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LA HISTORIA DE UNA ESCLAVA

LA HISTORIA DE UNA ESCLAVA

Status: En proceso
Genre:Novia sustituta / Matrimonio arreglado / Romance entre patrón y sirvienta / Esclava / Sirvienta / Amor-odio / Venganza de la protagonista
Popularitas:7.1k
Nilai: 5
nombre de autor: KLRESPLANDOR

Nica es el fruto de un rico hacendado, dueño de muchas tierras productoras de caña y algodón, y de un amorío con una de sus esclavas.

Y aunque su padre prometió protegerla, no vivió mucho para cumplir su promesa.

Apenas su padre murió, su tío y sus primos se encargaron de hacerle la vida un infierno. Le recalcaba a cada momento que ella solo era una sucia esclava con sangre impura corriendo por sus venas.

Y qué por lo tanto, su vida no valía nada.

NovelToon tiene autorización de KLRESPLANDOR para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El Pretendiente Austriaco.

El sol comenzaba a caer, otorgándole paso a la noche oscura y el inicio de la fiesta.

Los hermanos Montalván y su prima caminaban por los pasillos de la casa, divisando a la servidumbre y a los invitados que comenzaban a llegar. Sin embargo, lo que en verdad hacían era jugar y bromear entre ellos como cuando eran niños.

—Responde Aquiles, ¿Cómo quieres que sea tu nueva esposa? —Preguntó Lilianne con pillería.

Aquiles se alzó de hombros indiferente. Nica debía admitir que su primo se veía atractivo vistiendo un traje militar rojo.

—De ninguna manera, no espero nada. —Confesó el muchacho. —Que sea como ella es y punto; me conformo con que no sea una vieja.

—¿Dices que si fuese una salvaje con pésimos modales e irrespetuosa, no te importaría? —Preguntó Nica.

—Creo que xageras, prima. —Contestó Aquiles, entre risas. —Hablamos de una señorita austriaca, no un animal del monte.

Siguieron caminando por los pasillos, riendo y hablando de cosas teiviales hasta que vieron a la señora Gwendoline salir de su habitación junto a su esposo. Héctor tenía su semblante serio habitual, pero al ver detalladamente a los jóvenes estalló en cólera.

—¡¿Qué hace la esclava con esa ropa?! —Exclamó Héctor horrorizado. —¡Que vuelva a ponerse sus harapos y se ponga a trabajar con la servidumbre! ¡Ahora!

—S-Si señor, lo lamento... —Murmuró Nica, asustada.

—¡Eres insoportable Héctor, ella es tu sangre! —Reprendió Doña Gwendoline. —No hay problema en que se vista así por hoy.

—Es hija de una esclava pordiosera, y por lo tanto es de mi propiedad. Si le ordeno que haga algo, debe hacerlo si no quiere que le vaya peor. —Pronunció el terrateniente.

—Y lo que es tuyo también es mío, esposo. Si yo quiero que Nica asista al sarao de Aquiles para animarnos, asistirá como yo quiera... ¡Vámonos muchachos! —Demandó la señora, llevándose a los jóvenes y dejando a Héctor refunfuñando a sus espaldas.

—No tenía por qué hacer eso tía madrina, pude ir a cambiarme... —Comentó Nica.

No quería que por su culpa la relación de sus señores se tensaría.

—¡Tonterías, mi niña! ¡Vamos a recibir a los invitados! —Convidó la señora Gwendoline.

Los invitados empezaron a llenar el salón, todas familias de la alta sociedad. Los tres jóvenes quisieron revivir un recuerdo de niños jugando a ser críticos, donde calificaban los atuendos de los invitados y uno que otro chisme que haya surgido.

Como el rumor de que el abogado Yáñez tenía una amante de la misma edad que sus hijas, que la señora Salazar practicaba brujería con sus esclavos, o que recientemente el comendador Aguilar se enfermó de bronquitis, aunque algunos decían que en realidad era una enfermedad venérea.

—¡Bienvenidos a Nueva Córdoba, mis señores! —Saludó Héctor Montalván a sus invitados, bajando por las escaleras.

—¿Nueva Córdoba? Que yo sepa, esta ciudad tiene un nuevo nombre designado por la corona. —Comentó el señor Quijada, un senador del gobierno español que, a pesar de no tener una buena relación con Héctor, este debía invitarlo si quería dar una buena imagen. —No decirla es una infracción...

—Pienso que con ese decreto le están dando mucha importancia a los indios, más de la que deberían... ¿Acaso ellos levantaron este imperio? ¡Claro que no, fuimos nosotros! —Argumentó Héctor ante la atención de todos, quienes estuvieron de acuerdo con su punto de vista. —¿"Cumaná"? ¡Ja! Que nombre tan ridículo para una tierra llena de privilegios.

Lilianne frunció el ceño confundida al no entender esa conversación.

—¿De qué están hablando? —Cuestionó la rubia.

—Hace poco decidieron cambiarle el nombre al pueblo, en lugar de Nueva Córdoba le pusieron Cumaná en honor a los indios nativos. —Le explicó Aquiles a ambas. —Aunque todavía hay personas que se les escapa decir Nueva Córdoba.

—O más bien se rehúsan a decir su nuevo nombre. —Susurró Nica para si misma.

Era obvio que los españoles se negarías a otorgarle alguna especie de importancia a los indios. En ese momento, doña Gwendoline le dijo que por la cantidad de personas presentes era hora de tocar el piano para entretener el ambiente.

Nica se retiró del lado de sus primos y se fue al piano. Desde la percepción de Lilianne, tocaba increíble, incluso mejor ejecutadas.

—Estoy segura que de no ser por su posición, Nica sería una de las mujeres más envidiadas de toda la región. —Le comentó Lili a su hermano.

De repente, los hermanos fueron llamados para recibir a la familia Wagner de Austria, de la cual procedía la señorita con la que Aquiles contraería nupcias. La familia era integrada por el señor de la casa; Frederick Wagner y sus hijos; Paúl y Gretel.

—Bienvenido sea, señor Wagner. —Héctor Montalván estrechó la mano con su invitado.

—No me perdería de una velada tan especial como la de la unión de nuestras familias. —Correspondió Frederick Wagner, con un acento remarcado en las r.

Aquiles divisó por primera vez a su prometida, y no pudo evitar deleitarse ante su belleza. Cabello castaño claro cercano al rojizo, ojos color miel y portaba un vestido naranja que iba en armonía con su tono de piel... Aunque en su rostro se reflejaba seriedad y frivolidad.

—Señorita Gretel, es un placer conocerla. —Se presentó Aquiles, besando la mano de su comprometida.

—Igual. —Respondió Gretel, cortante. Aquiles quiso asumir esa actitud a su bajo conocimiento del idioma.

Los invitados empezaron a bailar animados por la música ejecutada por Nica. La servidumbre entraba y salía de la cocina con bandejas de aperitivos que volaban al instante.

Todos se saludaban y dedicaban sonrisas junto a palabras halagadoras... todas hipócritas, pensaba Nica.

Así eran los aristócratas, todo se basaba en la imagen que le dedicaban al mundo, cuando no eran más que lobos vestidos de ovejas. Ella se sentía como un simple adorno, lo único que aportaba en ese momento era la música. Pero nadie notaba su presencia, podía mirarlos a todos mientras ella no existía para los demás.

El señor Héctor hizo sonar su copa de champagne, llamando la atención de los invitados y silenciando la sala.

—¡Gracias a todos por venir! ¡Estamos reunidos para celebrar el matrimonio de mi hijo Aquiles con la señorita Gretel! ¡Y todos están invitados a la boda dentro de unas semanas!

Todos los invitados celebraron con devoción y brindaron por los futuros esposos. La música volvió a sonar y la cena empezó a llegar a la mesa. Lilianne solo comió pocos bocados, no tenía mucho apetito. De vez en cuando miraba juiciosa a su futura cuñada.

—Ella no me agrada. —Le susurró Lilianne a su hermano. —Su cara asusta.

—Quizás esté nerviosa. —Excusó Aquiles. Se le notaba cautivado por su futura esposa, no había dudas que dentro de poco actuaría como un joven enamorado. —Hablaré con ella, tal vez se relaje... ¿No vas a comer, Lili?

—No tengo hambre. —Contestó la rubia, retirando la servilleta de sus piernas. —Caminaré un rato, suerte con tu novia.

Lilianne se retiró, camuflándose entre los invitados. Cuando terminó de comer, Aquiles rodó la silla acercándose a la de Gretel, quien bebía vino de su copa.

—¿Qué tal la comida, señorita Wagner? ¿Fue de su agrado? —Preguntó Aquiles.

Gretel solo se molestó en mirarlo brevemente, sin quitar su rostro inexpresivo.

—Estuvo bien, no hay nada que destacar. —Respondió la joven austriaca, desviando la mirada.

—Señorita Wagner, ahora que somos novios, me encantaría referirnos a nosotros por nuestros nombres.

—Como usted desee, joven Montalván... —Asintió Gretel. Una queja por parte de su nuevo novio la hizo mirarlo otra vez y no esperó verlo con una mueca graciosa que le escapó una sonriss. —Jeje, perdón... Quise decir, Aquiles.

—Tiene una hermosa sonrisa, señorita Gretel. —Halagó Aquiles, orgulloso de haber hecho sonreír a su prometida.

La chica se sonrojó por el cumplido.

—¡Qué bonito ver a mi hermana conversando con su prometido! —Apareció el hermano mayor de Gretel, Paúl, arrogante.

Aunque Aquiles debía admitir que se impresionó por el buen español de su cuñado.

—Con el matrimonio cerca, acostúmbrese a llamarme cuñado joven Paúl. —Insinuó Aquiles.

—¡Jaja! Por supuesto, cuñado. —Afirmó Paúl, a gusto. —Cuñado, le quiero preguntar... ¿Sabe quién es aquella flor que toca el piano?

Aquiles se sorprendió por la pregunta, usualmente no solían fijarse de la presencia de Nica en reuniones sociales, por lo que no acostumbraba a responder esa duda.

—A-Ah, ella es Nica. Es... miembro de nuestra servidumbre. —Dijo Aquiles.

—¿Servidumbre? ¿Significa que es su esclava? —Dudó Gretel, incrédula. —¿Con esa piel blanca y rostro definido? ¿Está bromeando, cierto?

—No, no es una broma. Nica es hija de una de nuestras esclavas con un antiguo hacendado. —Aquiles encubrió el hecho de que ese "antiguo hacendado" se trataba de su difunto tío.

Hace años, su padre le exigió que si le llegaba a preguntar por Nica no resaltara su conexión familiar, sino tendría que dar muchas explicaciones y eso le traería mala reputación al apellido Montalván.

—Esclava o no, sin duda es hermosa. —Aludió Paúl, sin apartar la vista de la pianista.

—Se te va a caer la quijada, Paúl. —Comentó Gretel, disgustada.

—¿Cuánto vale? —Cuestionó el joven Wagner, interesado.

Los ojos de Aquiles estuvieron a punto de salirse de sus órbitas.

—M-Me disculpa, pero ella no tiene precio. Es una esclava muy preciada para la familia. —Contestó él joven, nervioso.

—¿Qué tan... preciada? —Gretel comenzó a sospechar cosas indebidas.

—Está aquí desde que nació. Mi madre la crió como si fuese su hija, mi hermana y yo siempre jugábamos con ella de pequeños. Es parte de la familia, por eso no está en venta.

—Significa que tiene una relación muy cercana con ella, ¿No es así? —Dijo Gretel, tensa.

—Solo es como otra hermana para mí. —Aclaró Aquiles, volviendo a tomar confianza. —Mi novia puede estar tranquila, no debe sentir celos de una esclava.

—¿Celos? —Exclamó la austriaca. —Yo no estoy celosa.

—¡Jaja! No hace falta mirarte para saber que lo estás, Mausi. —Añadió Paúl. Sin apartar la vista de Nica.

—¡Paúl, deja de babear por la esclava! —Regañó Gretel. —Aquiles te dijo que no puedes tenerla.

—Eso veremos... —Dijo Paúl, con una sonrisa maliciosa. —No te estreses hermana, no querrás darle una mala imagen a tu novio. Solo disfruta de la fiesta, de tu fiesta. Yo lo haré, a mi manera.

Paúl dejó a los dos novios solos en la mesa, desapareció en la multitud con un plan entre manos para conquistar a Nica.

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Laura Bermea Barrera
se acabó igual que todos que pasó.
rosa elena lopez gil
Que es esto, así no es falta de respeto.
rosa elena lopez gil
Muy buena novela
Maria Pineda
hermosa novela, espero más capitulos porfavor 🥺 felicidades autora 😍
Matilde Muñoz
lo mismo digo son idiotas y no cumplen con lo prometido
Isabel Olivera
mo jodan porq la cortan .
nunca más te leo. q falta de respeto son indeseable, engañan al lector.
Lourdess Aguilar Padron
Excelente... Me quede intrigada a caso Nica lo amara.
Sagaby
Y porque siendo Nica su esclava o doncella no está ni va a todas partes con ella .
Sagaby: Oh, ya entiendo
KLResplandor: Es que la escuela donde Lili da clases es un convento estrictamente católico, y Nica al no estar bautizada como otros esclavos no se la considera digna de entrar a esos lugares.
total 2 replies
Sagaby
Me da tristeza 😢 eh indignación que la supuesta prima que dice que la “ quiere” ni siquiera la allá dejado dormir en su habitación, aunque sea a escondidas.
KLResplandor: Lilianne estaba dormida. De ser así, la dejaba pasar sin dudarlo
total 1 replies
Daniela Rodríguez
será que Antonio gusta de Nika?
el señor Angeli de Liliana 🙈
Maria Escobedo
Bueno
Daniela Rodríguez
autora no tardes en actualizar 🙈
KLResplandor: Mañana publico un capitulo corazón, sin falta 😉
total 1 replies
Sagaby
Creo que ellos están comenzando una linda amistad .
Daniela Rodríguez
me encanta autora 🥰
KLResplandor
Gracias a ti por leer, espero que te esté gustando! 🥺
Daniela Rodríguez
gracias por actualizar autora ,recomendaré tu novela ❤️
Laura Bermea Barrera: Bravo por ti Escritora te pongo un 100 ahí la llevas felicidades buenos capítulos
total 1 replies
Daniela Rodríguez
gracias autora🥰
Daniela Rodríguez
gracias por actualizar 🥰
Daniela Rodríguez: gracias a ti autora 🥰
KLResplandor: Y a ti gracias por leer 🥺
total 2 replies
Daniela Rodríguez
muy buena novela creo merece una oportunidad de leerla
Daniela Rodríguez
cuando el próximo capítulo por favor 🙏🏻
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