Ana Maria. Es una mujer, dedicada al hogar, a los hijos y a su negocio. Nunca se imaginó que su vida cambiaría al descubrir la infidelidad por parte de su esposo. Una noche de copas termina en la cama con un desconocido. Ahora más que nunca está decidida a divorciarse. Pero nunca se imaginó que a su regreso de su viaje se encontraría con la peor escena que sus ojos podrían ver. Y que de ahí comenzaría la peor pesadilla, que podría vivir. Perder a sus hijos.
Acompañame esté nueva obra. Ana Maria logrará rescatar a sus hijos de mano de su ex esposo. Y ella el desconocido se volverán a encontrar.
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Deseos
Ulises se queda en silencio viendo a su esposa, un poco sorprendido pues nunca la había visto que ella hablara de esa manera siempre había sido una esposa humilde sumisa sometida es algo la estaba impulsando a hablar y a reprocharle, todo lo que él le hizo en el pasado incluso acababa de mencionar la noche en que él llegó con una niña de brazos.
-- Deberías de guardar silencio Diana. Pues tú no sabes la verdadera procedencia de esa niña juré jamás revelar sus orígenes. --
-- Siempre has escondido. Quién es la madre de esa bastarda. Tu hija ilegítima. "Una bastarda" que durante todos estos años tuve que aceptarla en mi propia casa. --
Pero Diana siempre había sido una mujer que no ponía mucha atención a las palabras que le decía su esposo.
-- Dije que te calles, Diana. No quiero volver a hablar más sobre este asunto. --
-- Sí es lo que siempre me has ocultado. Pero el día de mañana iré en contra de mi hija, y a final de cuentas se convirtió en una cualquiera, igual a la prostituta de su madre. --
Ulises se queda en silencio durante algunos segundos y después le responde a su esposa. -- Sí tú me desobedeces, Diana. Te juro que cuando regreses a esta casa tus cosas estarán empacadas en la puerta esperándote. para que te vayas. --
-- Solo quiero ver hasta dónde eres capaz Ulises. Se acabó tu tonta. Mañana declararé en contra de tu hija, para que Martín se quede con los niños. --
Ulises no le queda más que darse la vuelta, y dejar que Diana termine de empacar algunas de sus pertenencias, una vez que Diana termina de acomodar sus cosas sale de la casa, afuera ya la estoy esperando un taxi, que la llevara a la terminal de autobuses. Mientras que, por otro lado, también se prepara Alfredo para salir de viaje, para ir al encuentro con Ana María, pero por más que se pregunta, para sí mismo el nombre de esa mujer se le hace conocido, pero no recuerda dónde lo escuchó.
La noche cae y cada vez se torna más oscura amenazan a llover, el viento. Los relámpagos, Ana María está parada junto a la ventana observando, los reflejos de Los rayos y en el cielo, Silvia se acerca preguntándole. -- Qué tanto piensas amiga. --
-- Nada. Solo estaba pensando, en ese abogado que solo espero que mañana llegue puntual. No sé con qué sorpresa va a salir Martín mañana. --
-- No pienses en eso, Ana María solo piensa en que todo va a salir bien trata de mantenerte tranquila y no hable si el abogado no te lo pida. --
Ana María un largo respiro y después le respondió a su amiga. -- Estoy muy nerviosa no puedo estar tranquila tengo miedo qué más puede inventar Martín. --
Silvia se acerca a su amiga diciéndole. -- Tranquilízate, yo estoy algo nerviosa también, volver a ver a ese hombre y pensar que llevo a su hijo en el vientre, no sé cómo voy a reaccionar. --
Ana María y Silvia, continúan hablando con un largo rato más. Al día siguiente por la mañana a las mujeres están listas, Silvia recibe llamada de inmediato contesta. -- Si diga. --
Al otro lado, de la bocina una voz masculina solo le dice. -- señora, me veo en el juzgado. --
Pero corta la llamada y Silvia hace una muñeca. -- vaya está enojado. Tal parece que está amargado. --
-- Amiga es hora de ir nuestro abogado está aquí. Bueno nos verá en el juzgado. --
Silvia de un largo respiro después toma su bolso y ambas mujeres salen de la casa durante el proyecto Silvia conduce. Pero la qué ahora está nerviosa es ella.
Cuando llega el auto frente a las oficinas del juzgado. -- Bueno creo que deberías ir tú, ten mi teléfono y llámale el abogado ese, yo creo que te espero aquí cuando me llamen como tú testigo iré. --
-- Pero no me vas a acompañar Silvia. --
-- No. No quiero ver a ese hombre por ahora. --
-- Bueno me voy te espero. --
Ana María baja del auto, que cruza la calle y llega casi hasta las puertas del juzgado, toma el teléfono y le marca al abogado, mientras esperas de este le responda volteando, para todos lados, para ver hacia dónde se encuentra él cuando se da cuenta no tiene casi enfrente de ella.
Alfredo la ve inmediatamente la reconoce, que es la mujer, con la que su amigo Raúl pasó la noche, y de la cual parece que está enamorado. Alfredo trata de hacerse un poco el desentendido y que no la conoce, se presenta con Ana María y ella lo saluda cordialmente como si nunca se hubieran visto. Alfredo no puede evitar tratar de voltear a ver, para todos lados, tratando de buscar a la mujer con la que Ana María estaba esa noche
Pero Ana María, se queda paralizada al ver pasar Diana su madre, junto a ella, acompañada de Martín. Silvia sale de su auto y va junto a su amiga, Alfredo la queda viendo. -- ¡Amiga tranquila! ¿Qué hace tu mamá aquí? Y con Martín. --
El ver a mi madre con Martín, hizo pensar en miles de cosas, eso quiere decir que ella está aquí, para ser testigo. El abogado se me acerca haciéndome algunas preguntas para ponernos de acuerdo, me dice que no debo hablar hasta que él me lo pida, o hasta que yo sea interrogada, yo solo asiento le entrego el certificado médico donde estuve hospitalizada.
Después de intercambiar alguna palabras con la señora, Ana María, veo a su amiga, y no se porque diablos siento el deseo de abrazarla, yo nunca vuelvo a buscar a ninguna mujer con la que me haya acostado, pero con esta mujer. ¿Por qué diablos tengo este deseo? Si le contara a Raúl se burlaría de mí, pero en esos momentos no llaman que pasemos. Entro junto con la señora Ana María. Tomamos nuestros lugares donde nos indica un guardia de seguridad.
En el rostro Ana María se puede notar la preocupación que hay en ella, Alfredo se acerca preguntándole si le sucede algo a lo que ella le responde que sí, que la mujer que está al lado de mi demandante, es su madre. Y él es su esposo. Alfredo se gira lentamente volteando a ver a la pareja contraria y no puede creer que la señora sea la madre de Ana María y esté acompañando al esposo de Ana María cuando debería de estar al lado de su hija. -- ¿porque su madre no la apoya a usted? --
Y está encontra de ella , la misma calaña que Martín..