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Hijo De Sangre

Hijo De Sangre

Status: En proceso
Genre:Amor de la infancia
Popularitas:860
Nilai: 5
nombre de autor: Alejandro CD

El vampiro más tenebroso de todos los tiempos busca regresar.
Su única oportunidad es un corazón puro que posee una chica, la misma de la que su hijo se enamoró...

NovelToon tiene autorización de Alejandro CD para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 7. AMIGA

Su siesta duró 40 minutos, tiempo en que su cuerpo se recuperó y relajó completamente. Pero su mente estaba estresandose por no poder despertar de un sueño que le aterraba.

-¡Por favor sueltenme! -gritaba dormida -¡No me lleven por favor!

Eliz soñaba que los guardias de Lor la perseguían y capturaban, llevaban la misma vestimenta que ella recordaba, trajes negros y camisa blanca pero sus rostros eran distintos. Carecían de humanidad, tenían facciones de monstruos deformes con colmillos cafés y labios ensangrentados. No tenían cabello y unas orejas puntiagudas salían del costado de su cabeza. Ellos la arrastraban con mucha agresión por las calles del pueblo hasta que llegaban a la casa de Lor. Ahí el estaba parado, joven como ella nunca lo había visto. El tenía una actitud calmada mientras un chico joven estaba a su lado. No pudo ver el rostro del chico solo escuchaba su voz que decía -gracias por este regalo padre, eres el mejor -De pronto Lor se volvía gigantesco y emanaba una obscuridad muy penetrante que jalaba a Eliz hacía el, como un hoyo negro succionando todo lo que le rodeaba. Ella era absorbida y caía constantemente por esa oscuridad hasta que tocó fondo y se golpeó. Al levantarse pudo ver de nuevo al chico pero está vez si le veía el rostro y era uno aterrador. Colmillos demasiado largos que llegaban a su cuello, grandes y gruesos como barras de metal y unos ojos grandes de color blanco que la hipnotizaron momentáneamente. Ella caminó hacia él sin resistencia mientras él gruñía hasta tomarla en sus brazos, la beso y Eliz se liberó del encanto de la hipnosis solo para cruzarse con la realidad que el le clavaba sus colmillos en sus labios y le succionaba la vida misma y su alma. Era un trance, no sentía dolor, solo que algo salía de ella. Estaba calmada, no peleaba por liberarse, volvía a estar en un estado de relajación hasta que un grito la alteró —¡Awwwww! —Eliz intentaba reaccionar pero el chico no la soltaba. Seguía escuchando el grito de dolor a lo lejos pero tan claro que parecía ser el único ruido cercano a ella —Awwww, Awwwww, Awwwww —Cada vez era más fuerte y constante el grito hasta que Eliz consiguió despertar de su sueño.

Abrió los ojos exaltada por aquella experiencia, nunca había vivido un sueño así de real. Se toco sus labios y confirmó que todo estaba bien en ellos, se sentó para recuperar la tranquilidad viendo que aún se encontraba en aquella hermosa pradera. —Awwww, Awwwww -Se seguían escuchando los gritos aunque ella ya estaba despierta. Pudo detectar que venían del otro lado, detrás de unas enormes piedras que estaban a su izquierda. Era una voz con mucho sentimiento y parecía de una mujer por su tono. Se levantó y se dirigió ahí para ver quién daba esos gritos de dolor.

Eliz se acercó a las rocas cuidadosamente para ver quién se quejaba y lloraba así. Al asomarse vió a una chica como de su edad llorando desconsoladamente. Sin titubear dejó que su espíritu amistoso se apoderára de ella y se acercó para saludar.

—¡Hola!—gritaba para sorprender a la otra chica.

—¡Ayyyy!—Gritó asustada.

—Lo siento, no te quería asustar, —continuaba Eliz mientras movía sus manos para calmarla.

—¿Quién eres tú?—Se calmaba un poco al verla -Me asustáste.

—Siento mucho haberlo hecho, mi nombre es Eliz y estaba por aquí cuando te escuché llorar.

—Si, vine aquí a sacar mi llanto porque pensé que nadie estaría aquí. Pero tú estabas y me interrumpiste.

—Oh lo siento mucho, pensé que si alguien estaba triste necesitaba ayuda.

—No te preocupes.—respondía mientras se secaba sus lágrimas.—Soy Darinka y tú ¿Qué haces por aquí?

—Yo am...-Eliz no sabía qué responder, dudaba que su historia pudiera ser algo creíble—Vengo de visita al pueblo de Los Santos pero me perdí.

—Yo viví en ese pueblo—respondía muy animada —Puedo mostrarte el camino si quieres.

—Claro que si—ser sociable no era un problema para ella—Pero primero cuéntame ¿Por qué estás triste?

—Pues estoy triste porque nadie me quiere. Mis padres siempre están enojados conmigo, me regañan porque suelo ser un poco torpe. Por mis calificaciones en la escuela ¡Simplemente no me quieren! -se llevaba las manos a su rostro para taparlos - además mi novio tampoco me quiere, el me ha dejado ayer. Lo hizo tan tranquilo como si no me quisiera. Hoy lo vi hablando con otras chicas y jugando fútbol ¡Mientras yo estoy destrozada! -Empezaba a llorar nuevamente -Y por si fuera poco no tengo amigos, me siento sola.

Eliz no hizo más que observar y sentirse un poco mal por su plática pero hubo algo que si puedo hacer -Yo puedo ser tu amiga si quieres.

-¿De verdad? -preguntaba quitándose las manos de los ojos -¿Por qué si no me conoces?

-No, no te conozco pero tampoco tengo muchos amigos, solo uno pero creo que nunca lo volveré a ver.

-Que triste oír eso, pero creo que es bueno escuchar que también hay más personas tristes -se levantó de un brinco -¡Si quiero ser tu amiga!

-Muy bien, entonces¿Te parece si vamos juntas al pueblo? Ya se hace tarde y tengo que buscar donde dormir.

-Yo conozco un lugar al que puedes ir -le decía emocionada.

-¿Enserio? llévame por favor.

Las dos tomaron sus cosas y pusieron rumbo al pueblo de los Santos.

-¿Y de dónde vienes? -preguntaba Darinka mientras caminaban al pueblo -¿Por qué una chica tan joven viaja sola?

-Es una larga historia, de dónde vengo digamos que es un lugar feo y lejos. Y el porque viajo sola es porque tuve que huir de ahí porque me querían tener encerrada.

-¿Qué cruel historia? -Decía mientras la miraba con ternura.

-Pero hoy no quiero pensar en eso, quiero hacer una nueva vida aquí y sentirme libre.

Las dos caminaban pasando una plática agradable y amena. Reían y se burlaban de cosas se la vida como si eso las aliviara. Habían hecho una química como si fueran amigas de toda la vida. Si alguien las escuchaba no creerían que acababan de conocerse.

Llegaron a la entrada del pueblo de los Santos contemplando un gran monumento. Un hermoso arco de piedra y debajo de el un hombre con un sombrero montando a un caballo. Una placa que decía "En honor al revolucionario Emilio Zapa" El pueblo de los Santos había sido la cuna de varios revolucionarios que habían dado la libertad a ese país.

Eliz lo contempló muy contenta de por fin haber llegado ahí y comenzar su nueva vida. Juntas avanzaron para entrar.

1
Marlen
Muy buena, está entretenida.
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