En un mundo donde los Alphas están arriba de todo y los Omegas abajo, Aria Vance una trabajadora de un club exclusivo para Alphas dominantes, donde se ofrecen servicios para ayudarlos a liberar la carga de sus feromonas, siendo que todos los empleados de la servidumbre estrictamente son Betas, por lo cual ella tuvo que mentir en su sub genero para poder trabajar allí, escondida en la cocina como ayudante. Todo iba bien hasta que un día de trabajo una serie de eventos inesperados la pusieron frente a Liam Vidal, un Alpha dominante, que llevado por sus instintos se abalanza sobre ella. Después de allí comienzan a ocurrir sucesos que la obligan a correr lejos de la vida de aquel hombre, entre ellas es el hijo que ahora llevaba en su vientre.
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Capitulo 1. Un mundo de Alphas, Betas y Omegas
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Otra acotación que debo hacer es que, esta novela es un Omegaverse, es decir que no es de Lobos, a pesar de que se habla de Alphas, Betas y Omegas, este es un genero que propone un mundo paralelo donde se maneja este estilo jerárquico
Tambien quiero recordarles que subo capitulo diario y no olviden verificar en la etiquetas si la obra se encuentra en emisión o si ya esta completa, para que no sufra algún momento de molestia
Sin mas nada que decir, mas que solo darles las gracias por el apoyo y la oportunidad a esta obra, ¡COMENCEMOS!
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En un mundo donde la sociedad está dividida entre ricos y pobres, el más fuerte pisa al débil y todos continúan su camino sin prestar atención a las necesidades de las otras personas a su alrededor, el poder lo es todo.
El tema de los géneros también los mantiene divididos en su propio estatus social, ya que, además de existir los géneros del sexo, también desarrollan a cierta edad el segundo género, el cual separa unos de otros, clasificándolos en una jerarquía diseñada para regir y mantener el orden dentro de esa sociedad.
Los Alphas, seres especiales, bendecidos para tener éxito en todo lo que se propongan, lideres por naturaleza, encabezan la Jerarquía, aunque incluso entre Alphas existen eslabones bajos y altos, a esos Alphas que se encuentran por encima de todo se les llaman “Dominantes”, se cree que son quienes se encargan de moldear al mundo según sus antojos, las feromonas de un dominante se mantienen en un constante descontrol, por lo tanto, deben liberarlas cada cierto tiempo para poder soportar su RUT, también conocido como el ciclo de celo de los Alphas, de no liberar sus feromonas, dicho dominante corre el riesgo de perder la cordura, llegando incluso a ocurrir accidentes debido a ello, la mayoría eran casos en los cuales se veían victimas incluidas. Para evitar aquellos problemas, se crearon clubes, en ellos se mantenía un nivel de seguridad extremo para asegurar que todo sea confidencial y también seguros, allí los Alphas pagaban por servicios de Omegas capacitados y preparados para satisfacer y calmar las feromonas de los dominantes, de esa forma aligeraban la carga sin la necesidad de tener que buscar una pareja, resolviendo así el problema de estos.
Los siguientes en la cadena jerárquica, se encontraban los Beta, personas que no desarrollaban segundo género, es por ello que no debían lidiar con los problemas que incurrían las feromonas, logrando llevar vidas normales sin ningún tipo de percance que pudiera causarles molestias, además de las normales que viven cualquier persona. Los Beta conforman la mayor parte de la población.
Al final, debajo de todo y todos, se encontraban los Omegas, considerados tan solo como simples herramientas, esclavos de los Alphas, marionetas fáciles de manipular, quienes no pueden resistirse a las feromonas de los Alphas. Aunque al igual que los líderes de la Jerarquía, los Omegas también se dividían en dos grupos, entre los cuales se encontraban los Omegas dominantes, quienes podían resistir las feromonas de los Alphas, así que, estos solo podían ser subyugados por los Alphas dominantes, a quienes no podían resistirse. Además de eso también debían lidiar con sus ciclos de celo, para los cuales deben tomar inhibidores, que los ayudan en esos casos. Era sumamente peligroso para un Omega estar al aire libre durante su celo, ya que corría el riesgo de ser marcado por un Alpha y con ello, perder su completa libertad, volviéndose sumiso ante el Alpha que lo marco, impidiéndoles reproducirse con otros.
De esa forma se regía el mundo, logrando mantenerse en pie, sobre llevando las adversidades que causaban los segundos géneros entre la población, debiendo mantenerse a la vanguardia con los estudios medicinales para facilitar cada vez más toda aquella situación.
El club Bastión, conocido por ser uno de los más importantes y lujosos clubes, contando con la mayor atención y servicios para Alphas dominantes, convirtiéndolo así en el más frecuentado por los líderes de mayor poder y sus descendientes.
Allí trabajaba Aria Vance, oculta en la cocina como ayudante, una Omega de veinticinco años, que debido a las necesidades de conseguir dinero para los cuidados de su madre hospitalizada por problemas cardiacos y no lograr conseguir empleo, llego al punto de mentir y falsificar su identificación de género, debido a que, en aquel club, el único personal que era contratado para servir en las áreas comunes eran Betas y la paga era una de las más altas que cualquier empresa pudiera ofrecer, mientras que los Omega solo eran contratados para ofrecer, otra clase de atención a los Alphas que iban allí buscando sus servicios para poder liberar sus feromonas.
El personal Omega era atendido y cuidado por especialistas, que se encargaban de verificar que puedan cumplir de forma eficaz con el trabajo para el cual habían sido contratados, asegurando así la calidad del servicio y la complacencia de los clientes.
Era un riesgo el estar en aquel lugar, aunque estuviera alejada del área donde se encontraban los Alphas y por suerte los Beta que trabajaban con ella no podían percibir sus feromonas, no dejaba de ser peligroso. Lo que compensaba todos aquellos riesgos era el llegar al hospital y en aquella habitación, recuperándose y ahora con un mejor semblante, se encontraba su madre, quien la recibía con una gran sonrisa en su rostro.
- Mamá, buenos días – le dice Aria entrando a la habitación
- Buenos días, hija mía – le dice abriendo sus brazos para recibir a Aria entre sus brazos, mostrándole su contagiosa alegría al verla
- ¿Dormiste bien? – le dice Aria abrazándola, sintiendo que podía reponer sus energías con tan solo ese abrazo
- Claro, aunque dormir en un hospital no es lo ideal – le dice alejándose – preferiría estar en casa contigo y poder ir y venir sin que me vigilen a cada minuto – le dice con voz de tedio
- No tienes más opción, tu condición no es un juego en este momento – le dice reprendiéndola
- ¿Mi condición?, yo soy un roble, jamás podrán derribarme – le dice decidida
- Sí, claro madre – le dice Aria riendo