La General vuelve al pasado decidida a cambiar el futuro de su reino..
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
20) Ni villana, ni santa
21) Salvando a mi Ernesto
22) Cartas para una princesa
23) Ya te olvidé
24) Dulce Prisión
25)Secretos de una poción
26) La venganza de Leia
** Todas novelas independientes **
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Entrenamiento Imperial 1
una semana despues Alexandra estaba cenando tranquila por primera vez en dias, el comedor solo tenia el sonido de los cubiertos y el crepitar del fuego en la chimenea, cuando de pronto una sombra se movio en la pared, y de ella, como si saliera del aire mismo, aparecio el duque Fairfax
Duque: buenas noches, princesa.. parece que aun no te has olvidado de comer bien
ella casi se atraganto, dejo caer el tenedor y se levanto de golpe, el corazon le dio un salto en el pecho
Alexandra: que... que haces aqui?! acaso no sabes tocar una puerta!?
Caleb se sirvio una copa de vino sin pedir permiso, se sento en la mesa frente a ella, como si fuera su casa
Duque: tranquila, princesa, solo vine a probar si la comida de tu reino era tan mala como decian... debo admitir que al menos esto.. es decente
ella lo miraba con el ceño fruncido, el enojo y la verguenza mezclandosele en el rostro..
Alexandra: te atreves a entrar asi, a mi mesa, sin invitacion, sin aviso...
Duque: calmate, princesa, no estoy aqui por guerra, ni por espionaje, vine porque el emperador me pidio revisar los avances del entrenamiento y... me parecio aburrido dormir en mi barco..
Alexandra: ¿q-que?
Duque: que pasa? acaso pensaste que dormiria aqui contigo?
Alexandra: yo... yo no dije eso, pero..
Caleb solto una carcajada baja, se levanto y le toco la frente con un dedo, suavemente, como si la estuviera midiendo
Duque: estas ardiendo, princesa... y no por fiebre.. no seas una desvergonzada, solo pedi una habitacion, diferente, para dormir esta noche..
ella le aparto la mano de un manotazo, la cara roja..
Alexandra: eres un insolente!
Duque: si, lo soy.. pero un insolente con hambre y sueño, asi que... si no te molesta, dile a uno de tus sirvientes que me prepare una habitacion lejos del ruido
Alexandra: ronald! prepara una habitacion para el duque, en el ala este, la mas fria
Duque: perfecta eleccion, me gusta el frio
cuando salio del comedor, Alexandra se dejo caer en la silla con las mejillas encendidas, furiosa y confundida
[maldito duque... entra, bebe mi vino, se burla de mi y aun asi actua como si todo estuviera bien...]
al dia siguiente Alexandra bajo al comedor con el ceño fruncido, aun no entendia como habia dormido sabiendo que Caleb Fairfax estaba bajo el mismo techo, pero ahi estaba él, sentado a la mesa, desayunando como si fuera su casa
Duque: buenos dias, princesa.. espero que hayas dormido bien, tu mansion es sorprendentemente silenciosa, para un lugar lleno de soldados aunque la comida es deliciosa
Alexandra: que haces aqui tan temprano?
Duque: desayuno o es que necesitas permiso para eso en este reino?
Alexandra: me refiero a por qué no estas en el ducado, o en tu barco, o... lejos
Duque: porque hoy entrenare con tus soldados
Alexandra: que... vas a qué?
Duque: entrenar.. tendran un entrenamiento imperial.. el emperador me pidio que los evaluara y... sinceramente, quiero ver si esas defensas “de juguete” que tanto te gustan sirven para algo
Alexandra: no tienes derecho a burlarte, Fairfax
Duque: no me burlo.. solo quiero comprobar si tus hombres son tan fieros como su general presume
Alexandra: no te atrevas a humillarlos
Duque: princesa, si se sienten humillados por perder, entonces todavia no estan listos para la guerra y si crees que no soportaran un entrenamiento mio, mejor disuelvelos y ahorra recursos
Alexandra: ellos pueden soportar cualquier cosa
Duque: bien, entonces que lo demuestren
cuando salio, Alexandra se quedo mirando su espalda ancha, el paso seguro, y apretó el puño sobre la mesa.
[arrogante... pero si cree que va a venir a enseñarme como dirigir a mis hombres, se equivoca]
sin embargo, cuando llego al patio una hora después, los soldados ya estaban formados y el duque Fairfax los observaba con los brazos cruzados, serio, sin rastro de burla
y por primera vez en mucho tiempo, Alexandra sintió una mezcla extraña.. molestia... y curiosidad.
Caleb saco de su capa una bolsa de monedas y la levanto para que todos la vieran, el sonido del oro tintineo y capto de inmediato la atencion de los hombres
Duque: escuchen bien.. tengo otra bolsa igual a esta, y se la ganara quien logre derribarme, o al menos tocarme con su espada..
hubo un murmullo general, algunos soldados se miraron entre ellos, incrédulos, otros rieron por lo bajo
Alexandra, que observaba desde los escalones, cruzo los brazos y arqueo una ceja
[esto no terminara bien]
Caleb sonrio, notando su mirada..
Duque: no usare magia,, solo mi espada, y ustedes pueden atacarme todos a la vez, si asi lo desean
—eso es imposible
- somos veinte hombres, duque
Duque: entonces veinte veces mas divertido
y arrojo la bolsa al suelo frente a ellos
Duque: si logran tocarme, el oro es suyo, sencillo
ronald, el segundo al mando, miro a Alexandra buscando una señal, pero ella solo asintio lentamente
Ronald: adelante, muestren de que estan hechos
los hombres se formaron, dudando, y Caleb desenvaino su espada con calma, sin postura de guardia, apenas apoyada sobre el hombro
el primer soldado cargo, pero el duque se movio tan rapido que apenas se vio, lo esquivo sin esfuerzo, girando con elegancia, la punta de su espada rozando el aire cerca del cuello del oponente
Duque: uno..
vinieron tres mas, pero Caleb los esquivo igual, con pasos limpios, sin apenas esfuerzo, girando el cuerpo como si danzara entre ellos
cada vez que alguien caia o perdia el equilibrio, él decia en voz baja, con tono burlon pero sin crueldad
Duque: dos... tres... cuatro...
Alexandra lo observaba con atencion, la rabia mezclada con una sensacion de respeto involuntario. no podia negar que su tecnica era impecable
al cabo de unos minutos, todos los soldados jadeaban, sudando, con la ropa llena de polvo, y Caleb apenas respiraba agitado
Duque: nadie mas? vamos, muchachos, pense que querian el oro
Leon, agotado pero terco, se lanzo una vez mas, y Caleb lo detuvo con un leve movimiento de muñeca, su espada tocando el pecho del soldado
Duque: listo... el oro sigue conmigo
los hombres bajaron las cabezas, algunos frustrados, otros riendose del reto perdido. Caleb miro a Alexandra, que seguia en su sitio
Duque: debes admitir que no estuvo tan mal
Alexandra: si, pero mis hombres aprendieron algo.. aprendieron que el enemigo no siempre pelea como uno espera..
Duque: sabia que lo entenderias, princesa
Alexandra: y tus monedas?
Duque: que se las repartan, lo intentaron con valor
los hombres lo miraron sorprendidos, y Alexandra, sin querer, tambien.
por primera vez desde que lo conocia, Caleb Fairfax no parecia el hombre arrogante que la irritaba, sino alguien que entendia lo que hacia… y eso la confundio mas de lo que queria admitir.