Amor A Conveniencia

Mi nuevo esposo, no me conocía así que dudaba que supiera como era realmente, el solo había visto la parte destruida de mi, esa que habían dejado tirada como una basura en pleno altar, el día de su boda.

pero me encantaba verlo molesto, el no iba a venir a mandarme a mi, ni a amenazarme, así que guarde mi hermoso vestido de noche y me coloque uno estilo cóctel, con pedreria, había costado unos cientos de dólares pero nada alarmante, mi querido esposo se iba a morir de coraje al pensar que este era el vestido carisimo.

admito que estos vestidos no eran la gran cosa para una dama de sociedad, pero a mí me encantaban eran muy cómodos, me gustaban que fueran algo sueltos y no pegados a mi cuerpo, y este en particular lo amaba, era sencillo pero llamativo a la vez, tome mis zapatos altos, me coloque un collar de oro con mi nombre, que me había regalado mi madre y ya estaba lista para salir a la dichosa cena de negocios.

me mire un par de veces en el espejo, si que estaba linda, había dejado mi cabello suelto pero aún así me veía genial, aunque sabía que a maximiliano y don José, le iban a dar un infarto.

*apúrate te estamos esperando en el auto* recibí un texto de mi queridisimo esposo.

salí del hotel y me subí al auto, ambos se me quedaron viendo pero ninguno dijo nada.

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MAXIMILIANO

Esta mujer seria un dolor en el trasero, como se le ocurrió gastar 150 mil dólares en un vestido así? a caso estaba jugando conmigo, a mí no me interesaba el dinero que había gastado, esperaba que por el precio fuera una pieza espectacular digna de una señora Singer, no esa ridiculez que se hace llamar vestido.

mi sangre estaba que hervia, no quería decirle nada para no arruinar la noche, pero no pensaba entrar con esa mujer de mi brazo, quizás si fuera una dama de compañía esas que van contigo pero solo por una noche, pero esta mujer seria presentada dentro de poco como mi mujer, mi esposa, que mierda había hecho yo al casarme con esta loca.

lo único que agradecía es que esto era solo un contrato y que al conseguir nuestros objetivos seríamos libres para volver a rehacer nuestras vidas.

-veo que los dejé mudos, sabía que tenía buen gusto pero no sabía que tanto- dijo con una sonrisa maliciosa

ella no podía estar hablando en serio, quizás, solo quizás estaba jugando,con mi paciencia.

-muy bien, si está lindo, pero para salir a una plaza, a un parque a visitar a tus abuelos, no para una cena de negocios.- grite de mal humor.

-el no dijo que fueran negocios- dijo señalando a Joshua

-como osas decir eso, yo te dije que te vistieras a la altura de Maximiliano - se defendio.

-no, dijiste que saldríamos a cenar con tu amo, y que debería ir arreglada con algo más presentable y "DECENTE" - hizo enfasis como si no entendiera la palabra.

-creo que el vestido es discreto, lo que lo convierte en decente.- dijo inocente

-ya basta, entraré solo, y luego veremos qué pasa- dije de muy mala gana.

necesitaba que se regara el rumor de que estaba con una mujer, para que no fuera algo complicado de explicar a la prensa cuando anunciará que me había casado.

la cena fue tranquila, muchas personas saludaron, victoria estaba por allá sentada a la distancia, sola, se encontraba hermosa, su vestido no era apto para la ocasión pero no puedo negar que mi esposa tenía unas hermosas piernas, que alegraban la vista

-es una hermosa mujer no crees?- dijo uno de mis socios a mi lado.

-esta dentro de los estándares de belleza- fingi desinterés.

-a mi me parece una hermosura de mujer -ok, esto ya no me estaba gustando- quizás debería acercarmele e invitarla una copa

-guillermo, tu no tienes prometida?-?3 pregunte captando su atención

-si, pero ella no está aquí, y yo no puedo desperdiciar a una belleza como esa- ahora sí lo mató.

-te refieres a la rubia que está sentada justo en la barra? o la rubia que está sentada justo en medio de la sala?

-no, me refiero a esa hermosa mujer que está en un sillón viendo por la ventana, esa de piel pálida y cabello castaño...

-mi prometida?- le solté de golpe.

se ti como se ponia nervioso

-maximiliano, lo siento no sabía que te habías comprometido.- dijo avergonzado,

claro que nadie lo sabía, era un secreto.

-es que tú mismo dijiste esa mujer no se puede ir tan fácil, no podía dejarla ir así que me comprometi con ella, pero no me gusta que se aburra en cenas de negocios así que decidió esperarme allá.- no sé porque tenía que estar dándole explicaciones a este imbécil cuando lo que debía era partirle la cara.

-si es linda, con todo respeto- dijo muy nervioso -creo que buscaré otro trago, fue un placer verte- dijo y se despidió.

-creo que ese idiota correrá el rumor de tu prometida muy rápido.- dijo Joshua a mi espalda.

-es lo que necesito para cuando la. conozca papá.

me acerque a Victoria la tome por un brazo y la lleve casi a rastras de ahí.

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VICTORIA

-eres un idiota, infeliz, cavernícola, suéltame me lastimas- dije mientras me lanzaba en el asiento del carro

-no creo que por un maldito vestido tengas que tratarme así.- me queje.

-no es el maldito vestido, es que es muy corto para estas ocasiones, y haces que mis socios se fijen demasiado en ti.

-osea estás celoso?- dije divertida

-que te quede claro Victoria Lotton, esto para mí no es nada más que un negocio, y a mí me gustan que mis negocios salgan bien, estamos de acuerdo?

-no tengo culpa que tus socios sean tan primitivos al igual que tu- dije molesta

-a ver niñita, que te quede claro, o haces lo que se te pide o rompo el maldito contrato, y a la mierda tu dinero, tu venganza y todo, así que no te la des de más lista que yo.

-ok- dije de mala gana

-ahora ve y duerme, yo llegaré más tarde tengo asuntos que atender.- dijo cerro la puerta y me envió de nuevo al hotel.

estaba molesta, este patán que se creía, no había nacido para obedecer a nadie.

-calmate Victoria, ese idiota es tu único boleto para cobrar tu venganza sobre el imbécil que te engaño y te dejo el día de tu boda, así que respira y obedece una puta vez en la vida. cuando el cobre su contrato y yo mi venganza regresaré y montare mi empresa de moda, así que cálmate.

me quite mi vestido y entre a darme una ducha, salí y me coloque una de mis pijamas nuevas de seda, tome una almohada y me acosté en la cama.

no sabía que tanto iba a tardar mi esposo o si iba a llegar hoy, como sea no iba a desperdiciar el tiempo en esta adorable y cómoda cama.

-me quedaré aquí hasta que Don cascarrabias regrese.

el problema no fue dormirme fue despertarme abrazada a ese ogro. que tenía como esposo.

no sabía cuando había llegado, pero olía a alcohol y su brazo pesaba más de lo que quería admitir, trate de moverlo pero fue en vano, estaría atrapada aquí hasta que el se moviera o yo lo despertara.