Es la historia de una mujer que se niega a dejar a su pareja luego de descubrir sus mentiras, organiza la forma de conocer a su rival buscando respuesta....
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CAPITULO 5
VIAJE Y EMOCIONES.
DIAS DESPUES.
El mensaje de Billy llegó a primera hora del día, justo cuando estaba finalizando la revisión de algunos documentos en la editorial.
"Querida, hemos tenido algunos contratiempos en la empresa. Estaré de regreso en un mes. Lamento mucho esto. Te prometo que te compensaré cuando vuelva. Te quiero. "
Me quedé fijando la pantalla de mi teléfono, abrumada por una mezcla de sentimientos. Un mes. Un mes sin verlo, sin sus abrazos ni sus besos. Pero también significaba... un mes extra para completar lo que había comenzado, era el momento ideal, inhalé profundamente y cerré los ojos un instante, no podía permitir que la culpa me hiciera titubear. Esto era lo mejor para ambos, decidí actuar sin tardar.
El primer movimiento fue despedirme de mis colegas, la editorial me había brindado mucho y, aunque me dolía dejarlo atrás, sabía que mi futuro estaba en Nueva York, llamé a mi equipo a la sala de juntas y les di la noticia con algo de nostalgia, los extrañare a todos.
—Ha sido un privilegio trabajar con ustedes, pero ha llegado el momento de seguir mi camino, recibió una oferta para un puesto en la sede de Nueva York y decidió aceptarlo.
Las reacciones variaron: sorpresa, felicitaciones y algunas expresiones de tristeza. Susi, mi asistente, me envolvió en un abrazo con lágrimas en los ojos.
—No será lo mismo sin ti, doña.
—Tampoco será igual para mí —respondí sinceramente—. Pero es el inicio de algo nuevo.
Después de varios días de trámites y despedidas, todo estuvo preparado. Me aseguré de que la transición fuera perfecta porque no quería dejar nada pendiente. Todo debía salir como estaba previsto, Sofía, la niñera de Fernanda, fue la siguiente en enterarse. Al informarle sobre mis aviones, su reacción fue inmediata.
—Iré contigo —declaró sin dudar.
— ¿Estás seguro? Es un gran cambio, Sofí.
—Dona, sabes que Fernanda es como una hija para mí. No podría quedarme aquí sin ustedes.
Su decisión me dio tranquilidad. Tenerla a mi lado me permitiría concentrarme en mi nuevo empleo.
La mudanza se realizó rápidamente. Con la mayoría de nuestras pertenencias ya en la nueva casa, solo quedaban algunos detalles. Vendí los muebles innecesarios y empaqué lo esencial en maletas.
Dos días después, estábamos en el avión hacia Nueva York. Fernanda estaba emocionada con el viaje, pero yo... sentía mi corazón acelerado, era una realidad, ya nos estábamos marchando. El avión tocó tierra bajo un cielo nublado, con el sol apenas asomándose entre las nubes. Al salir del aeropuerto, un viento helado me sorprendió, provocando que me estremeciera. Era muy diferente al clima cálido de Los Ángeles.
La ciudad nos dio la bienvenida con su característico desorden: taxis amarillos moviéndose entre los vehículos, un coro de bocinas que nunca cesaba, y gente que se apresuraba por las aceras. Todo era una mezcla impactante entre lo majestuoso y lo dinámico, donde la dureza del concreto chocaba con la vivacidad que palpitaba en cada esquina. Cuando el coche se detuvo frente a la casa, sentí como si un nudo se formara en mi garganta. Finalmente había llegado.
Era aún más linda de lo que tenía en mente. La fachada de ladrillos oscuros confería un aire moderno, con amplios ventanales que reflejaban el brillo de la ciudad. El interior era cálido y acogedor, con pisos de madera, una chimenea en la sala y una cocina amplia con un mármol que relucía.
Llevé a Fernanda a su cuarto. Su rostro se ilumina al ver la cama adornada con sus muñecas preferidas.
—¡Mamá, me encanta!
Le di un beso suave en el frente, sintiendo una oleada de felicidad.
—Este es nuestro nuevo hogar, cariño.
Esa noche, tras haber acostado a Fernanda, me situé frente a la ventana de mi dormitorio. Desde allí, contemplaba los rascacielos iluminados, como gigantes de cristal brillando en la penumbra. Tomé un profundo respiro, era el comienzo de algo extraordinario de lo que Billy aún no tenía idea, pero cuando lo supiera… esperaba que lo viera como yo lo hacía: como la oportunidad de construir una vida juntos, sin distancias ni despedidas. Por el momento, solo quedaba esperar el instante adecuado para compartirlo con él.
HOLA MIS QUERIDAS, ESPERO QUE LES ESTE GUSTANDO LA HISTORIA, GRACIAS POR LEER Y NO OLVIDEN DEJAR SUS COMENTARIOS.