¿Podría un hombre marcado por la sangre cambiar al encontrarse con una mujer que veía la esperanza en todo?
¿O el pasado de ambos sería demasiado fuerte para escribir una nueva historia?
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Cap. 6
Encuentros en la penumbra
—La verdad, Aris... esa chica tiene una voz dulce. No sé, algo tiene —comentó Steven mientras revisaba su celular.
—Sí, señor. Se escucha tranquila, como de esas que te relajan —respondió Aris, sin levantar la vista.
—¿Y tú qué piensas, Fer? —preguntó Steven, dirigiéndose a Lucifer.
Lucifer exhaló el humo de su cigarro con calma, sin cambiar el gesto.
—No me interesa. No me gusta complicarle la vida a nadie. Nunca he aplastado a los que apenas sobreviven —dijo con tono seco.
—Ay, no seas tan frío. ¿Quién sabe? Igual y es tu alma gemela —bromeó Steven, soltando una carcajada.
—No digas tonterías. Yo no tengo alma gemela. Ni la quiero —respondió Lucifer, sin mirarlo.
Steven se rió. Aris bajó la mirada, incómodo. Solo Steven se atrevía a bromear con Lucifer sin miedo.
Lucifer sacudió la cabeza y se levantó.
—Aris, vamos al Happy Life —ordenó.
—Sí, señor —respondió Aris, poniéndose de pie.
—Yo también voy —dijo Steven.
—¿Quieres ir en mi coche? —preguntó Lucifer, con una ceja levantada.
—No, traje el mío.
—Mejor. No me gusta que se suban a mi coche —dijo Lucifer, caminando hacia el estacionamiento.
Steven lo siguió, sonriendo para sí. Mientras caminaba, marcó el número de Eva.
📱 *Tuuut... tuuut... tuuut...*
—¿Hola? —respondió Eva, con voz adormilada.
—Eva, soy Steven. El del coche que chocaste.
—Ah... sí, señor. ¿Todo bien?
—Necesito que vengas esta noche. Te voy a mandar la dirección.
—¿Ahora? Pero ya son las diez... —dijo Eva, sentándose en su cama.
—¿Y? ¿Prefieres que te denuncie por daños y fuga?
—No, señor. Yo dije que me haría responsable...
—¿Cuántas cuotas piensas pagar?
—No sé cuántas, pero lo haré. Se lo prometo.
—Entonces ven. Tengo los papeles listos. Estoy ocupado y no puedo reagendar. Te espero en Happy Life, en la colonia Juárez.
Steven colgó sin esperar respuesta.
Eva se quedó mirando el celular. Un mensaje llegó segundos después:
📩 *“Estoy esperando tu llegada en Happy Life, Av. Bucareli 47. Si no vienes, llamaré a la policía. No te preocupes, no tengo malas intenciones.”*
Eva tragó saliva. El nombre del lugar no le daba confianza. Pero tampoco quería problemas legales.
—Ni modo... me voy. Llevo mi perfume de defensa, por si acaso —susurró, mientras se ponía una blusa larga, suéter rosa, jeans, tenis y su bolsa cruzada. Subió a su motoneta y arrancó.
...****************...
Lucifer, Aris, Hendra y Steven llegaron al club. El ambiente era denso: luces rojas, humo de cigarro, olor a alcohol y perfume barato. Bailarinas en ropa diminuta se movían al ritmo de reguetón y electrónica.
—Buenas noches, señor Lucifer. Qué gusto verlo por aquí —dijo Peter, acercándose con una sonrisa fingida.
Lucifer no respondió. Se sentó en su mesa habitual, mirando la pista de baile sin expresión.
Peter se acomodó cerca, acompañado por dos mujeres.
—Señor, Lena lo extraña. No ha dejado de preguntar por usted —dijo una de ellas, sentándose en su regazo.
Lucifer encendió otro cigarro y la ignoró.
Lena lo tomó de la mano y lo llevó a la pista. Él no se resistió. Bailaron. Ella lo abrazaba, lo besaba en la mejilla, mientras él permanecía impasible.
Steven los observaba desde la mesa, con una mezcla de lástima y resignación.
—¿Dónde está esa chica? Ya debería haber llegado —murmuró.
—¿La conoces, Hendra? —preguntó Steven.
—No, señor. Pero recuerdo su cara. Muy bonita —respondió Hendra, comiendo cacahuates.
—¿Quién es esa mujer, Steven? —preguntó Peter, curioso.
—Nadie —respondió Steven, cortante.
...****************...
Eva llegó al lugar. Estacionó su moto y se quitó el casco. Desde afuera, escuchaba la música estridente. Algunos hombres borrachos tambaleaban, otros vomitaban en la banqueta.
—Dios mío... ¿entro o me voy? —susurró, abrazando su bolsa.
Respiró hondo y se aventuró a entrar.
—Hola, guapa. ¿Vienes sola? —le dijo un hombre, tomándola del brazo.
Eva se soltó con una sonrisa nerviosa y siguió caminando.
Marcó el número de Steven.
📱 *Tuuut... tuuut...*
—¿Hola?
—Señor, ya llegué. Estoy adentro. ¿Dónde lo encuentro?
—Sube las escaleras. Pregunta por la mesa del señor Lucifer. El camarero te llevará.
—¿Lucifer? ¿Ese es su nombre?
—Sí. ¿Algún problema?
Eva dudó. Ese nombre le sonaba. Lo había escuchado antes. Lo había visto antes.
—Está bien, señor. Voy para allá.
Se acercó al camarero y preguntó por la mesa de Lucifer.
Te felicito
espero que ese tipo le diga a Eva que su padre la vendió a el para pagar la deuda que tenia con el aver si con eso ya habré los ojos y se da cuenta que ellos no la quieren y solo la ven como un objeto que pueden usar del cual desacerse
y así ella se aleje y corta lazos con esa gente que si la buscan con escusas barata no los escuche ni les de dinero que solo se preocupe por ella y su hermano que se ve que la quiere y se preocupa por ella