Nada Es Lo Que Parece

El día siguiente amaneció gris y lluvioso, con el cielo cubierto de nubes que parecían presagiar algo siniestro. Clara y Javier decidieron no quedarse en casa todo el día. Tras la inquietante experiencia en el ático, ambos sintieron la necesidad de despejarse y tomar un respiro del opresivo ambiente que parecía envolver la casa.

Se dirigieron al pequeño café del pueblo, un lugar acogedor con paredes de ladrillo y mesas de madera rústica. La calidez del lugar y el aroma a café fresco contrastaban con el ambiente sombrío de la casa. Mientras esperaban sus bebidas, Clara no pudo evitar hablar sobre lo que había descubierto.

"Javier, tengo que contarte algo sobre las cartas que encontré en el ático", comenzó Clara, susurrando para que la conversación no fuera escuchada por otros clientes.

Javier la miró con atención, tomando un sorbo de su café. "¿Qué encontraste?"

Clara le explicó el contenido de la carta sobre el pacto roto y las almas en pena, y cómo sentía que estaba conectada con los eventos actuales en la casa. Javier escuchó en silencio, asintiendo de vez en cuando.

"Lo que me preocupa es que parece que hubo una promesa hecha a alguien importante, y que eso resultó en una serie de eventos desafortunados. Me pregunto si la historia podría estar relacionada con los sucesos recientes", dijo Clara, con una expresión de preocupación en el rostro.

Javier se quedó pensativo. "Es posible. Pero también podría ser que estemos viendo patrones en lugares donde no los hay. A veces, la mente puede encontrar conexiones donde no existen."

Antes de que Clara pudiera responder, un hombre mayor con una gorra de lana y un abrigo raído se acercó a su mesa. Su rostro estaba arrugado y su mirada era penetrante. Clara lo reconoció como uno de los residentes del pueblo que había visto en la librería.

"Disculpen la interrupción", dijo el hombre con voz áspera. "Soy Don Ernesto, el antiguo propietario de la librería. Oí que estaban hablando sobre la casa de la calle Principal."

Clara y Javier se miraron sorprendidos. "Sí, estamos investigando un poco sobre su historia", respondió Javier, intentando sonar amigable.

Don Ernesto se sentó sin ser invitado, como si estuviera acostumbrado a irrumpir en conversaciones. "Hay cosas que deben saberse sobre esa casa. Hay más verdad en las viejas historias de lo que uno podría pensar."

Clara se inclinó hacia adelante, interesada. "¿Qué sabe usted sobre la casa?"

Don Ernesto se tomó un momento para mirar alrededor, asegurándose de que nadie los estuviera escuchando. Luego, con voz baja, comenzó a hablar. "La casa ha tenido una historia oscura durante mucho tiempo. La gente que vivió allí antes de ustedes tuvo una vida llena de tragedias. Las desapariciones que mencionan las leyendas no son solo cuentos. Hay algo en esa casa que parece atraer lo peor en las personas."

Javier frunció el ceño. "¿Está diciendo que las historias sobre la casa son verdaderas?"

Don Ernesto asintió solemnemente. "No todo es verdad, pero hay un núcleo de verdad en esas historias. La gente desaparecía, los eventos inexplicables ocurrían, y siempre había una conexión con la casa. La historia más reciente dice que la última familia que vivió allí hizo un descubrimiento que los llevó a un destino trágico. Nunca se supo exactamente qué fue, pero se rumorea que lo encontraron en el sótano."

El nombre del sótano hizo que el corazón de Clara saltara. Ella y Javier nunca habían explorado esa parte de la casa.

"¿Dónde se encuentra el sótano?", preguntó Clara, intentando mantener la calma.

Don Ernesto la miró con una mezcla de sorpresa y preocupación. "En la casa, la entrada al sótano está oculta. Pero no les aconsejo que busquen allí. A veces, la verdad es mejor dejada en el olvido."

Javier tomó la mano de Clara, apretándola suavemente. "Gracias por la información. Lo pensaremos."

Don Ernesto asintió y se levantó, dejándolos con sus pensamientos. "Recuerden, no todo lo que se oculta en la oscuridad debe ser encontrado."

Mientras se despedían del café, Clara y Javier compartieron una mirada de determinación. La información de Don Ernesto les había dado una nueva dirección, y aunque el riesgo era grande, sabían que debían enfrentar lo que se escondía en el sótano si querían descubrir la verdad detrás de los misterios de la casa.

mensaje del autor

hasta esta parte ya lo tenia escrito en un borrador en mi laptop, a partir de este punto puede que se repitan algunas cosas o que algunos hechos no estén del todo vinculados, pero esto se debe a que paso mucho tiempo desde que estoy retomando esta historia que fue olvidada en mi memoria USB.