Rebecca Holter es una mujer cuarentona que tuvo que terminar de criar sola a sus hermanos.
Antoine Dumont es un hombre lobo sexy y vanidoso que tendrá que aprender a amar, más allá de las apariencias.
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Mi sueño
Las segundas oportunidades se las debe el Universo a todos, cada persona tiene derecho a reivindicarse para mejorar las cosas. Terry tuvo la fortuna de encontrar esa segunda oportunidad en manos de ese ángel de cabello rubio y ojos verde oliva.
- ¿En serio va a llevarse a ese chico a su hogar? - pregunta Thompson - no sabe sus intenciones.
- No es un mal chico, solo actuó bajo el desespero de un mal día.
Antoine estaba admirado por el actuar de su luna.
''Te lo dije, ella es una excelente luna'' - decía su lobo.
''Pero mírala, ¿crees que podrá darme cachorros?
''Claro que podrá, ella está ovulando, le sacaremos lindos cachorritos rubios'' - suspira Eon.
- ... desde hoy serás mi hijo adoptivo, verás que serás la mejor versión que tu madre un día soñó - termina de decir Rebecca.
- No la voy a defraudar señorita Holter - dice conmovido Terry.
- Sé que no lo harás.
Salieron de la estación de policía, aún seguidos por Thompson y por Antoine, quien no le quitaba los ojos de encima.
- Estaré yendo a tu casa Rebecca - ¿en qué momento ese descarado había empezado a llamarla tan íntimamente? - y espero poder ir a tu librería.
- Sí, yo también espero verte por allá - ¿desde cuándo eran tan íntimos, si hasta hace unos instantes se trataban con formalidad? - mi sueño va a ser todo un éxito, ya verás.
- No lo dudo! Ya quiero probar tu café - dijo coqueto, otro gruñido salió de Antoine, haciéndolos mirarlo extrañados - más tarde estaré por tu casa para supervisar a este jovencito - desordena un poco el cabello del chico.
Una vez salieron de la estación de policía Rebecca y Terry, fueron al local que estaba bastante cerca del lugar. Había hablado al dueño para contarle sobre el incidente y el hombre muy amable, les aseguró que allí estaría. Por inercia, Antoine les había seguido todo el trayecto hasta llegar a un pequeño local con grandes ventanales.
- Esto es una pocilga! - exclamó sin pensarlo.
Rebecca giró para mirarlo, no se había percatado de que este los seguía.
- Eso a usted no le interesa, quizás usted tenga todo el dinero del mundo para pagar algo más sofisticado, pero esto es lo que hay y me siento feliz de que pronto será mío.
''Bien hecho idiota!'' - le dice Eon por medio del enlace.
- Pido una disculpa, es solo que viendo el local, tendrá que hacer muchos arreglos.
- Pues claro, eso es lo que más me gusta - rodea con su brazo los hombros de Terry - mi asistente y yo, daremos vida a este lugar ¿cierto?
- Por supuesto que sí! - sonríe feliz.
Un hombre mayor sale del local con una sonrisa bastante amable.
- Querida Rebecca, me alegra verte de nuevo.
- Sr. Johnson - dice, recibiendo el cálido abrazo de quien fue el mejor amigo de su padre - estoy feliz de adquirir este lugar y cumplir mi sueño.
- Siempre fuiste una soñadora pequeña Becky - solo su padre y el Sr. Johnson la llamaban así - me alegra que seas tú quien lo adquiera, yo ya no estaré en la ciudad. Mi hijo Thomas quiere que vaya con él a su casa de campo, dice que el aire fresco ayudará a mis articulaciones.
- Me alegra saber que estará con su hijo, así ya no estará solo, me saluda a Tom.
- Claro que lo haré, él siempre me pregunta por tí - el mayor saca unos papeles y se los entrega ya firmados a Becca, quien los recibe feliz - ya están notariados y firmados. El local es tuyo.
Becca lo abraza efusivamente.
- Gracias, gracias... es usted un sol Sr. Johnson.
- Pero ¿qué dices?, aquí la única estrella que ilumina eres tú.
''Parece que nuestra nueva luna, es más popular de lo que parece y todos la quieren. Incluyendo a ese policiíta de quinta'' - habla Eon.