Un hombre llamado Ferzo era un joven pobre que vivía en una choza alquilada, y su trabajo consistía en cuidar las cabras de su patrón. En la escuela, sus compañeros lo intimidaban, pero él nunca se atrevía a defenderse y prefería guardar silencio.
No solo eso, al volver de la escuela un día, su patrón lo despidió porque cinco cabras listas para la venta habían desaparecido. Ferzo fue expulsado del lugar donde había vivido durante años. Con el corazón apesadumbrado, se marchó.
Su suerte cambió cuando obtuvo un sistema súper avanzado que le ayudó a cumplir sus sueños. Después de recibirlo, comenzó a realizar las misiones que el sistema tenía programadas para él.
Con el saldo que ganó gracias a estas misiones, fundó su propia empresa. Aunque ahora es rico, nunca dejó de ayudar a quienes lo apoyaron y de tender la mano a quien lo necesitaba.
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Capítulo 7
La lección comenzó, la maestra explicó la materia del día minuciosamente. Ferzo siguió la lección con entusiasmo.
Yun miró hacia atrás y sonrió a Ferzo, que estaba serio. "Ya verás, te voy a fastidiar", susurró Yun.
"Bien, niños, hagan los ejercicios del 1 al 10, cuando terminen, entréguenlos al frente", dijo la maestra después de terminar de explicar.
"Sí, maestra", respondieron los alumnos con desánimo, porque tenían que hacer los ejercicios de la pizarra de inmediato, esperaban que se los dejaran de tarea.
"Esta vez tengo que hacer los ejercicios en serio", dijo Ferzo, realmente los hizo y siguió pensando en cómo podía tenerlos todos correctos, pensó mucho y trabajó lo mejor que pudo.
Como había terminado, Ferzo caminó hacia el frente con su libro.
"Aquí está, ya terminé", dijo Ferzo entregándoselo a la maestra.
Todos los alumnos de la clase estaban acostumbrados a ver a Ferzo hacer los ejercicios rápidamente, porque era un niño inteligente, el año pasado obtuvo una beca, desafortunadamente solo por 3 meses, mientras que el resto del dinero de los 3 meses fue corrompido por su maestro con el pretexto de gastos de administración.
"Bien, puedes sentarte, dejaré que revise tu tarea primero", dijo la maestra. Ferzo caminó hacia su asiento, que estaba en la parte de atrás y en la esquina.
La maestra revisó, marcó las respuestas de Ferzo asintiendo.
"Ferzo, por favor, ven al frente", pidió la maestra. Ferzo caminó hacia el frente de nuevo.
"Ferzo, todas tus respuestas son correctas, esto es lo que quiero, por favor, mantenlo así. Así que tu nota es 100, buen trabajo Ferzo", dijo la maestra feliz.
"Gracias, maestra", dijo Ferzo inclinando la cabeza en señal de respeto. Ferzo regresó a su asiento sonriendo.
Ferzo miró su libro sonriendo, en realidad estaba mirando su sistema, su dinero estaba aumentando y había conseguido un portátil, la imagen del portátil giraba en su pantalla táctil holográfica.
"Cuando vuelva a casa podré intentar jugar a algún juego", dijo Ferzo asintiendo. Llevaba mucho tiempo queriendo jugar, pero el dinero que tenía era justo suficiente, durante todo este tiempo solo había espiado a sus compañeros de clase jugando desde atrás.
La sirena indicaba que era hora de salir de la escuela, los niños se apresuraron a salir del aula.
Ferzo caminó por el pasillo y salió de su escuela. Desde atrás, Yun, Iyan y Mul conducían sus motos siguiendo a Ferzo, Ferzo siguió caminando tranquilamente por el sendero peatonal aunque sabía que los tres lo estaban siguiendo.
"Realmente quiero vengarme por atreverse a oponerse", dijo Yun con rabia.
"Sí, quiero vengarme porque se atrevió a patearme antes", dijo Iyan.
Yun detuvo su moto. Aunque tenía curación, Ferzo también tenía que huir, así que corrió lo más rápido que pudo, Yun y sus dos amigos fastidiaron a Ferzo.
"¡No corras!", gritó Yun.
"Un tonto no correría", respondió Ferzo, que seguía corriendo.
"¡Maldita sea! Ya verás, si te pillo, ¡te haré como anoche!", gritó Yun.
"Jajaja, inténtalo si puedes", se burló Ferzo mientras se reía haciendo que Yun se enfadara aún más.
Dejaron de perseguir a Ferzo y volvieron a la moto. Encendieron sus motos. Cuando llegaron cerca de Ferzo, Ferzo corrió hacia atrás, era imposible que lo persiguieran de nuevo.
"Ya verás mañana, no te escaparás", amenazó Yun.
"Te espero", respondió Ferzo sonriendo.
"¡Maldita sea! No sé qué posesión ha recibido para atreverse a oponerse a mí, no lo permitiré", dijo Yun molesto.
Ferzo se fue a casa sonriendo.
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