Anastasia es una joven de 17 años que reside con sus padres, David Blanco y Carmela Cruz, así como con su hermana de 18 años, Ana. A pesar de haber sido criadas en un ambiente similar, la relación entre las hermanas no es del todo armoniosa: Ana es aficionada a las fiestas y suele ser bastante contestona, mientras que Anastasia prefiere dedicar su tiempo a los estudios y no es muy propensa a salir. David, su padre, es el propietario de una de las empresas más destacadas de la ciudad.
Un día, mientras David se encontraba en su oficina, recibió una visita inesperada: Ernesto Contreras.
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capítulo 2. ser propietaria
Al día siguiente, David se despertó muy temprano y se dirigió a la empresa, donde Leo ya tenía todo lo que había solicitado preparado.
Anastasia decidió ir a estudiar. Al llegar a la universidad, lo primero que vio fue a Ernesto, acompañado de sus amigos. Mientras lo observaba, su mejor amiga se acercó y le dijo: ¡Hola, amiga! Estoy aquí. Anastasia se giró y la abrazó. Luego, Camila le comentó: Vamos, amiga, ¿hasta cuándo lo vas a mirar así? ¿Por qué no te atreves a decirle que lo amas?.
Anastasia respondió: ¿Acaso estás loca?.
Camila rió y dijo: ¡Jajaja, no, amiga!.
Anastasia: Vamos a estudiar, y durante el receso te contaré algo.
Camila: De acuerdo, vamos.
Al entrar al salón, Camila saludó a su novio, Juan; ellos estaban en una relación y salían juntos.
Asistieron a la clase y luego salieron al receso. Anastasia se sentó a solas con Camila y le compartió la situación de la empresa del padre de Ernesto, lo que dejó a Camila muy sorprendida.
Al notar la expresión de asombro en el rostro de su amiga, Anastasia le preguntó: ¿Por qué tienes esa cara? ¿Acaso ya lo sabías?
Camila: No, amiga; me sorprende que él venga aquí.
Anastasia expresó: ¿En serio?
¿Acaso he hablado demasiado alto? Quizás me haya escuchado. Amiga, me he metido en problemas.
Camila: Cálmate.
Ernesto pasó junto a sus asientos y siguió su camino. Camila y Anastasia suspiraron.
Camila: No pasó nada, no escuchó nada. Ahora, ¿qué puedo hacer al respecto?
Anastasia: Hablaremos en otro momento, todavía estoy en shock. Podría habernos escuchado.
Camila: Te gusta mucho, amiga. Se te nota en el rostro.
Anastasia: Ya basta, mejor vamos a la siguiente clase.
Camila: Amiga.
Anastasia: Dime.
Camila: He escuchado que Ernesto es muy mujeriego, y lo hemos notado. Quizás lo mejor sería que intentaras sacarlo de tu corazón.
Anastasia: Ojalá pudiera, amiga.
Cada vez que Camila salía con su novio Juan, veía a Ernesto acompañado de chicas. Ella no quería que su amiga sufriera, aunque en realidad no había nada entre ellos.
Al finalizar la clase, Anastasia le dijo a su amiga: ¿Vamos, amiga? y Camila respondió: Juan me ha invitado a salir, pero le diré que te llevemos primero, ¿te parece? Anastasia añadió: No, tranquila, tomaré un taxi. Ve con él.
Se despidieron y Anastasia tomó un taxi. Al llegar a su casa, se dirigió a su habitación para ducharse y cambiarse de ropa. Ana también llegó y se retiró a su habitación para hacer lo mismo antes de salir nuevamente.
Mientras tanto, David se encontraba en la empresa acompañado de su esposa. Ambos eran conscientes de que Ernesto y su esposa eran personas de integridad, aunque Ernesto tuviera la tendencia de relacionarse con otras mujeres.
David fue directo con Ernesto al llegar a un acuerdo; le manifestó de forma clara que había estado investigando y que no le gustaba andar con rodeos.
Asimismo, le consultó a Ernesto si su familia estaba al tanto de la situación, a lo que este respondió afirmativamente, aunque aclaró que no estaban informados sobre las mujeres involucradas. David explicó que ese aspecto no formaba parte de su preocupación y que, para establecer la relación comercial, era necesario conocer a la familia.
Ernesto propuso que David se convirtiera en copropietario del 50% de la empresa, a lo que David accedió, aunque se estipuló que la empresa estaría registrada a nombre de una de sus hijas. Todos los involucrados concordaron y acordaron reunirse el viernes para conocerse mejor.
Ernesto regresó a su hogar con alegría para compartir la noticia con su esposa.
David y Carmela volvieron a casa y conversaron con sus hijas. Ana también estaba llegando y Anastasia bajó a recibirlos.
Al escuchar que David se ofrecía para ayudar a Ernesto, Ana expresó de inmediato su desacuerdo y manifestó que no quería saber más al respecto. Esto dejó claro a David que Anastasia sería la futura propietaria de la empresa. Al recibir la noticia, Ana preguntó con incredulidad: ¿En serio, papá? ¿Entonces yo seré dueña de qué?
David respondió: Ya buscaremos otra opción que te guste, hija.
Ana: Papá, soy joven y me gusta disfrutar de mi dinero, salir y gastar.
Carmela: Querida, para tener dinero es necesario trabajar.
Ana mira a su madre y responde: Para eso están ustedes, todavía soy joven.
David: Te comprendo, nosotros también fuimos jóvenes, pero trabajamos arduamente para alcanzar lo que tenemos. Es importante que comiences a pensar en algo que te apasione, de manera que puedas emprender tu propio negocio en el futuro.
Ana: Está bien, lo pensaré más adelante.
Carmela: Anastasia, ¿estás de acuerdo?
En relación a ser la propietaria de la mitad de la empresa de calzado.
Ana: Estoy segura de que estará de acuerdo, siempre dice que todo está bien, es bastante ingenua.
Carmela: Por favor, respeta a tu hermana. Si tú no estás de acuerdo es una cosa, pero permite que ella exprese su opinión.
Anastasia: Aún estoy en mis estudios; con 17 años, ¿cómo podría trabajar?
David: Seguirás estudiando, hija. No es necesario que trabajes en este momento; habrá alguien que ocupará tu puesto. Cuando llegues a la mayoría de edad y decidas empezar, lo harás sin inconvenientes.
Ana: ¿Trabajar en una empresa de calzado? ¡Qué risa!
Anastasia: De acuerdo, en ese caso, estoy conforme.
Ana se ríe y se dirige a su habitación.
que Anastacia y Ernesto queda llevar esta perdida con todo su duelo sean felices