Esta es la historia de seis personas, cuyas vidas se pondrían de cabeza por los azares del destino y el propio propósito de sus existencias. Amores, engaños, traiciones, pérdidas y rivalidades. Irán dando lugar al desenlace tal vez fatídico de algunos de ellos. ¿Quién será el último en quedar en pie? ¿quién se alzará con la victoria sobre aquello que los amenaza y sobre ellos mismos?
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Verónica Stanson
Verónica Stanson era una joven de dieciocho años. Vivía tranquilamente cerca de sus padres Eleonor y Matías Stanson. Tuvo una niñez tranquila, feliz, lo único que contrastaba con lo apacible de su personalidad era su poder. Era una bruja sumamente poderosa sus padres también lo eran pero ella los superaba a ambos con creces. Podía poner al mundo de rodillas si asi lo decidiera. Pero incluso con tanto poder aveces se sentía vigilada. Un sentimiento que la había acompañado toda su vida, pero no había rastros, ni indicios de que alguien la vigilara. Solo sentía su precencia. Sus padres habían buscado una y otra vez algo extraño, sospechoso al rededor de ella, pero nada. Hasta el punto de que pensaron que fuera paranoia y hasta ella misma se convenció de eso. Pero a medida que se hacía adulta sentía que el peso de esa mirada misteriosa solo se hacía más grande, aplastándola. Pero no podía huir tenía claro que si se alejaba de sus padres, aquello que la asechaba solo la engulliría con más facilidad. Muchas veces lo pensó, apartó el miedo a lo que podría pasar, armó sus matelas pero no podía dar un paso afuera. Algo tiraba de ella, como si fuera un gran árbol que ha echado raíces en ese poblado y permanece inmóvil ,inalterable, haciéndole imposible abandonar ese lugar.
Eleonor: ¿otra vez la maleta?
Verónica: por más que lo intente no puedo.
Matías: en verdad no comprendo como puedes sentirte en peligro. Este lugar está protegido por nuestra magia y la tuya que se despliega por encima de la nuestra. No se detiene ni siquiera cuando duermes, no sé si alegrarme o preocuparme por ese control tan aterrador que tienes.
Eleonor: hemos mirado en todos los alrededores, pero no encontramos nada que pueda amenzarte.
Verónica: lo sé, pero ese sentimiento de estar en las manos de alguien no me abandona. Lo siento desde que tengo uso de razón.
Eleonor: *miro con preocupación a mi esposo. Vivimos entre los humanos para que nadie se aproveche del poder de nuestra hija. Pero si ya lo saben ¿y lo ignoramos?*
Matías: desde que naciste supimos que tenías un gran poder. Así que sigue tu instinto, eso te mantendrá a salvo cuando nosotros no podamos hacerlo.
Verónica: gracias por creerme a pesar de todo... *no termino de hablar cuando todos miramos en dirección a la puerta.*
Eleonor: alguien que no es de aquí ha llegado al pueblo.
Matías: son dos, ambos son seres sobre naturales.
Verónica: son lobos, ¿qué harán aquí?
Eleonor: aún es muy pronto para sacar conclusiones. Es un pueblo pintoresco, no es difícil de creer que vengan de visita. Observemos más de la situación.
Matías: y si no tienen buenas intenciones, los eliminaremos.
Richard: sé que me dijiste que me dejara llevar. Que iríamos en la dirección por la que me sintiera atraído, pero cero que no fue buena idea.
Alison: no perdemos nada con intentarlo, de todas formas todas las averiguaciones por su paradero han sido infructuosas. Quién sabe si por los azares de la vida aquí encontramos una pista que nos lleve a ellos.
Richard: ojalá tengas razón, la verdad parece un lugar tranquilo que no llama la atención.
Alison: el lugar perfecto para esconderse . *Nos hospedamos en una pequeña pensión, al contrario de lo ansioso y preocupado que estaba mi esposo, ahora parece tranquilo.*
Richard: es un lugar hermoso, iré a dar una vuelta.
Alison: no demores.
Richard: *camino por el pueblo, si te lo propones en el día puedes recorrerlo de punta a cabo. Llama mi atención una pequeña floristería. Por que no regalarle algo a mi esposa, ella siempre ha sido mi apoyo.*
Verónica: *este es el único lugar donde encuentro paz. Me gusta estar rodeada de naturaleza. Suena la campana de la puerta. Ha llegado un cliente y es uno de esos lobos.*
Richard: buenos días, ¿qué tipo de flores vende?
Verónica: muchas variedades, pero sería más rápido saber ¿qué busca? o para ¿quién es? y si esa persona tiene alguna preferencia.
Richard: son para mi esposa. Ella no tiene una flor preferida en particular, le gustan todas.
Verónica: si es así, que tal una combinación de rosas rojas y negras, pasión y misterio.
Richard: creo que irá bien con nuestra historia. *La chica solo sonríe, es muy amable. La observo con detenimiento mientras realiza el arreglo floral. No siento nada especial en ella, parece ser solo una humana común. Pero emana mucha precencia para ser una simple mortal, y me causa curiosidad.* ¿Qué eres?
Verónica: *mis manos se detienen en seco y me encuentro atrapada en la mirada intensa de ese hombre.* N...no sé a que se refiere.
Richard: mientes, puedo escuchar tu corazón desbocado cual caballo de carreras. Pero no temas, no tengo mala intención solo me dió curiosidad.
Verónica: ustedes los lobos son muy sensibles, tienes buen oído.
Richard: lo sabía, emites un aura muy fuerte para ser humana.
Verónica: soy una bruja.
Richard: hace mucho que no veo a una. *Ella solo me responde con una sonrisa y ese arreglo floral cobra vida en sus manos. Haciendo todo un espectáculo digno de verse, las cintas se mueven por si solas formando un lazo.*
Verónica: un arreglo especial para un cliente especial.
Richard: *pago por el arreglo*. Gracias por el ramo y por el espectáculo. *Me dirijo a la puerta y al abrirla por solo un instante, lo sentí. Pero desapareció, así que vuelvo a cerrar quedándome un poco confundido.
Verónica: ¿sucede algo?
Richard: no lo sé, por un momento me invadió una sensación ominosa y los instintos de un lobo no se equivocan. Nuestra naturaleza nos alerta cuando hay peligro, pero no va dirigido hacia mí.
Verónica: *al escucharlo tengo sentimientos encontrados. Por primera vez alguien me da certeza de lo que creí que fuera solo paranoia mía*. ¿Puedes sentirlo?, esa ...precencia.
Richard: sí, aunque fue solo por un momento, pero envolvía este lugar. Ve a casa, te acompañaré hasta que llegues.
Verónica: gracias. *Recojo todo con rapidez y cierro el local. Como es un pueblo pequeño en cuestiones de minutos llegamos a mi casa*. Gracias por acompañarme soy Verónica Stanson.
Richard: de nada, me llamo Richard Beaumont si necesitas mi ayuda no dudes en buscarme. *Me despido y voy con mi esposa, he demorado más de lo planificado.*
Alison: al fin llegas. *Oculta algo en su espalda, asi que lo miro con sospecha.*
Richard: para la mujer más hermosa del mundo.
Alison: son preciosas.
Richard: sabes, hoy conocí a una chica.
Alison: ¿debería estar celosa?
Richard: no es eso, se llama Verónica. Es una bruja y una muy fuerte, a pesar que se camuflaba no podía esconder esa aura tan poderosa que emite y eso solo muestra lo grande de su poder.
Alison: no es normal que te intereses tanto por alguien que acabas de conocer.
Richard: lo sé, había algo en esa joven, sentí la necesidad de protegerla. Una precencia no muy buena está cerca de ella. Pero se ocultó al momento en que pude percibirla.
Alison: si sientes que debes protegerla entonces es alguien importante para nosotros o alguno de los nuestros.