Luca y Dimitri han estado colaborando durante años, formando un lazo inquebrantable entre las dos mafias. Pero cuando una nueva amenaza surge de una facción rival que podría destruirlos a ambos, se ven obligados a tomar medidas extremas para fortalecer su alianza: un matrimonio entre Luca y Anya. Luca no está interesado en casarse con la "niña malcriada" que siempre le ha causado molestias, pero Dimitri insiste en que es la única manera de unir las familias y evitar el desastre.
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Capítulo 7: Bajo la Superficie
A pesar del éxito inicial con los sicilianos, la tensión en el aire seguía siendo palpable. La amenaza francesa no había desaparecido, y Luca sabía que la batalla que se avecinaba no sería solo una cuestión de territorios, sino de lealtades, traiciones, y sangre.
Luca y Anya trabajaban juntos en una simbiosis peligrosa pero efectiva. Él aún se acostumbraba a tenerla como aliada, mientras ella demostraba una y otra vez que no solo podía mantenerse en pie en su mundo, sino también moldearlo a su favor. Sin embargo, en el fondo de Luca, una duda persistía, una voz que le recordaba que en este juego, nadie era de fiar.
Un día, mientras revisaban los últimos informes sobre los movimientos franceses, una noticia inesperada llegó a los oídos de Luca: un rumor de traición. Alguien cercano a ellos estaba vendiendo información a los franceses. Se decía que la traición no venía de cualquiera, sino de uno de los hombres de Dimitri.
"¿Es posible?" murmuró Luca, mirando a Anya mientras caminaban por los pasillos de su villa. "¿Un hombre de tu hermano traicionándonos?"
Anya se detuvo, su rostro endurecido. "Si es verdad, lo averiguaremos. Mi hermano no es estúpido, pero sus hombres… algunos de ellos podrían ver la oportunidad en aliarse con los franceses."
Luca suspiró, deteniéndose también. "No podemos darnos el lujo de dudar de nuestras propias filas. Si hay una filtración, necesitamos encontrarla rápido."
Anya asintió, ya calculando sus próximos pasos. "Déjame hablar con Dimitri. Si es uno de sus hombres, lo descubriré."
Pero Luca no estaba convencido. Sabía que el mundo de la mafia era un pozo sin fondo de secretos y manipulaciones. Confiar ciegamente, incluso en Anya o en su propio cuñado, podría ser su perdición.
Al día siguiente, Anya viajó a la residencia de su hermano. Dimitri la recibió con los brazos abiertos, pero ella podía ver que la preocupación también comenzaba a afectarle. Habían oído los rumores, y aunque Dimitri no quería admitirlo, había algo que le inquietaba en su propia organización.
"¿Quién podría ser?" preguntó Anya mientras bebían un vaso de vodka en la sala privada de Dimitri.
Él frunció el ceño, mirando el líquido en su vaso como si pudiera encontrar respuestas ahí. "No lo sé. Mis hombres me son leales, pero… siempre hay alguien dispuesto a traicionar si el precio es el correcto."
Anya se acercó, su mirada penetrante. "Necesitamos asegurarnos de que no nos maten desde dentro. Si tienes alguna sospecha, ahora es el momento de actuar."
Dimitri la miró, su expresión endurecida. "Lo haré. Pero recuerda, hermana, en este mundo, confiar en demasiadas personas es el error más grande que puedes cometer."
Anya sonrió con frialdad. "Lo sé. Y por eso, cuando encontremos al traidor, no habrá piedad."
Mientras Anya manejaba los asuntos con su hermano, Luca reunió a sus hombres más cercanos en Nápoles. No quería perder tiempo. Si alguien estaba traicionándolos, debía ser eliminado antes de que causara más daño.
"Quiero que vigilen a todos los cercanos a Dimitri," ordenó Luca a su mano derecha, Franco. "Si hay algo sospechoso, lo quiero saber de inmediato."
Franco asintió. "De acuerdo, capo. Lo haremos discretamente. Nadie sospechará."
Luca no podía permitirse la posibilidad de una traición justo cuando estaban a punto de consolidar la alianza con los sicilianos y los Balcanes. Cada paso que daban en falso significaba más ventaja para los franceses. Y ahora, más que nunca, todo dependía de la capacidad de Luca para mantenerse dos pasos por delante de sus enemigos.
Esa noche, mientras el viento golpeaba las ventanas de la villa, Luca se encontró a solas con sus pensamientos. Sabía que el camino que había elegido era el más difícil. Cada decisión era una apuesta, y con Anya ahora como su esposa y aliada, el peso de sus decisiones era aún mayor. Las líneas entre lo personal y lo profesional se difuminaban cada vez más, y aunque había comenzado a confiar en Anya, no podía evitar preguntarse si, al final, el precio de esa confianza sería su caída.
La puerta del despacho se abrió suavemente, y Anya entró en silencio. "He hablado con Dimitri," dijo sin rodeos. "No está seguro de quién es el traidor, pero está investigando. No tardaremos en saber quién está detrás de esto."
Luca asintió, pero no levantó la mirada. "Es un riesgo, Anya. No podemos seguir esperando a que aparezcan respuestas. Si nos equivocamos, podríamos perderlo todo."
Anya se acercó a él, colocándose a su lado. "Lo sé. Pero si actuamos precipitadamente, también podemos caer en una trampa."
Luca suspiró, pasando una mano por su cabello oscuro. "Estamos en el filo de la navaja."
"Entonces mantengamos el equilibrio," dijo Anya con una calma que, por primera vez, lo tranquilizó. Se miraron en silencio, reconociendo que ambos estaban atrapados en un juego del que no había escapatoria.
Al amanecer, las cosas tomaron un giro inesperado. Franco llegó con una expresión tensa y una noticia que sacudió los cimientos de todo el plan.
"Capo, hemos encontrado al traidor. Es uno de los hombres de Dimitri, pero hay algo más."
Luca lo miró, expectante. "¿Qué es?"
Franco se aclaró la garganta. "Está trabajando no solo para los franceses, sino para alguien más... Un tercer jugador que está entrando en escena."
Luca se levantó de su asiento, el ceño fruncido. "¿Quién?"
Franco vaciló un momento antes de responder: "Los americanos. Están financiando a los franceses y a una facción dentro de los rusos para tomar el control de Nápoles y destruir todo lo que hemos construido."
El silencio en la habitación era aplastante. Luca sabía que estaban a punto de enfrentarse a algo mucho más grande de lo que habían anticipado.
Amor de Madre y fiereza de una Reina. Es una barbaridad./Rose//Rose//Rose/
Guauuuu. Palabras llenas de amor y una pasión a punto de estallar.