LOS HILOS DEL DESTINO

Después de que Ada tomo sus papeles, lo más importante para ella y un poco de dinero, salió sin ser vista y regreso con su amiga que la espera en la parte de atrás de su casa, salieron de inmediato, por la noche estaban llegando a México, donde se establecería, Mara le prestaría ropa, lo bueno que usaban la misma talla, al menos por ahora, cuando su vientre empezará a crecer ya vería que haría para conseguir ropa. A Ada le asignaron una habitación de invitados, pero ella al sentirse desamparada, no quería estar sola, por lo que casi todas las noches dormía con su amiga en la misma cama, ellas eran como hermanas, las dos eran hijas únicas, por lo cual los padres de Mara la adoptaron como hija, afortunadamente, no era menor de edad por lo que podía ir sin causar problemas a los padres de Mara de ser acusados de secuestro o llevar una menor sin consentimiento de sus padres.

El padre de Mara le dio trabajo a Ada y le ayudo a inscribirse para volver a estudiar. Ada y Mara estaban por terminar la carrera en negocios internacionales, las ayudaron a que les fueran validadas las materias en una universidad que estaba en la ciudad que se establecerían, así ambas por las mañanas estudiaba y por las tardes trabajaba, así Ada podía ir ahorrando para cuando naciera su hijo, los fines de semana se dedicaban a hacer tareas y descansar, conforme pasaron las semanas se adaptaban más a su nueva vida, los 4 parecían una familia, cuando salían a cenar o comer juntos, los padres de Mara no hacían distinciones entre ellas, eso ayudo a Ada a llevar una vida tranquila y donde se sentía apoyada, ya que pensar en su padre la deprimía y no quería que eso afectara a su bebé, preocupada porque lo que le hubieran dado cuando los estudios salían positivos a drogas, fue a ver al médico y esperaban que eso no hubiera afectado a su bebé, lo cual no se podría ver de inmediato desgraciadamente.

Las semanas pasaban y su vientre empezaba a aumentar, su control era llevado en una clínica que la empresa donde trabajaba pagaba, cuando les dijeron que sería niña, estaban muy felices, tendrían una princesa en casa para consentir y Marcos, el padre de Mara, decía que la cuidaría y las protegería, también que cuando fuera grande la enseñaría a ser toda una líder en los negocios, a ser una fiera empresarial, como su abuelo, que se consideraba para él, todos esperaban con ansias la llegada de esa bebé, a la cual llamarían Marissa, Ada quería llamarla como a la madre de Mara, ya que ella se había convertido en una madre para ella y en su honor le pondría su nombre, algo que causo mucho agradecimiento de Sandra Marissa.

Marcos se sentía feliz de haber ayudado a la amiga de su hija, era una joven que se daba a querer y la había llegado a querer, como si fuera su hija también, a la familia, el ayudarla en su embarazo, los lleno de alegría, tenía mucho que no se sentían así, ellos deseaban tener más hijos, pero cuando Mara nació su esposa tuvo complicaciones y tuvieron que quitarle la matriz por una fuerte hemorragia, de lo contrario podía no haber sobrevivido, por eso, ahora saber que en casa habría un pequeño era una alegría muy grande, ellos serían los padrinos y abuelos adoptivos de su bebé y la amarían como lo harían los amorosos abuelos que serían con él.

Cuando Peter despertó, estaba un poco desorientado, empezó a ver a su alrededor tratando de saber dónde estaba, se dio cuenta de que estaba en su habitación de la suite, cuando quiso levantarse se sintió mareado de momento, quito la sabana para levantarse, pero al ver la mancha de sangre en la sabana se quedó sorprendido, empezaron a llegar algunas imágenes a su mente, estaba confundido, no estaba seguro si había sido un sueño o realidad lo que pasaba en su mente, pero esa mancha indicaba que no era un sueño, que fue realidad, además que por cómo se sentía su cuerpo estaba seguro de haber tenido mucha acción por la noche.

Lo que le preocupaba era saber con quién había estado, puesto que esa chica no era Ariadna y a la vez sí, por momentos veía la cara de su prometida y por momentos el de una joven que no era ella, lo malo que mientras más veía la cama estaba seguro de que no era ella con la que estuvo la noche anterior, ya había estado antes con Ariadna y, por lo tanto, esa sangre de ahí no podía ser suya, ella ya no era virgen desde hacía tiempo, además alcanzo a recordar por un momento la escena donde oyó un grito y volteo encontrando a su prometida en la puerta, pero como si estuviera en un trance, solo la vio marcharse mientras seguía en lo que estaba, ya que algo le impedía faltar, es como si hubiera sido hipnotizado para dejarse llevar por lo que su cuerpo estaba haciendo.

Se sentía pésimo, él era un hombre de honor y haber estado con una joven que ni conocía, pero más al quitarle su virtud le hacía sentir muy culpable, pero haberle faltado a Ariadna y visto la cara de decepción de su prometida al recordar esa imagen, le hacía sentir peor, nunca la hubiera dañado de esa manera si hubiera estado en sus cinco sentidos, como pudo se levantó y fue a darse un baño, después de lo cual, salió a toda prisa olvidando su celular en la habitación, cuando iba saliendo del hotel su asistente Anna se le acercó, pero él salió sin hacerle caso o detenerse a escuchar lo que le decía.

Busco un hospital y pidió le revisaran e hicieran exámenes para saber que le habían dado, seguía sintiéndose adormecido y con un poco de dolor de cabeza, así como con mucha ansiedad, después de pagar para acelerar sus resultados en una hora estaba recibiendo los resultados de los estudios, le habían dado una droga que era detectada fácilmente en sangre y orina, era afrodisiaco, en grandes dosis podría incluso hacer que se olvidará de todo lo que hubiera pasado, pero la dosis dada no fue tan grande, de manera que aunque estaba bajo los efectos de eso, había algo de conciencia en su mente, por lo que podía recordar un poco de lo que paso, no sabía cómo le haría, pero buscaría a Ariadna y le explicaría que no quiso faltarle en su corazón, que había sido drogado y lo había hecho sin saber lo que pasaba en ese momento.

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