Primer libro de la saga Lobo.
⚠️ CONTENIDO (+18)⚠️
Ella es una hermosa peliroja vendedora de flores, que trabaja duramente para la mujer que la recogió después de la trágica muerte de su familia, la cual fue cruelmente asesinada.
Él es el futuro líder de la mafia italiana y para poder posicionarse en ese puesto primero su padre le exige matar a un traidor, y luego le exige también una Dama que gobierne a su lado. Un día cualquiera conoce a una vendedora de flores que lo deja cautivado desde el primer instante, se obsesiona con ella y la rapta para que sea su Dama, su Reina, su esposa...
Lo que ambos no saben es que tanto su pasado como su futuro están relativamente unidos.
¿Nacerá el amor o el odio?
¿Podrán perdonar o condenarse?
¿Podrán olvidar y superar?
NovelToon tiene autorización de Rosa Verbel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Visita nocturna.
Angélica Moretti.🌺
Me incorporo sobre mi cama y, en verdad, se escuchan pasos. Son suaves y sigilosos, pero logro oírlos. Me levanto y me cubro con una bata de seda; doy dos pasos hacia la puerta cuando ésta se abre con cuidado.
—¡Ciao, amore! —esa voz... esa voz es inconfundible para mí.
¿Qué hace aquí? ¿Cómo entró? ¿Viene a matarme? Reparo sus manos y no veo que traiga un arma; tal vez la tenga oculta. ¡Oh! ¿Qué hago ahora?
Estoy inmóvil; no puedo hablar ni moverme. Tengo miedo, mucho miedo: este hombre es un jodido mafioso. Lo miro de pies a cabeza y me siento tonta cuando, en medio de tanto miedo, lo veo tan guapo y apuesto. Su cabello negro brilla en la oscuridad; logro ver un poco sus facciones por la luz que se cuela por la ventana. Está sonriendo y no lo puedo creer: en un momento como este él se está riendo, y lo que más me sorprende es darme cuenta de que tiene una sonrisa encantadoramente siniestra. «Sí, estoy más loca que él».
—¿Creíste que había muerto por lo que me hiciste en el hotel? —me pregunta con voz profunda mientras camina hacia mí. Recuerdo el rodillazo que le di.
Entonces noto que da un paso hacia mí y yo retrocedo dos hacia atrás.
—No se me acerque, por favor —pido, presa del pánico y la confusión; no quiero que me haga daño—. ¿Ahora sí vino a matarme?
—¿Por qué siempre crees que te mataré? Ya te dije que yo podría hacerte de todo menos matarte. Hoy vine a vengarme por lo que hiciste esta mañana: me besaste y luego me golpeaste. ¿Es que acaso no quieres que tenga descendencia?
—No me haga daño, por favor. Además, fue usted quien me besó a mí sin mi consentimiento —caigo sentada en la cama nuevamente y él queda frente a mí, cerca… muy cerca.
—Sí, tienes razón: yo te besé sin tu consentimiento, pero bien que me respondiste. No te haré daño, amore. Yo lo que quiero es que seas mi esposa, mi dama, mi reina.
—Yo tengo novio —le digo con voz temblorosa.
—Hasta hoy —responde él—, porque no quiero que lo veas más. Eres mía, Angélica Moretti; te prohíbo que sigas con él. No quiero que te vea, que te toque, que te bese, ni siquiera que te hable. ¿Me has entendido, amore? —toma mi barbilla y yo trago grueso.
Su perfume me embriaga y, por un leve momento, el miedo se evapora; pero vuelve otra vez cuando noto la forma en que me mira.
—¿Por qué quiere que yo sea su esposa? —me atrevo a preguntar, aun cuando siento su aliento contra mi cara.
—Porque me gustas mucho. Necesito una esposa para ocupar mi puesto como líder de la mafia, y tú eres la indicada.
—Pero yo no sé nada de eso.
—Yo te enseñaré todo lo que debas saber.
—Pero yo a usted no lo amo. Yo quiero a mi novio. —Da un golpe contra el colchón.
—¡Tu novio, de ahora en adelante, soy yo! —ruge él—. No habrá nadie más, amore; solo yo. Y sí, aún no me amas, pero en el futuro lo harás.
—¿Por qué está tan seguro?
—Porque sí.
—¿De qué forma se va a vengar de lo que hice esta mañana? —vuelvo a temblar cuando él sonríe siniestramente; siento otra vez esa sensación rara en el estómago.
—Así...
Me tumba sobre el colchón, aprieta mis manos por sobre mi cabeza, se posiciona sobre mi cuerpo y entonces se adueña de mis labios. Me besa de manera desenfrenada y posesiva, mordisquea mis labios e introduce su lengua en mi boca; yo la recibo. Respondo al beso, y eso también me asusta. «No me puede gustar este mafioso pervertido y loco; yo tengo novio y lo quiero».
La sensación en mi pecho y estómago es rara; es algo que no comprendo. Nunca lo había sentido ni vivido. He tenido un solo novio, Dionisio, y puedo decir que con él no he sentido lo que me hace sentir Maximiliano Lobo Lombardi. Es como una mezcla entre miedo y... ¿atracción? ¿gusto? ¿morbo? ¿intimidación? ¿pánico? ¿Qué es lo que provoca este hombre en mí?
El beso me deja sin aire y con el cuerpo caliente. Siento una sensación indescriptible entre mis piernas... ¿Estoy húmeda? ¿Excitada? «Menuda tortura está», pienso. Mis labios tiemblan cuando los suyos dejan de besarme.
—Me encanta tu boca, amore —susurra contra mi cara y siento que la piel se me eriza. No sé qué decir; mi cerebro está hecho un lío. Siento que tengo un camión atravesado en el pecho.
—Me está lastimando —digo intentando mover las manos.
—Lo siento —susurra. No sé si sus disculpas sean sinceras—. —Ahora debo irme. Y recuerda, amore: ahora eres mía y pronto serás mi esposa.
—¿Y si no quiero? —pregunto con voz quebrada.
—Entonces serás mi prisionera —responde, y su amenaza trae a mi mente aquella pesadilla que me ha perseguido los últimos días.
Deja un beso en mi frente y sale de mi habitación sin decir nada más. No sé por cuánto tiempo quedo como hipnotizada; cuando me levanto y salgo al pasillo ya no está. Camino por el pasillo desierto, bajo las escaleras… y no lo veo por ningún lado. No hay desorden, no hay nada roto; la puerta está bien cerrada, las ventanas también.
¿Por dónde se metió ese loco?
Debo buscar una solución para esto. Yo no me voy a casar con ese hombre; no quiero ser su prisionera. Debo hablar con alguien; necesito que alguien me ayude a escapar de esta locura.
La madrugada llega y me encuentra tal como me acosté: no he podido pegar ojo en toda la noche. Siento que me voy a volver loca.
A la mañana siguiente, Dionisio me da una noticia que me deja pasmada.
—Fátima se fue a vivir con su novio —dice él.
—¿Qué? ¿Pero cómo pasó eso? —le pregunto—. Ella no me dijo nada; ella siempre me cuenta todo. Somos mejores amigas.
—Yo también quedé tan sorprendido como tú. Ayer por la tarde llegó a casa, recogió todas sus cosas y se fue.
—¿Pero qué te dijo? ¿Para dónde se fue, Dionisio? Tú eres su hermano mayor. ¿Por qué la dejaste ir así?
—Ya deja el drama, Angélica. Fátima se fue porque está enamorada de su novio; querían vivir juntos y punto.
Hay algo muy raro en todo esto. Tengo un pálpito; es como un presentimiento: mi amiga no está bien. Ella no se fue porque quiso.
¿Qué fue lo que pasó?
Hablé un rato más con Dionisio y me llené de miedo cuando intentó besarme. Recordé las palabras del mafioso y me negué a que Dionisio me besara.
—Vámonos a vivir juntos tú y yo también, Angélica —me propone Dionisio—. He ahorrado bastante; podemos irnos lejos, no sé, quizá a Brasil. ¿No te gustaría liberarte de doña Berenice?
Pienso y analizo todo: los pros y los contras. ¿Me conviene o no me conviene?
GRACIAS, POR COMPARTIR