Herida en el Corazón

Clara se sentó en un banco del parque con una amplia extensión, contemplando las flores cuidadosamente dispuestas. La suave brisa acariciaba su largo cabello mientras cerraba los ojos por un momento, tranquilizando su mente que le hacía palpitar la cabeza de dolor.

La llegada de alguien le ofreció una caja de medicamentos.

"Medicamentos", dijo mientras abría la caja y le ayudaba a aplicárselos.

"¿Duele?", preguntó Bastian, interesado por el estado de Clara.

Al escuchar las palabras de Bastian, Clara soltó una pequeña risa.

"Esta herida no es nada comparada con el dolor de mi corazón. Supongo que lo que estoy experimentando es entumecimiento. Ni siquiera siento dolor en la mano o la mejilla, solo siento el dolor de un alma vacía como una ola que barre la tierra".

Al escuchar eso, Bastian miró a Clara con una mirada vacía. Clara parecía tranquila, incluso podía ver tristeza en sus ojos vacíos.

Esto hizo que Bastian le diera unas palmaditas en la cabeza, brindándole un poco de fuerza a través de un pequeño gesto de atención.

"Gracias, Bas, por hacerme sentir mejor", dijo con una leve sonrisa.

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Clara recostó su cuerpo en la cama, realmente hoy había sido un día terrible.

¿Cómo no? Se había quemado la mano con leche caliente, luego se había caído de un árbol de mango y para colmo, le habían dado una bofetada. Tenía muchas ganas de descansar un rato.

"¿Cuándo seré feliz, Dios? Permíteme ser feliz al menos una vez y sentir el amor de mis seres queridos?", dijo.

Clara se levantó de la cama y se dirigió al baño para asearse. Después de terminar su ritual de baño, Clara se acostó inmediatamente y se durmió, ya que su cuerpo y mente necesitaban descansar un rato.

Por un momento, escuchó que llamaban a la puerta. No tuvo más remedio que abrirla y levantarse lentamente de la cama.

"¿Por qué me duele tanto el cuerpo?", dijo con un gemido.

"Buenas noches, señorita", dijo Bi Jum.

"Buenas noches, Bi", respondió Clara. "¿La cena está lista? ¿Quieres que te la traiga o bajarás?".

"Comeré en mi habitación, Bi. Mi cuerpo está débil. Por cierto, Bi, ¿puedes dar masajes?", preguntó.

"Sí, señorita. ¿Quiere un masaje primero o quiere comer primero?", dijo Bi Jum.

"Primero un masaje, Bi. No tengo hambre todavía".

"De acuerdo, vamos, señorita, para que pueda darte un masaje. No te preocupes, soy una profesional en esto", dijo Bi Jum.

"Jaja, Bi, eres la mejor", respondió Clara con tono mimado.

El comedor estaba silencioso. Tres personas estaban disfrutando de su cena en ese momento.

"¿Dónde está su hermana? ¿Por qué no ha bajado a comer?", dijo Bagas.

"No lo sé, papá. Probablemente esté comiendo en su habitación", respondió Dion.

Últimamente, Dion estaba ocupado con sus estudios universitarios y rara vez veía a Clara.

Devan quería disculparse por lo sucedido esa tarde, pero permaneció en silencio.

"¿Qué te pasa, Devan?", preguntó Bagas, notando la expresión abatida de su hijo.

"No es nada, papá", respondió.

Quería disculparse por lo sucedido, pero su orgullo era demasiado grande, y el odio en su interior era tan fuerte que no le importaba su hermana.

Después de terminar de comer, Clara se acostó inmediatamente y se durmió con el estómago lleno.

Bi Jum observó el rostro de su joven ama. Parecía tranquila y en paz, y su rostro se parecía mucho al de su difunta madre.

Lo siento, señorita, todavía no he podido hacerla feliz. Honestamente, me gusta su nueva apariencia, es muy tranquilizadora. Espero que tenga salud y seguridad en el futuro.

Bi Jum sabía que desde que era pequeña, la joven ama nunca había recibido el amor de su hermano y su padre, por lo que ella fue testigo de cómo la joven sufría física y mentalmente.