Mi Final Feliz

Paula en el tiempo que se quedó en la Baronía organizo una fiesta de té, quería mantener ante la sociedad la imagen de una mujer bien portada, educada y amable, al escuchar como algunas damas lamentaban su situación con el Duque y le daban consejos que podrían ayudarla a concebir un hijo Paula se mostró triste, y comento que quizás el problema era de su esposo, ya que, a pesar de tener una concubina hace un año tampoco han logrado concebir, lo que generó dudas en las damas presentes y rápidamente se esparció el rumor por la capital del Imperio incluso llegando a oídos de Álvaro y Vanesa quienes se molestaron, ahora la gente defendía y adulaba a Paula lamentaban que siendo una buena mujer nunca lograra tener una familia debido a su esposo, y lo enamorada que debía estar para seguir a su lado.

Tras un mes Paula se despidió de su padre y volvió al Ducado, donde las gemelas la esperaban ansiosas, habían vuelto de la academia porque los materiales solicitados nunca llegaron, a penas la vieron bajar del carruaje corrieron a recibirla.

- Dione: Paula estábamos desesperadas.

- Iraide: nuestro hermano no nos atiende, dijo que esperáramos tu llegada para solucionar nuestros asuntos.

- Paula: ¿Qué sucedió?

- Dione: nunca nos llegaron los materiales que utilizaríamos este mes.

- Iraide: ni nuestra mesada.

- Paula: en verdad lo siento, ya no soy la responsable del dinero del Ducado, la concubina Vanesa es quien se encarga de eso.

- Dione: intentamos hablar con ella.

- Iraide: nos dijo que era un gasto elevado para que después nos casáramos y marcháramos del Ducado, no le traeremos un beneficio, por lo que no es necesario gastar en nuestra educación.

- Paula: ella gasta más en sus vestidos y ni siquiera sale de la casa, eso es un gasto innecesario. En cambio, ustedes serán unas mujeres educadas, refinadas y con lo hermosa que son conseguirán un buen matrimonio si lo desean o quizás levantar un negocio en el futuro son muy inteligentes, estoy segura que lo lograran.

- Dione: puedes hablar con Álvaro.

- Paula: mi opinión no es importante para él, pero por ustedes lo intentare. Vamos al despacho de su hermano.

Juntas se dirigieron al despacho de Álvaro, además que le pidieron al mayordomo que llame a la Vanesa, ya que, su presencia es necesaria para evitar la misma discusión en el futuro, Álvaro un poco molesto porque interrumpían su trabajo las recibió, algunos minutos después Vanesa llego, uniéndose a la conversación.

- Paula: gracias por asistir concubina Vanesa, su presencia es de suma importancia, ya que, ha llevado las finanzas del Ducado durante este mes.

- Álvaro: por cierto, menciono que se iría algunos días, no un mes.

- Paula: si tiene alguna queja puede enviársela a mi padre Duque, él estará gusto de escucharlo, podríamos hablar de ese tema después, ahora es importante determinar la educación de Iraide y Dione, me comentaron que este mes no recibieron los materiales solicitados por la academia ni su mesada, podrían explicarnos los motivos para tal decisión.

- Vanesa: es una inversión innecesaria, las señoritas se casarán y no obtendremos un beneficio económico o social por ello.

- Paula: Duque usted opina igual…

- Álvaro: no, mis hermanas deben seguir educándose, pero Vanesa me comentó que ellas ya no deseaban asistir a la academia. No he autorizado que su mesada les sea retirada.

- Paula: Iraide, Dione, su hermano debe escuchar de ustedes, si desean seguir asistiendo o no a la academia…

- Dione: nosotras tuvimos que volver de la academia porque no teníamos los materiales adecuados en nuestras clases, pasamos vergüenza por ello.

- Iraide: queremos seguir asistiendo.

- Vanesa: no traerá ningún beneficio.

- Paula: en eso se equivoca, en la academia, no solo se relacionan con los futuros miembros de la nobleza del Imperio, también asisten de intercambio o por algunas temporadas nobles de otros reinos, eso les permite a las señoritas no solo tener un amplio círculo social, también ser consideradas como candidatas para un matrimonio con un noble distinguido.

Díganos concubina Vanesa, cuántas propuestas tuvo antes de relacionarse con el Duque…

- Vanesa: bueno, no tuve propuestas, se debe a que Álvaro y yo siempre estuvimos enamorados, así que no permití que otro hombre se acerque a mí.

- Paula: la realidad es que no todas las damas, tenemos la suerte, de enamorarnos de alguien y formar una familia con dicha persona, en cambio, yo asistí a la academia y tuve un saco lleno de propuestas de matrimonio y no solo de este imperio, les aclaro que no se debe a que tuve acercamientos con todos los jóvenes, sino que, al tener una buena relación con sus hermanas, primas, entre otras., los comentarios positivos me ayudaron. Como mi padre ya había acordado mi compromiso con el padre del Duque ni siquiera las revisamos, al punto que deseo llegar es que, si las señoritas reciben una educación correcta, y siguen manteniendo un buen desempeño en el futuro pueden tener un buen matrimonio, aunque usted no lo crea – mira a Vanesa -, esas relaciones favorecen al Ducado, no solo le dan prestigio, también crean vínculos que permite crear negocios.

Si esa no es una buena razón, hay que pensar que si las señoritas no reciben una educación apropiada deshonraran el Ducado con sus acciones, lo que generara que los negocios no prosperen, es por ello que incluso mi padre siendo un Barón puso mucho empeño en mi educación y pueden darse cuenta que conocer a los príncipes herederos en la academia ayudo a mi padre a facilitar sus acuerdos de negocios, tiene algunos privilegios.

Una vez expuestas mis razones, espero que el Duque tome la mejor decisión para sus hermanas, si no van a la academia, deben contratar profesores privados.

- Álvaro: sus argumentos son válidos, lo siento hermanas, Vanesa me dijo que ya no deseaban ir a la academia, deben irse de inmediato no pueden retrasarse mas.

- Dione: los materiales y nuestra mesada.

- Álvaro: la Duquesa se ocupará de resolver esos asuntos, no es verdad…

- Paula: por supuesto, si ustedes me dan dinero en este momento saldré con las niñas a comprar lo necesario, mientras tanto, lady Vanesa puede encargarse de gestionar el asunto de las mesadas.

- Álvaro: no piensa ocuparse de sus deberes…

- Paula: como se da cuenta Duque, en este momento tengo que volver a salir, no tendré tiempo para ocuparme de otros asuntos, además que un día más que lady Vanesa se haga cargo no afectara, confió en que debe haber desempeñado las funciones de Duquesa de manera perfecta.

- Álvaro: claro – busca en el cajón de su escritorio y saca una bolsa llena de monedas-, tengan, por mi descuido con lo que sobre pueden comprarse lo que deseen. Duquesa confió en que cuidara de mis hermanas.

- Paula: con gusto, señoritas por favor agradézcanle al Duque por tal generosidad y por habernos dado un poco de su tiempo.

- Iraide y Dione: gracias Duque – hacen una reverencia al mismo tiempo.

- Álvaro: hermanas les pido una disculpa nuevamente, no olviden venir a despedirse cuando se marchen a la academia.

- Paula: con su permiso, nos retiramos.

- Álvaro: sigan, Vanesa no te vayas deseo hablar contigo un momento.

Paula se retira del despacho, las gemelas la abrazan en agradecimiento, ella les pide que vayan alistarse para salir enseguida las esperará en la entrada, cuando ve que se alejan se acerca a escuchar detrás de la puerta.

- ¿Cómo te atreviste a mentirme tan descaradamente? – menciona en voz alta Álvaro.

- No quería molestarte con asuntos irrelevantes.

- Mis hermanas te parecen asuntos irrelevantes, tengo que admitir que si Paula no estuviera aquí hubiera dejado la educación de mis hermanas en tus manos y sería un grave error.

- No te entiendo un día la detestas y al otro le das la razón.

- Dime como no hacerlo ni siquiera lograste llevar de forma correcta el Ducado en su ausencia, no solo acumulaste trabajo que tuvimos que realizarlo entre Tomás y mi persona, lo poco que hiciste era un desastre, si Paula no hubiera llegado hoy, ya te estaría buscando maestro, a ver si aprendes hacer algo.

Hasta dudo que en realidad Paula te haya dado algo para que no puedas concebir, no es esa clase de persona, encima tengo que aguantar los rumores que se dicen de mí.