Aiden ha reencarnado en un mundo donde quienes dominan son los alfas y quienes son despreciados son los omegas. Ahora él es un pequeño omega obligado a vivir bajo las sombras debido a la familia del alfa que abusó de él y por consecuencia tuvo un hijo de este, quien recibe crueles tratamientos debido a la falta de feromonas de su padre.
Pero ahora, con este nuevo Aiden, todo cambia, moviendo sus piezas a su favor, logra llevarse a su hijo lejos de esa familia y en busca de crear una medicina que pueda salvar a su hijo, se verá en la mira de personas peligrosas que buscan acabar con su medicina experimental, pero recibirá la ayuda de quien menos esperaba, Barett Durov, el padre de su hijo.
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Capítulo 7
Las feromonas identifican a cada individuo, cada uno tiene un aroma específico.
Era claro que su cuerpo tenía un problema, desequilibrio de feromonas, por lo que no era capaz de liberar su aroma y era eso lo que lo estaba enfermando más y acabando con él poco a poco.
El uso excesivo de supresores era el causante de esto, y el consumo de medicamentos empeoraban su estado.
Aiden salió del centro de investigación ya muy tarde en la noche, los guardaespaldas seguían ahí esperándolo, subió al auto con varios documentos que se le permitieron sacar y también una laptop.
"Necesito revisar su maleta", dijo uno de los guardaespaldas al ver que llevaba varias cosas.
"Es trabajo clasificado, no puedo mostrárselo", dijo Aiden sonriendo.
Se tenía prohibido cualquiera aparato electrónico dentro de la casa, era una orden estricta de la Señora Iria, no podía arriesgarse a que Aiden diera información de su condición y paradero al exterior.
"Por favor Señor Allen, sea cooperativo", insistió el guardaespaldas.
"Como ya dije, es trabajo clasificado", se negó Aiden.
Como era necio a dejar sus cosas, los guardaespaldas subieron al auto dirigiéndose hacia la casa e informaron lo sucedido al jefe de guardaespaldas.
Un viaje de dos horas era demasiado tiempo para acudir al centro de investigación de inmediato si se necesitaba, así que Aiden trajo varias cosas para equipar su cuarto que usaría como laboratorio.
Sin embargo, el jefe de guardaespaldas no lo dejó entrar a la casa sin antes revisar su maleta, pero Aiden se negó porque sabía que le arrebatarían todo lo que había conseguido.
Era molesto tener que ser retenido y cuestionado.
"Entregue las cosas", repitió el jefe de guardaespaldas.
Un Alfa demasiado grande parecido a un oso, frente a él, todos los demás guardaespaldas se veían pequeños.
"No tiene derecho a revisar mis cosas", dijo Aiden con una mirada seria.
En este punto, ya estaba irritado.
"¿No ve que acabo de volver de mi trabajo?, estoy cansado y no será agradable verme molesto", advirtió Aiden.
Un omega de baja estatura enfrentado con un gran alfa que podía aplastarlo en cualquier momento, era algo interesante y peligroso de ver.
Michael observaba toda el acontecimiento desde la ventana con el pequeño Isaac en brazos.
"Tu papá es genial", dijo asombrado.
No podía creer que la persona que se encontraba enfrentándose a un Alfa ahora mismo fuera la misma persona que solía estar encerrada en su habitación.
Todos los guardaespaldas que se encontraban alrededor empezaron a reírse de las palabras de Aiden, puesto que era imposible que un omega venciera a un Alfa.
Aiden no bajó la mirada ni se inmutó por las burlas, el mayor causante de una destrucción podría ser el ser más pequeño del mundo, todavía no sabía como derribar a este gran oso alfa, pero hallaría la manera, todos tienen una debilidad después de todo.
Al ver que Aiden no se movía de su lugar y lo miraba fijamente sin miedo, el jefe de guardaespaldas dejó salir un poco de su feromona para oprimirlo y hacerlo obedecer, un omega no podía resistirse a eso.
Como esperaba, el rostro de Aiden fue cambiando, pero contrario a lo que pensaba, este empezó a reír con los ojos muy abiertos de sorpresa y se acercó a él.
"¿Es esto lo que llaman feromonas para oprimir?, ¿los estás usando contra mi ahora mismo?", preguntó Aiden divirtiéndose.
Sus instintos le ordenaban que obedeciera y entregara la maleta, más su determinación era más fuerte.
Existían diferentes modos de utilizar las feromonas, y esta claramente era para oprimir, Aiden podía sentirlo en todo su cuerpo, y como era un cuerpo enfermo, las feromonas alfa del jefe de guardaespaldas eran venenosas.
Pudo sentir claramente como todo su cuerpo hervía, el olor a hierro subió desde su garganta a toda su boca y escupió una bocanada de sangre.
Aún en ese estado, continuó riendo mientras observaba al alfa que tenía delante.
Michael apartó a Isaac de la ventana rápidamente para evitar que viera tal escena y subió a la habitación asustado.
Aiden se quedó ahí de pie sosteniendo su maleta con fuerza aun riendo, los guardaespaldas estaban consternados por su aspecto.
"... Continúa, continúa expulsando tus feromonas", dijo Aiden mirando al jefe de guardaespaldas.
"Está loco", dijo el jefe de guardaespaldas apartándose de su camino.
"Dime algo que no sepa", con el camino ya libre y la boca ensangrentada, Aiden entró a la casa con su preciada maleta en mano.
Michael bajó de prisa después de dejar a Isaac en la cuna y ayudó a Aiden a subir a su habitación.
"... Quiero tomar una ducha", dijo Aiden con la voz entrecortada, todo su cuerpo hervía por dentro, necesitaba refrescarse.
Michael lo llevó al baño, todo el cuerpo de Aiden estaba cubierto por la feromona agresiva de ese alfa, lo que también lo afectaba a él.
Prendió la regadera, lo ayudó a desvestirte y lo puso bajo el agua, en el siguiente instante, el llanto de un bebé se escuchó desde la otra habitación, Aiden se sintió más irritable, el llanto del bebé le provocaba un fuerte dolor de cabeza.
"... Ve a calmarlo, por favor", le ordenó a Michael.
No podía soportar oír su llanto.
Michael corrió de inmediato al lado de Isaac dejando a Aiden de manera segura.
El agua fría calmó su cuerpo, pero no era suficiente.
"Tan problemático", se dijo Aiden a sí mismo.
La parte que más le dolía era la parte posterior del cuello, el ardor en esa zona era insoportable, Aiden tanteo ese lugar con su mano, ahí se encontraba la glándula de la cual salía la feromona.
Un lugar delicado y que daba mucho problema, al tener un desequilibrio de feromonas, todo dentro de él estaba acumulado, no pudiendo ser capaz de expulsar feromonas, todo circulaba por dentro quemándolo.
Después de calmarse un poco, Aiden tomó una toalla y caminó hacia su habitación, tomó los supresores que tenía dentro del mueble y los observó.
Sabía que le haría daño, pero tenía que comprender como era su efecto al aplicarlo, abrió la tapa que cubría el autoinyector y lo aplicó en su brazo.
Este imbécil vale menos que basura
Barett tipo: Qué dices que dijiste