Jade Chandler, después de morir en su mundo como una villana, reencarna en el mundo moderno en el cuerpo de una nerd que es maltratada por su prometido y familia.
—No me toques maldito enfermo.
—Callate, te he repetido miles de veces que cuándo yo hablo tu cierras la maldita boca zorra.
recibido una bofetada de su asquerosa mano y yo solo lo miro con una sonrisa mientras sostengo mi mejilla.
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Capitulo:09
EMMA:
—¿Te has atrevido a golpearme? ¿Tú? Una insignificante rata.
Mi voz sale con algo de incredulidad e ironía.
La rata me mira con los ojos desorbitados y observo como levanta su brazo para volver a golpearme y me preparo para defenderme, pero su brazo es detenido y un puño impacta fuertemente en su estúpido rostro.
—Vaya primo, no sabía que te gustaba golpear a las mujeres.
La ronca voz del señor Moretti se hace presente mientras vuelve a impactar su puño en el rostro de su primo.
—No te metas imbécil.
Dice la rata enojado mientras intenta lanzarse a Moretti, pero dos hombros lo sostienen con fuerza inmovilizandolo de manera inmediata.
—No te hagas el listo conmigo, será mejor que te largues de mi vista.
El chico golpeado mira a su primo con odio y luego dirige su mirada hacia mí.
—Esto no quedará así maldita zorra.
—Mmm, estaré esperándote rata insignificante.
Muevo mis manos en señal de adios y este se retira con evidente enojo que a mí me da igual.
Cuándo todo se calma miro al señor Moretti me mira fijamente.
—Gracias por su ayuda, aunque todo estaba controlado.
—¿Controlado? Tienes una enorme marca en la mejilla ¿Y dices que tienes todo controlado? ¿Es una broma?
—No me gusta bromear, así que no.
Respondo restándole importancia y este se acerca a mí con pasos pesados e intimidades.
—¿Quién eres?
Su pregunta me toma por sorpresa y entrecierro los ojos.
—¿De qué habla señor Moretti? ¿Acaso perdió la cabeza?
Mi pregunta lo hace fruncir el ceño mientras se acerca más a mí persona
—No eras así hace unos días... ¿Acaso fingias otra personalidad?
Me encojo de hombros, acomodo mi bolso y le doy una sonrisa elegante.
—Como puede ver señor Moretti, estoy agotada por culpa de alguien que hoy me dió mucho trabajo, así que si no le importa, me retiro para poder descansar.
Doy la media vuelta, pero me sostiene del brazo de manera delicada.
—Espere señorita Miller.
Me giro para observar al bello hombre que me mira con ojos profundos.
—¿Sí?
—Lamento llegar de imprevisto, la estuve llamando, pero usted nunca contestó las llamadas.
—Ah, es que estoy sin ese aparato.
Moretti frunce el ceño y me mira de manera extraña.
—Ya veo... La razón por la que vine, es para llevarla conmigo, tenemos un viaje de emergencia a Italia.
—¿Qué? ¿Cómo que un viaje de emergencia?
—Así como escuchó, así que vaya a su casa y recoja lo necesario que yo la esperaré aquí.
—Pe... Pero... ¿Por qué debo ir con usted?
El hombre frunce el ceño y responde.
—Es mi asistente ¿Por qué motivo más la llevaría?
—De acuerdo, de acuerdo... Entonces espéreme aquí, ya vuelvo.
Con un suspiro entro a la mansión y observo a mi padre sentado en uno de los sillones.
—Emma.
—¿Si?
—¿Cómo es eso que terminaste con David? ¿Acaso te estás volviendo loca?
—Si, si terminé con él, y no, no me estoy volviendo loca ¿Por qué la pregunta?
El hombre se coloca en pies de inmediato y se acerca a mí levantando su brazo, pero lo detengo con fuerza mientras clavo mis perfectas uñas en el proceso.
—La próxima vez que vuelvas a levantarme la mano, juro que se lo cortaré... Poco hombre.
Menciono antes de marcharme con dirección a las escaleras, pero cuándo estoy a mitad lo miro por encima del hombro.
—No estaré en casa por unos días, no me llamen, no me busquen, y no me molesten.
Es lo último que digo antes de terminar de subir las escaleras.
Al llegar a mi habitación lo primero que hago es darme un rico y relajante baño, luego elijo un pantalón de mezclilla junto a una playera muy cómoda.
Busco donde guardar lo que voy a llevar y encuentro una pequeña maleta que creo es más que suficiente.
Me hago una coleta y observo la marca roja en mi mejilla junto a mi labio partido.
—Maldito imbécil.
Murmuro con rabia y busco algo para desinfectar la parte herida, pero no encuentro nada, así que decido marcharme.
Al abrir la puerta lo primero que veo es el rostro de mi hermana.
—Lo que vas a decir, decirlo rápido, estoy de salida.
—Qué cínica eres ¿Cómo te atreves a hablarle así a nuestro padre?
—¿Ya terminaste? Entonces adiós.
Menciono mientras observo como su rostro se vuelve completamente rojo.
Cuándo me giro para marcharme me sostiene del brazo y ruedo los ojos ¿Qué tienen con mi pobre brazo?
Antes de que ella haga o diga algo, impacto mis delicadas manos con su mejilla.
Ella me mira incrédula y yo le sonrío.
—No vuelvas a tocarme.
Es lo último que digo mientras me retiro de su lado con elegancia.
Bajo las escaleras y salgo de la mansión con la frente en alto.
—¡Señorita Emma!
Escucho la voz de Gladis y me detengo con una sonrisa.
—Gladis.
Ella se acerca a mi con varias bolsas.
—Escuché que no va a estar por unos días, mire lleve esto para que se alimente bien, está muy delgada.
Tomo las bolsas entre mis manos y miro a Gladis con cariño.
—Muchas gracias Gladis, de verdad aprecio este gesto.
Le digo mientras le doy un abrazo cálido.
—No es nada, señorita Emma, espero regrese bien.
—Gracias, tu igual cuídate.
Ella se marcha cuando le digo esto último y suspiro mirando las bolsas en mis manos.
—Al menos tengo a alguien que se preocupa por mí... Es muy bonito.
Murmuro volviendo a caminar con dirección al lujoso auto aparcado en las aceras.
grandes expectativas por esta novela, va mi voto de confianza 🤗