Dea Ashnot
Mi vida habia estado cuidadosamente planeada incluso antes de nacer, el destino estaba escrito para mi, una maldicion y una bendicion, como saber cual escoger, como saber cual era el camino correcto, a que destino me llevaría cada decision que tomara, ellos se llevaban cada parte de mi, haciendome pedazos y volviendome a unir como un rompecabezas.
Eran mi perdición y Mi salvacion, Mi silencio y mis gritos, Mi destino y mi verdad.
Cuando llegara la hora de escoger, a quien escogería?
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Hola mis queridos lectores, esta es la segunda parte de mi novela, La luna sangrada del Rey Alfa, la historia de la hija de Azula y Alec. Espero que la disfruten❤️
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6. Orgullo
El sonido de un maldito despertador retumbaba en mi oido haciendo que mi cabeza palpitara como si alguien estuviera tocando una maldita batería ahi adentro, me tape los oidos aturdida y grite de molestia.
- Haaa Jaden apaga ese maldito despertador.- movi mis manos buscando la almohada para taparme la cabeza cuando lo senti, piel, una piel perfectamente lisa y caliente, fui subiendo mi mano sintiendo perfectos abdominales, pero que carajo era esto.
- Dejaras se toquetearme diosa?.- Abri los ojos alarmada y me sente en la cama, mi cabeza dolio como si miles de ajugas se estuvieran clavando al mismo tiempo en mi cerebro, cerre los ojos y lleve mis manos a mi cabeza, porque coño me dolia tanto.
Mire hacia los lados observandolo todo, esta era la habitación de Azuma y Rhys, voltee hacia atras y alli estaban ellos, perfectos todos desnudos brillando bajo la luz de sol que se infiltraba por la ventana, voltee rapido queriendo borrar esa maldita imagen de mi mente.
- Que carajos hago aqui.
- Acaso no recuerdas lo que hiciste anoche diosa?.- las palabras de azuma trajeron todos los recuerdos a mi mente
Baile, borrachera, amenazas, risas, la mansion, el baño, su cuerpo, no dioos.
Quise desaparecer en ese momento al recordarlo todo, puse las manos en mi cabeza queriendo borrar los recuerdos de la vergüenza de que me arrastraran fuera de una fiesta como si tuviera 10 años.
- Levantate es hora del entrenamiento.- nooooo diosa
- No quiero ir.- hable alargando la iii, queria irme a mi cuarto y fundirme en mi cama hasta que nos volviéramos una sola y mi vergüenza fuera absorbida por mi almohada.
- Levantate, eres la Siguiente Reina da el maldito ejemplo y párate de la cama ahora.- me quite la sabana de encima refunfuñando y me meti al baño dando un portazo.
- Voy a traerte ropa, no te quedes todo el día en el baño Dea.
- Ok.
Me quite la camisa que llevaba de Rhys y la heche en el cesto, me meti en la regadera y abri la mampara, el agua se deslizó por mi cuerpo despertándome, lo mas seguro es que ya todos sepan lo que paso anoche y tenia que ir y ponerme la mascara de princesa heredera y enfrentarlos a todos como si no hubiera pasado nada y eso no era ni de lejos lo peor que podia pasarme hoy, Hoy tocaba enfrentamiento cuerpo a cuerpo en el entrenamiento, me habia dado cuenta estos dias que mi fuerza estaba creciendo como espuma hasta volverse brutal, habia estado entrenando con Eliam y solo con un golpe que atrapo con su mano todos sus huesos habian sonado y su hombro se habia dislocado, tuve tanto miedo de haberlo lastimado, aunque el juraba que no habia pasado nada y habia podido curarse en un par de horas eso no me calmaba, las personas con las que me tocaba peliar no tenian a su lobo, no podian curarse fácilmente, no quería que alguno de ellos me despreciara mas de lo que ya lo hacian o que comenzarán a hacerlo por haberlos lastimado, habia planeado escapar de el entrenamiento de hoy sin que nadie se diera cuenta, pero ya estaba atrapada, Azuma y Rhys jamas me dejarian ir.
Despues del baño me puse la ropa que habian traido para mi, desayunamos y salimos de la habitación directo al entrenamiento, Llegamos y ahi estaban todos, esperando por nosotros, las chicas salieron corriendo hacia a mi y me abrazaron.
- Estas bien?
- Estabamos preocupadas por ti.- Roma se acerco a mi oido y susurro.
- Ellos... te regañaron?
- Estamos aqui roma, podemos escucharlas aunque susurren.- Ella fruncio el ceño hacia el y me jalo del brazo llevandome hasta donde estaba mi tio Aron que daria el entrenamiento de hoy.
- Hola tio.- lo abrace y el me devolvio el abrazo.
- Hola pequeña traviesa, asi que te atraparon.- Lo mire con una sonrisa y el solto una carcajada.- Safira me lo conto todo, al parecer se estaban divirtiendo.
- Sii, lo estabamos hasta que llegaron ellos.- Escuche como Azuma gruño a mi lado y lo ignore.
- Entiéndelos, solo quieren protegerte, cuando era joven solia ser peor con tu madre.- mi tio solto una risa sin ganas y miro hacia otro lado como si estuviera recordandolo todo.- nunca dejaba que nadie se acercara a ella, la mayoria de los jovenes de la manada la odiaban por que siempre fue la mejor en todo, a los jovenes les desagradaba ir detras de ella siempre, era la mejor guerrera, la mejor alumna, la siguiente beta de la manada, siendo cuidada como si fuera de la realeza aunque no lo era, la fuerza y la seguridad con la que tu mamá enfrentaba cada reto incluso siendo solo una niña... no me di cuenta el daño que le hacia hasta que crecio y se alejo, convirtiendose en una loba solitaria, alguien que pasaba sus dias enfrascada en proteger una manada que aunque la respetaban a sus espaldas envidiaban su fuerza.- El volteo hacia a mi y me miro con los ojos brillando de melancolía.- Todo el mundo necesita a alguien Dea, eres afortunada de tenerlos y ellos de tenerte a ti.
Me quede en silencio procesando todo lo que mi tio habia dicho, habia escuchado muchas historias de mi mamá de joven, la loba sagrada que habia tenido que esconder su poder, alguien que lo tenía todo y fue perdiendolo todo, sus amigos, su familia, su manada, mi padre habia ayudado a salvar lo que quedaba en ella, habia renacido como la reina luna mas poderosa de la historia, mi madre era un ejemplo de fuerza y perseverancia, alguien con un corazon puro que apesar de todo nunca habia odiado a nadie, habia tenido la madurez de amar a todos sin importar el daño que pudiera causarle, ser su hija era mi mayor orgullo, no ser una diosa, no ser la primera reina alfa, no tener poderes fuera de este mundo, era ser su hija, ser la hija de Azula Rosseltod era mi mayor orgullo