Una joven enamorada de su esposo, recibe la peor de las noticias después descubre la traición del hombre al que ama, dejándola sola en su lucha por recuperar la vida y felicidad que algún día tuvo.
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capítulo 8
El día domingo ella se sintió mal, estaba teniendo una reacción a la última quimio que recibió, era el día de descanso de su esposo, no quería molestarlo ya lo veía demasiado cansado, pero no pudo evitar que él se diera cuenta de su malestar, así que sin decir más la llevó a la clínica para que la atendieran, pasó las noches a lado de su esposa pero no podía dejar de ir al trabajo, durante toda la semana solo estuvo entre el trabajo y el hospital, este viernes tenían que presentar un proyecto de suma importancia para él, si su proyecto le gusta a los directivos lo va a consolidar en un lugar muy alto dentro de la empresa
-¿Y si no les gusta?
Rafael es un poco más inseguro en cuanto a su trabajo, es su esposa la que siempre lo está animando a arriesgarse
-Les va a gustar, está muy completo el programa, ahora ve y conquistalos
Le dijo ella con una sonrisa en la boca, a pesar de estar en el hospital sigue demostrando ante su esposo que es fuerte y que él debe serlo también
Así que él se fue a su trabajo, su suegra es quien ocupa su lugar durante el día para que Mariana no se quede sola en el hospital
-Vaya que te luciste con tu presentación
Felicita Laura a su compañero
-Esto merece una celebración, ¿Qué te parece si vamos por una copa? Yo invito
-Me encantaría pero mi esposa está en el hospital y quiero ir a verla
Contesta sin siquiera ver a la mujer frente a él, por lo que no se dió cuenta del gesto de disgusto que ella hizo
-Anda vamos, solo será una copa, necesitas distraerte un poco, has estado trabajando mucho y eso no te hace bien, te ves muy cansado es hora de que te des un respiro, que dejes a un lado la enfermedad de tu esposa, si sigues así también te vas a enfermar, además no va a pasar nada solo por un par de horas.
Laura es una mujer muy insistente, no está acostumbrada a que le digan que no
-Pero…
- Con que estés a su lado no vas a remediar nada, eso solo les corresponde a los médicos, si mejora o no, no depende de ti
Insistió la mujer consiguiendo que él lo pensara por un momento hasta que terminó aceptando, se dirigieron al bar más cercano, pidieron un par de cervezas y entablaron una plática en la que conversaron de muchas cosas, se dieron cuenta de que en muchos de sus gustos son similares, a ambos les apasiona la informática, no les gusta estar rodeados de mucha gente, les gusta bailar pero que sea lento, de pronto la música comenzó a sonar, él extendió su mano para invitar a su compañera a la pista de baile, la tomó por la cintura y comenzaron a moverse a ritmo de la suave melodía, hacía tanto tiempo que no bailaba, más con una mujer tan bella y sensual que se olvidó por completo de todos sus problemas y de la causante de estos.
Las horas pasaron y Mariana se resignó a no ver a su esposo esa noche, estaba en esa fría habitación de hospital acompañada solo de su mamá
-Tal vez la reunión se alargó y le fue imposible venir a verme, el pobre ha estado trabajando demasiado
Le dijo a su mamá, quién se quedará a hacerle compañía hasta que Rafael haga acto de presencia
-Lo más seguro, así que no te preocupes ya te llamará en cuanto tenga tiempo.
Le dijo su mamá arropándola como cuando era pequeña. A Yolanda le dolía el alma por ver a su hija en ese estado. Siempre fue una niña muy obediente y respetuosa, todos en la familia la quieren demasiado, siempre que se reúnen ella es la que los hace sonreír con sus ocurrencias, no merece estar pasando por tanto sufrimiento
-Me la pasé muy bien, gracias por insistir en que fuera
Rafael se sentía diferente, se sentía vivo, desde que Mariana enfermó no había tenido la oportunidad de hacer algo distinto su vida se ha vuelto una rutina que consiste en ir de casa al trabajo y viceversa los únicos días que cambian de camino es cuando tienen cita con el médico o los días que le tocan las quimios a su esposa, eso ya lo tenía más que fastidiado.
-Me alegra que te hayas divertido y espero que se repita
Están en el auto de él, afuera de la casa de Laura , son casi las cinco de la mañana y él no iba a permitir que ella se fuera sola en un taxi así que muy amablemente se ofreció a llevarla. Ella se despidió con un beso cerca de la comisura de sus labios lo que provocó en Rafael una reacción inesperada, pero que disimuló muy bien
