Volví a la manada que tanto he odiado, estando dentro de esta manada me trae recuerdos de aquella noche, estuve apunto de morir y la única manera en la que podía sobrevivir era recibiendo tratamiento en el mundo humano, pero los miserables de los reyes trillizos alfas les habían negado a mis padres la opción de ir al mundo humano ya que el odio que le tienen los hombres lobos a los humanos es demasiado, el recuerdo de mis padres arrodillados pidiéndoles que los dejaran ir para poder salvarme no sale de cabeza, ellos le dieron la opción de que si se iban no podían volver a la manada y así fue como mis padres y yo terminamos siendo unos renegados prohibiéndonos la entrada a la manada Luna real. Y ahora después de ocho años les piden a mis padres volver ¿para que? Eso lo sabremos muy pronto
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Capítulo 24
Emma
Sam es todo lo que se debería disfrutar, sus movimientos son rápidos pero tiernos, sus manos recorren mi cuerpo con delicadeza, su boca succiona mis pechos mientras estimula mi clitoris.
—Así Sam, ¡Si! — gimo su nombre por segunda vez.
Sam es más de buscar mi placer que el de él, mis dedos se funden en su cabello acercándolo más a mi pecho, él sonríe al ver lo deseosa que estoy y sin darme cuenta en menos de nada estoy encima de Sam.
—¡Ah! — digo levantándome un poco, ya que en esta posición siento mucho más su miembro — te ha crecido o que? — preguntó, y él sonríe.
—Baja despacio hasta que te adaptes — dice agarrandome de la cintura ayudándome a bajar.
Poco a poco bajo sintiendo como si cada vez creciera más, llegó hasta el final cubriendo todo su miembro, lo siento mucho más estando así.
Sam me ayuda en los movimientos hasta que agarro el ritmo, voy de abajo arriba Sam me deja buscar mi propio placer mientras él masajea mis pechos y yo subo y bajo en movimientos rápidos que lo ponen a jadear, aferro mis uñas en su pecho debido a la intensidad que me genera.
—¡Oh Diosa! — digo cuando mi cuerpo se tensa.
Sam se levanta quedando medio sentado, mientras que yo no me detengo, pasa sus manos por mi espalda hasta llegar a mis glúteos los cuales golpea haciendo gemir.
—Ahora es mi turno de dejar mi marca en tu cuello mi amor — dice, su apodo en estos momentos es un estimulante para mi.
Alzo mi cuello dejándolo descubierto y él sonríe ante mi acción, y sin dudarlo clava sus colmillos en mi cuello chuca y lame mi herida cosa que me genera mucho más placer, y en menos de nada vuelvo a tener mi orgasmo y caigo en el pecho de Sam totalmente atontada y cansada, Sam sigue con los movimientos hasta que su liberación llega vaciándose dentro de mi. Sam hace el intento de salir de mí para acostarme pero lo detengo.
—¡No! Quédate así un rato más — digo y él sonríe, hacer esa petición me hubiera causado mucha vergüenza en otra ocasión pero ahora estoy muy cansada como para prestarle atención.
En menos de nada me quedo dormida, lo último que vi fue a mi trío de posesivos acostarme en la cama y acostarse junto conmigo, desde allí no sé nada más.
.......
—¡Aah! — me muevo rápidamente a taparle la boca a Gissel.
—¡Cállate! ¿Pensarán que estamos locas— le digo a mi amiga.
—No puedo creer ya estes apareada con tus compañeros— dice emocionada— no pensé que me hicieras caso — dice.
—Tenias razón ya es hora de dejar todo atrás, y juro que fue la mejor decisión que he tomado en mi vida.
—Ahora cuéntame los detalles— me dice, y juro que si no me hubiera pedido me hubiese preocupado.
Le empecé a contar todo con cada detalle, y solo el hecho de recordarlo me ponía roja como un tomate y sentía como crecía la excitación en mi, cuando llegaba a partes emocionantes Gissel no contenía su emoción y terminaba gritando.
—Y después cai rendida que no me costó mucho levantarme— le dije, recordando como los trillizos me llevaron a la ducha esta mañana.
—¿Como puedes estar tan normal después de estar con ellos tres? — pregunta asombrada.
—¿Acaso no recuerdas que somos lobos? — enarcó una ceja — nos recomponemos rápidamente— digo.
—¡Oh! Eso si eso bueno — dice y yo me hecho a reír.
La noche cae, estoy en la sala esperando a que lleguen los trillizos Gissel está a mi lado también esperando a su compañero, a pesar de haber visto a los trillizos más de tres veces hoy siento como si no lo hubiera visto en mucho tiempo, ahora que estamos marcados nuestro vínculo se ha fortalecido y solo el hecho de separarnos por un par de minutos, me hace sentir ansiosa.
La puerta se habré y el aroma de los trillizos llega a mis fosas nasales sacándome de mis pensamientos, apenas logro verlos corro hacia ellos y me lanzo a los brazos de Sam rodeando mis piernas en su cintura, este me sonríe al igual que sus hermanos que me rodean para oler mi cuello.
—Parece que alguien nos ha extrañado — dice Jack.
—Si, y mucho — digo dándole un beso en los labios y luego a sus hermanos.
Ellos vuelven a enterrar sus rostros en mi cuello, haciéndome gemir y en menos de nada estamos en nuestra habitación, mi excitación ha crecido, lo que hace que los trillizos inhalen mi olor y sus ojos azules se vuelvan negros, de repente mi ropa desaparece y me pierdo en medio de las caricias de mis compañeros.