Vendetta

Davide

Estamos sobrevolando Canaima, todos nos sorprendemos de los diferentes colores de las aguas, la majestuosidad de los tepuyes y los distintos tonos de verde,  suspiro porque no puedo dejar de pensar en esos ojos verdes que miro con disimulo, no sé qué tiene esta mujer y peor es que a mi mente viene la advertencia de Virgilio "no te enamores en Venezuela". Nuestras miradas chocan y no sé por qué esta mujer me pone nervioso, se ve tan triste y lejana que deseo abrazarla y ser el causante de una sonrisa que le llegue a los ojos. Esto tiene que ser un capricho, una vez que me quite las ganas todo volverá a la normalidad, me aliento, pero al mismo tiempo siento un vacío en mi pecho al pensar que no la veré más.

Llegamos a nuestro destino, sin embargo, para movilizarnos tenemos que esperar al resto del grupo. - Ni lo pienses - me susurra Luciano y lo miro con cara de interrogante - lo que sea que se te ocurra con la Chama de ojos tristes-.

- No pasará nada que ella no quiera - digo divertido - ah y recuerda io non parlo spagnolo. (yo no hablo español)

Llega la hora del almuerzo e intento acercarme a ella, pero parece adivinar mis intenciones y me evade.

- Déjala tranquila, fíjate en otra - me dice al oído Luciano - esa tristeza que ves no se quita hoy ni mañana, ya averigüé y su madre murió hace muy poco.

No sé qué decir, por extraño que parezca se me contrae el pecho sintiendo la necesidad de ayudarla a cargar ese dolor, estaba muy pequeño cuando mi padre murió pero no sé qué haría si muere mi madre, aunque tal vez ella tenga gente alrededor que la consuelen.

Beatrice

- Hola - le digo a la joven que tiene el nombre de mi madre - ¿todo bien?-

- Si gracias, esto es maravilloso - responde con la sonrisa del gato de Alicia en el país de las maravillas.

- De dónde eres?

- Caracas.

Y así voy haciendo preguntas tontas hasta que...

- Me gusta tu nombre, debe haber una bonita historia del porqué te llamaron así - digo curiosa.

- Gracias - dice sonriente - pero la historia es más bien triste, es el nombre de la hermana menor de mi padre quién murió antes de yo nacer.

No puedo evitar apretar mis puños, ¿mataron a mi madre sin estar muerta aun?. Me retiro lo más pronto que puedo de allí, y me siento en una roca mirando el agua correr. ¡qué familia de desalmados! juro por Dios que pagarán los sufrimientos de mi Alma ya no tengo nada que perder.

Siento que lanza una pequeña roca al río, y me sobresalto al voltear ahí están esos ojos azules mirándome

- Hola- me sorprendo.

- ¿Hablas español?

- Si, estudié en España un tiempo lo que no sé hablar es: venezolano, colombiano, chileno... y empieza enumerar países latinoamericanos, sacándome una sonrisa, sé que se refiere a los modismos y el lenguaje coloquial.

- Te ves linda cuando sonríes.

Vuelvo a mi actitud seria y distante; al parecer entendió ya que cambió el tema y comenzó a preguntar cuándo podemos ir a los rápidos, puesto que quiere navegar en ellos.

Le llega un mensaje a su teléfono,  frunce el ceño y se retira a hablar.

Davide

Al fin tengo un poco de acercamiento con Beatrice y llega un mensaje de Virgilio pidiendo que me comunique urgente, llamo con el corazón acelerado pensando en mi madre, pero es por trabajo, me pide que encargué a alguien averiguar todo lo referente al consorcio de la Vega y a la familia. no se me hace extraño porque vinimos con la excusa de buscar donde hacer inversión, lo raro es el tono de su voz, y eso me dejó con incógnitas, trato de saber si ocurre algo pero me evada respondiendo - parleremo in un altro momento (hablaremos en otro momento)- y cuelga.