Una novela romántica, que relata los infortunios de Sofia, quien reencarnara como Maribel, en una novela romántica que odia. Ella sólo quiere vivir pacíficamente,¿lo logrará?
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Capítulo 8
Capítulo 8
Pasaron los años, crecimos hermosamente, mi hermana con su hermosa cabellera rubia, cuerpo esbelto, ojos celestes y humor tan agrio como el mío, era la envidia de todas las señoritas de bajo estatus como el nuestro.
Por mi parte, era un poco más reservada que mi hermana, pero igual de hermosa y envidiable, Mi cabellera rojiza era un tema común, lo que muchos deseaban era no solo el color, sino también mis bucles, si se los hubiera podido dar, con gusto lo haría, no saben lo que es tratar mi cabello a la mañana, pobre Ester. Ella sigue sirviéndonos fielmente, al final no busqué ningún reemplazo, solo hice que Ester la sirviera a mí hermana, pues yo ya estaba acostumbrada a hacer todo por mí misma, era molesto tener niñera, era la excusa perfecta, mi falta de confianza y la necesidad de una niñera, para Melisa.
Además no hace mucho me enteré, un dato no menor, que en esta época se festeja la mayoría de edad a los veintiún años, esto se debe a que los arreglos matrimoniales son moneda corriente y como había muchas jóvenes que morían después de dar a luz por sus cuerpos en crecimiento, la edad se fue estirando poco a poco, de los quince, paso a los dieciocho y ahora a los veintiuno, en realidad me entere este mismo año, ya estoy por llegar a la mayoría de edad, yo había pensado que había lograr pasar mi fiesta por alto, pero no hace mucho me volví a estresar pensando que allí en esa bendita fiesta estarán los tres protagonistas.
En este preciso momento me encuentro con mi hermana en una fiesta de té, le gusta venir para molestar a las demás damas. Una de las peores es la señorita Claudia Baronet, ella es una señorita de las familias más altas del bajo estatus, el título de su padre es de Conde, su hermano que heredará el condado, es la persona más insoportable de todo el lugar, Bartolomé Baronet.
Siempre aparece en las reuniones y trata de ligar con alguna de nosotras.
Mientras ingresamos a la casa de la señorita Claudia, le susurro a mi hermana
-Espero que el idiota de Bartolomé no este, sino sabes lo que pasará-
-Tranquila hermana, vinimos para distraernos un rato nada más, no golpees al chico-
-solo que no se me acerque, no lo soporto-
Mi hermana ríe por lo bajo, al tiempo que tomamos asiento, una al lado de la otra, al tiempo que saludamos
-Buenas tardes señorita Claudia y a todas las señoritas presentes-
Nos corresponde el saludo y la arpía no se hace esperar
-Señorita Maribel, ya está próxima nuestra mayoría de edad-
Mientras tomo mi taza de té en mis manos, la miro de reojo
-Así es señorita Claudia-
-Usted también ¿Ya encargó el vestido?-
Ahí se viene
-No aun no lo hice, pienso ir a buscar algún vestido más tarde-
-Oh ¿es así? Yo ya encargué el mío con la mejor modista la señora Moniquet, dice que no toma pedidos de cualquiera, solo gente exclusiva, por eso el modelo que tendré será único, solo una genio como ella lo lograría, lástima que no sabía de antemano que era tan descuidada, sino le pedía como favor que le haga un vestido, pero vio que los tiempos son bastantes ajustados-
-No se preocupe por mí hermana, cualquier cosa que se ponga le quedará bien, no necesita un modelo espectacular, sus curvas hacen lucir cualquier vestido, hasta el de un mendigo será una joya en su cuerpo-
Entra a la conversación la señorita Julieta Garban
-Admiro que se tengan tanto cariño, aun no siendo al cien por cien hermanas-
Suspiro
-Señorita Julieta ¿es usted una plebeya?-
-No, claro que no-
-Entonces ¿no sabe los modales básicos? Mi hermana es mi hermana a como dé lugar, además es muy probable que sea la heredera del título de nuestro padre. Debería de tener un poco más de modales, con los temas que trata-
La mujer se sonrojó y bajó la mirada. Mientras Claudia interrumpe
-No discutamos señoritas, hablemos de cosas importantes, yo pienso buscar un prometido genial en esa fiesta. Mínimo un Duque se debe de casar conmigo-
Habla otra señorita del montón
-¿Ya tienes a alguien en mente?-
-Si, al Duque Borní, único hijo del Ducado Borní, su riqueza es tan espectacular, que iguala a la de su familia imperial-
Mi hermana interrumpe
-¿El Duque es pariente de la realeza?-
Claudia comienza a explicar tan emocionada que no lo puedo creer, se emociona así por un hombre que no conoce y no sabe cómo es
-Sí, su padre y el emperador son hermanos, se dice que tienen una buena relación, nunca disputaron el trono, el Duque pidió por sí solo el título y se dedicó a entrenar al ejército imperial, creando poco a poco, su propio ejército. Se dice que incluso el Ducado tiene más poder que el mismísimo emperador-
La miro incrédula
-Señorita Claudia ¿Acaso conoce al Duque y su fama de desalmado? ¿Cómo haría para que le preste atención?-
-Obvio que se fijará en mí, no ves como resalta mi belleza-
La miraba sin entender qué se ve de espectacular, no era una muchacha fea, pero era desagradable al trato, siempre ostentando y creyendo que es más que el resto. Le sonrió finalmente
- Ve por el entonces, luego quiero una invitación a su boda, no nos dejes fuera una vez que te conviertas en Duquesa-