y enseguida Lucia jalo a Sasha a la tienda de ropa mas cercana, Lucia era una loca de las compras, lo que mas le gustaba era comprar ropa y maquillaje, para ella nunca era suficiente y Raúl y eduardo la complacian en todo.

Lucia: mira Sasha este vestido te quedaría genial- dice mientras toma el vestido y se lo pone en la mano- midetelo.

Sasha hace lo que le dice y se lo prueba, y le quedó espectacular.

había alguien observando desde lejos y Sasha lo noto hizo contacto visual con el tipo y se quedó perdida en sus ojos, el tipo también quedó perdido en sus ojos pero luego reaccionó y se fue, Sasha quedó perdida pensando en quien sería el tipo y en ese momento Lucia la saco de sus pensamientos.

Lucia: tierra llamando a Sasha, tierra llamando a Sasha- le decía Lucia mientras agitaba su mano frente a su cara.

Sasha: ya, ya te escuché, dime qué me decías.

Lucia: te decía que el vestido te queda bien y que deberías llevarlo.

Sasha: a si claro.

estás siguieron comprando y entrando a cada tienda que veian, Eduardo y Raúl estaban cansados, Pero solo de ver la cara de felicidad de las chicas se olvidaban del cansancio, ya era hora del almuerzo y se sentaron en un restaurante de comida rápida, los cuatro entraron mientras los guardaespaldas llevaban todas la bolsas a los autos.

Lucia: a ver qué vamos a pedir, ummm🤔, ¡ya se!, quiero una hamburguesa doble y una malteada de chocolate y tú sasha que vas a pedir.

Sasha: yo no tengo, tanta hambre, solo voy a pedir una malteada de caramelo.

Eduardo: segura, hoy no has comido nada- dice el mirandolo a los ojos.

Sasha: si papá estoy segura- dice ella con la mirada algo perdida, estaba pensando en el tipo que vio mientras se probaba la ropa.

Eduardo, Raúl y Lucia se dieron cuenta de esto pero no dijeron nada, ella ya diria que tiene.

un rato después llego la comida, y antes de empezar a comer, se aparecierom dos mujeres y empezaron a armar un drama.

???: Eduardo que haces con estas mujerzuelas- dijo señalando a Lucia y sasha.

???: y tú raul, que haces con ellas- dijo haciendo lo mismo que la otra.

Eduardo: Celia, no te atrevas a insultarlas, además no te debo explicaciones de nada, tu y yo no somos nada.

Celia: como que no, estuvimos juntos- dice ella fingiendo que está apunto de llorar.

Eduardo: hay por favor, solo fue una ves y te advertí que solo sería una aventura de una noche, no es problema mío si te enamoraste, aunque te entiendo, yo soy un hombre tallado por los mismo dioses- este siempre de arrogante, pero no estaba tan equivocado, el era un bombón total.

Raul: se pueden largar estamos ocupados, gracias.

Maritza: como les va interesar más estas mujerzuela que nosotras- dice mientras mira con odio a Sasha y Lucia.

Sasha:ya está bueno no?, dejen de insultar nos que nosotras, no somos ningunas mujerzuelas.

Lucia: además nosotras somos mucho más importantes que ustedes, es más ustedes nisiquera son importantes para ellos, en cambio nosotras, somos las mujeres de sus vidas- dice ella ya un poco enojada.

Maritza: quien te crees- intento darle una cachetada a Lucia, pero Raúl le detuvo la mano.

Raul: no te atrevas a tocar a mi hija- dice el ya enojado.

Celia: tu que- está hizo una expresión de susto.

Lucia: como lo oíste, el señor aquí presente es mi papá, y Eduardo es mi tío, y la señorita aquí a mi lado es mi prima, hija de mi tío Eduardo.

Maritza: no puede ser ustedes nunca nos dijeron que tenían hijas.

Eduardo: nosotros no tenemos por qué hablar de nuestra vida privada, con las zorras del momento.

Estás se fueron y los dejaron hay, si ellos tenían hijas no querían tener nada que ver con ellos, ellas no querían ser madrastras, ellas creían que se casarían con ellos, Pero que equivocadas estaban, para Eduardo y Raúl ellas solo les servían para calentarles la cama.