NovelToon NovelToon
La Flor Del Imperio Raíces De Obediencia

La Flor Del Imperio Raíces De Obediencia

Status: Terminada
Genre:Yaoi / Posesivo / Dominación / Amor-odio / Enfermizo / Completas
Popularitas:3k
Nilai: 5
nombre de autor: Anonymous (S.D)

Lo llamaban la flor del imperio. Tan perfecto, tan puro, tan irremediablemente suyo.

No era libre. No lo había sido desde que sus ojos cruzaron con los del emperador. Él lo llamo "La Flor del Imperio" y desde entonces no volvió a caminar solo.

Rodeado de lujos, pero encadenado al deseo de un hombre que confundía amor con poder, belleza con pertenencia.

—Eres mío— susurró —. Mi flor. Mi único tesoro y nadie roba lo que es del Emperador.

NovelToon tiene autorización de Anonymous (S.D) para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Voces en la Oscuridad

Eirian

La humedad del calabozo se pegaba a mi piel como un segundo castigo. No sabía cuántas horas habían pasado desde que me arrojaron ahí, pero el tiempo parecía suspendido en ese rincón sin luz.

Me abrazaba las rodillas, en silencio, cuando escuché pasos arrastrándose. Luego, un quejido.

Una figura fue empujada a la celda contigua. Tosía, sangraba por la ceja. Era el sirviente.

—¿Tú…? —murmuré, arrastrándome hasta la reja que nos separaba.

Alzó la vista y esbozó una sonrisa rota.

—Parece que hablar con flores imperiales ahora es un crimen.

Me acerqué más, los dedos aferrándose al metal oxidado.

—¿Te hizo esto por… por mí?

—Sí —admitió, sin dramatismo, como quien ya está acostumbrado al dolor—. Pero valió la pena.

Nos miramos en silencio. Por primera vez desde que llegué al palacio, no me sentía solo.

—¿Cómo te llamas? —pregunté.

—Nerian. Mi madre decía que significaba "nacido en la noche".

—Soy Eirian —respondí—. Aunque ya no estoy seguro de quién soy.

Nos sentamos juntos, espalda con espalda contra el muro, como si la cercanía pudiera devolvernos algo de calor.

—¿Por qué lo haces? —le pregunté—. ¿Por qué desafiar a alguien como él?

—Porque alguien tiene que hacerlo —susurró—. Y porque tú aún no te has rendido. Si te rompiera por completo… él ganaría.

No supe qué responder. Solo sentí que algo en mí se ablandaba, como una raíz encontrando tierra fértil entre las grietas.

Pasamos horas hablando en voz baja. Él me contó cómo había nacido en el palacio, criado entre sombras y órdenes. Yo le hablé de los libros, de la librería, de la vida que había perdido.

Y cuando el silencio volvió, no era un silencio cruel. Era un silencio compartido.

Antes de dormir, Nerian dijo algo que se quedó grabado en mí:

—Puede que estemos en una celda, Eirian. Pero aún tenemos algo que él no entiende: elección.

Y en la oscuridad, por primera vez en días, sentí que una pequeña chispa se encendía dentro de mí.

No estaba solo.

Y no iba a quedarme quieto para siempre.

La oscuridad nos abrazaba como un manto pesado, pero la conversación con Nerian había encendido una chispa. Una que ni la humedad ni las paredes de piedra lograban apagar.

—¿Tú crees que haya forma de salir de aquí? —pregunté, en voz baja, como si temiera que las piedras pudieran delatarnos.

Nerian tardó en responder.

—Las celdas no se abren desde dentro, pero... conozco partes del castillo que ni los guardias patrullan ya. Si alguna vez nos sacan de aquí, si tenemos suerte, tal vez...

—¿Tal vez? —insistí.

—Tal vez podamos hacer algo más que sobrevivir.

El silencio volvió a caer entre nosotros. No era desesperanza lo que sentía. Era una mezcla de miedo y deseo. Deseo volver a tener control, de levantarme, de no ser más la flor decorativa de un emperador enfermo de poder.

—¿Por qué me ayudaste aquella vez? —pregunté—. Antes, en el jardín.

—Porque vi tus ojos. No mirabas como los demás. No tenías miedo de verdad… aún. Y porque nadie debería sentirse solo en un lugar como este.

Sonreí débilmente. Me acerqué a los barrotes que nos separaban y apoyé la cabeza contra el metal. Sentí cuando él hizo lo mismo. Dos prisioneros, unidos por el dolor, la injusticia… y una incipiente confianza.

—Nerian —dije, sintiendo que la noche se hacía menos hostil—, si salimos de aquí, si lo logramos… quiero que no nos detengamos. Quiero que esto no sea solo para mí. Quiero que él pague por todo.

—Entonces, eso haremos —respondió con voz firme.

Y fue en ese momento, mientras el sueño me vencía apoyado en el muro, que supe que ya no era una flor. Era una semilla, enterrada en la oscuridad. Y cuando brotara... sería con espinas.

Día y noche se confundían en ese calabozo. El tiempo no pasaba, solo pesaba.

Nerian intentaba mantenerme despierto con historias, planes, recuerdos del mundo exterior. A veces reíamos bajito, con esa risa rota que solo tienen los que están demasiado cerca del abismo.

Pero entonces venían las visitas.

No siempre eran físicas. A veces era solo una carta. A veces una voz.

Y otras veces… era él.

Una noche, los guardias llegaron sin previo aviso. Me arrastraron por los pasillos húmedos hasta una pequeña sala de piedra con una sola antorcha. Él ya me esperaba.

—Mi flor —sonrió—. Cada día te marchitas un poco más… ¿es que extrañas mi jardín?

No dije nada. Me mantuve en silencio, pero él no necesitaba palabras para jugar.

—Tu amigo se ve tan... leal, ¿no crees? ¿Qué crees que pasaría si le ofreciera tu libertad a cambio de la suya?

Mi mandíbula se tensó. Él se acercó y me susurró al oído:

—Tal vez ya lo hice.

Me llevó de vuelta al calabozo con esa frase clavada en la nuca. Nerian me recibió con la misma sonrisa de siempre, con las mismas palabras tranquilas. Pero no pude dormir.

¿Qué pasaría si fuera cierto?

¿Qué pasaría si Nerian mentía?

¿Qué pasaría si todo fuera un juego del emperador?

Los días siguientes se volvieron una prisión dentro de la prisión. El emperador enviaba cosas a la celda: una flor marchita. Una pequeña corona de cristal rota. Un espejo. Un vestido ensangrentado.

Jugaba con mi mente como un niño cruel con su marioneta favorita.

Una noche no pude más. Me acurruqué en una esquina, temblando.

—Eirian —dijo Nerian, sujetándome por los hombros—. Lo que sea que esté intentando hacerte… no le dejes ganar.

—Ya no sé qué es real —confesé, la voz hecha un hilo—. No sé si tú… si esto…

—Mírame —me obligó a alzar el rostro—. Estoy aquí. Soy real. Y tú también. Él solo tiene poder si se lo damos.

Sus palabras me golpearon como un latido. Lo miré, con ojos vidriosos, y asentí. Por dentro seguía roto, sí, pero esa noche comprendí algo importante:

Él me quería solo. Y yo no lo estaba.

1
Flor Romero
la novela no ha sido bonita es cruel y poco creíble, no hay quien resista tanto
Candelaria Melian Garcia
pues me encantaría una segunda parte y sobre todo si la reencarna ya que se merece ser feliz y que el niño ponga en su lugar al emperador gracias por la novela /Heart/
Mily \♥️/
Muy lindoo, aunque llore mientras lo leía, me dejó con una sensación pero aún espero que el hijo se vengeee, ese emperador merecee todo tipo de venganza 😭😡
Mily \♥️/
yo estoy de acuerdo!!! quieroo venganzaaaa 💔😡
Mily \♥️/
😭😭😭😭
Mily \♥️/
aaaaaa 😭😭💔
Guisela Yupanqui Ramirez
a mí igual ae que reencarne y se vengue
Julii ♥️
Si por favor
Julii ♥️
Estas bien demente ya mandenlo a dormir
Angelica Gil
porfabor aslo telo pido 😭
nairoby rodriguez
pues a mí me parece muy bien si haces la segunda temporada..
nairoby rodriguez: la espero con ansias
total 1 replies
Angelica Gil
😐😐 Nooo como que murió yo tenia la fe que ocuriria que rencarnara o que el árbol fuera mágico y lo tegresara a la vida y el pudiera alfin ser libre y feliz
Mily \♥️/: yoo quiero que el hijo se vengeee😡😡 lo vengeeeee
Anonymous: Perdón me gustan los finales trágicos y más novelas con mucho drama y romance oscuro, estoy pensando hacer segudan temporada con la historia del hijo y unas sorpresas más 🫣🫣🫣🫣, pero aún lo estoy pensando
total 2 replies
Julii ♥️
Bienvenido a tu jaula de oro
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play