El Reflejo De Sol

"¿Magia?", pregunta Sol, intrigada. "¿Qué tipo de magia?"

Lira sonríe con entusiasmo. "Magia elemental. Fuego, agua, tierra, aire. Quiero aprender a controlarlos y usarlos para proteger a mi pueblo".

Sol se siente impresionada. "Eso suena increíble. ¿Y qué te hizo decidir que querías ser una guerrera?"

Lira se pone seria. "Mi pueblo ha sido atacado por criaturas oscuras. Quiero aprender a defenderlo y a proteger a mi familia y amigos".

Sol se siente conmovida por la determinación de Lira. "Puedo entender eso. Yo también estoy en busca de respuestas y de un propósito. ¿Puedo acompañarte a Valle de la Luna?"

Lira se sorprende por la oferta, pero luego sonríe. "Me gustaría eso. Podemos aprender juntas".

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Sol y Lira deciden marcharse al amanecer hacia Valle de la Luna, con la promesa de un nuevo día lleno de posibilidades. Mientras caminan, Lyra le dice a Sol con una sonrisa tranquilizadora:

"Tranquila, vamos a llegar a casa de un amigo que tengo en el pueblo. Se llama Kael, es un mago poderoso y sabio que me enseñará todo lo que necesito saber sobre la magia".

Sol se siente un poco más segura al saber que tienen un destino específico y un amigo que las espera. "¿Kael es un buen maestro?", pregunta con curiosidad.

Lira asiente con la cabeza. "Es el mejor. Kael es paciente, sabio y tiene un gran corazón. Te caerá bien, estoy segura".

Sol sonríe, sintiendo una sensación de alivio y expectativa. "Me alegra saber que tendremos un buen guía en este viaje".

Mientras siguen caminando, el sol comienza a salir por el horizonte, iluminando el paisaje con tonos cálidos y dorados. El aire fresco del amanecer llena sus pulmones, y Sol se siente llena de energía y determinación.

Después de un par de horas de caminata, Sol y Lira llegan a las afueras de Valle de la Luna. El pueblo es pequeño y acogedor, con casas de piedra y techos de paja. El aire está lleno del aroma de flores y hierbas.

Lira guía a Sol por las calles empedradas hasta llegar a una casa grande y antigua en el centro del pueblo. La puerta está adornada con símbolos mágicos y un letrero que dice "Kael, Mago y Maestro".

Lira llama a la puerta y, después de un momento, se abre para revelar un hombre alto y delgado con barba larga y ojos sabios. Sonríe al ver a Lyra y se inclina para abrazarla.

"Lira, mi querida, es un placer verte de nuevo", dice Kael. "Y tú debes ser Sol, la amiga que me has traído".

Sol se siente un poco nerviosa, pero Kael la saluda con calidez y la invita a entrar en su hogar.

Kael le dice a Lira: "Ve a tu cuarto, Lira. Voy a hablar con Sol un momento".

Lira asiente y se dirige a su cuarto, dejando a Sol sola con Kael.

Kael se vuelve hacia Sol y le dice con seriedad: "Sol, tú no eres de este mundo. Lo sé. Llegaste de otro mundo, ¿verdad?"

Sol se siente sorprendida y un poco asustada. "¿Cómo lo sabes?", pregunta.

Kael sonríe. "Soy un mago, Sol. Puedo ver cosas que otros no ven. Pero lo que quiero saber es... ¿por qué estás aquí? ¿Qué te trajo a este mundo?"

Sol se siente incómoda, pero decide confiar en Kael. "No lo sé", admite. "Me desperté en un bosque y no recordaba nada. Solo sé que tengo que encontrar algo... o a alguien".