La Reina Y El Actor

Capítulo 6

⚠️En este capítulo, tiene contenido erótico, etc. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️

Después de clases conversaban lo que había sucedido, Trevor estaba preocupado así que le pidió a Marti que los llevara a casa de Beatriz, él accedió. Minutos después llegaron y bajaron de su coche, Marti les ayudó a bajar las bicicletas mientras Trevor la acostaba en el sofá. Marti se despidió para darles privacidad a los tórtolos, ya estando en completa soledad Trevor se ofreció a atenderla, preparar algo de comer y que ella reposara.

—Estas exagerando mi vida.—decía Beatriz mientras lo veía cocinar

—No, eres lo más importante y quiero cuidar de ti. Quiero que te recuperes y después de comer, repararé tu bici.—respondió Trevor mientras cocinaba macarrones con queso, algo muy usual en Estados Unidos.

A Beatriz le parecía adorable, obvio probaría lo que cocinaba para ella. Beatriz estaba acostumbrada a que ya nadie la sirviera todo el tiempo, ella había aprendido a cocinar seis meses antes de llegar a la universidad para poder ser independiente.

Trevor preparó también pescado frito, para acompañar el macarrón más un poco de ensalada, sin duda se había esmerado para consentir a su novia. Ella lo fotografiaba con su celular, era dulce como la miel, Beatriz valoraba mucho ese gesto de su parte

—Eres el mejor novio del mundo, te amo.—dijo Beatriz espontáneamente, mientras Trevor servía los platos. Cuando terminó de servir, ayudó a Beatriz a llegar a la mesa

Tuvieron una comida muy amena, lo que había preparado Trevor era realmente delicioso. Ese día Beatriz estaba a punto de confesarle quién era, sobre todo decirle que renunciaría a su título y a su familia para poder estar con él. Pero decidió esperar un poco más, tarde o temprano tendría que decirle toda la verdad.

Pasaron una tarde agradable, Trevor la tenía entre sus brazos mientras leían un libro juntos. No había dudas, Beatriz podría acostumbrarse a tener una vida tranquila al lado de su amado, para dedicarse a la fotografía. Tener su departamento en Nueva York y en un futuro tener a sus hijos. Lejos de su realidad, Trevor reparó la bicicleta y cuando llegó su roomie se marcho. Pero antes la dejó en su habitación para que pudiese descansar.

—Sin duda ese hombre te ama.—decía Kenia mientras revisaba si necesitaba algo Beatriz

—Y yo a él. Pero en fin es hora de dormir. Descansa Kenia.—respondía Beatriz

—Tu también, te veo mañana.—decía Kenia, había sido un día complicado para ambas.

Beatriz estaba muy entusiasmada con la idea de irse a otro país para poder estar con Trevor, su tobillo no había dado molestias así que pudo tener un buen descanso

Era muy temprano en la mañana cuando llamaron al timbre de la casa de Beatriz y Kenia, suponía que sería Trevor. Bajo a abrir la puerta, y no podía creer quién estaba ahí, era Tommy Liddell y la servidumbre elegida para ir por ella, la princesa. Al verla hicieron una reverencia en señal de respeto.

—Su alteza real, el rey solicita de su presencia. Nos envió por usted con cierta urgencia, ¿podemos pasar?.—preguntó Tommy

—Adelante.—respondió Beatriz

—Como bien sabe, su majestad se reuniría con la Reina de Inglaterra. Pero a última hora su majestad decidió que su reunión fuera en el castillo de Balmoral cerca de aquí, el que usted no asista princesa sería una descortesía directamente a la corona británica. Así que nos haremos cargo de todo y la llevaremos hasta su familia.—le explicaba Tommy

—Debo pedir permiso en la universidad.—respondió Beatriz

—Ya me encargue de ello, ahora debemos vestirla adecuadamente para todos los días que estará en Balmoral. La señora wintour se encargará de su imagen princesa.—dijo Tommy

Se pusieron manos a la obra, le arreglaron el cabello, la vistieron adecuadamente para emprender el viaje. Aún con su tobillo lesionado la vistieron como lo que ella era, una princesa, también cubrieron cada marca en ella que había dejado la caída.

—Tommy, necesito dejar una nota a mi roomie.—dijo Beatriz

—Ya me encargué de ello, así que si es tan amable de acompañarnos su alteza real.—respondió Tommy

Beatriz no objetó, conocía el protocolo. Debía obedecer a su Rey, con dificultad camino hasta el coche. Su angustia y ansiedad era causadas por Trevor, no dejaron que le avisara que volvería. Después de tomar camino desde St Andrew, estaban por fin en Balmoral.

Llegaron y fueron recibidos por el servicio de la Reina de Inglaterra, Beatriz se veía esplendorosa. Su padre estaba acompañando a la Reina en la cacería, un deporte practicado por la realeza británica.

Pero ahí la estaba esperando su madre la Reina Teresa, y su hermana menor la princesa Catalina de Teck, llegó hasta ellas que se encontraban en la sala principal tomando té. Hizo una reverencia hacia su madre.

—Mi pequeña Beatriz, ¿Qué te sucedió cariño?.—preguntó su madre

—Me caí de la bicicleta.—respondió Beatriz

—Por lo menos alguien de la familia tiene una vida divertida, no como yo encerrada en el ducado. Soportando los protocolos.—decía Catalina

—Basta Catalina, si tu padre, el Rey te escucha. Va a reprenderte.—decía su madre

—¿Y mi hermano?.—preguntó Beatriz

—Esta con tu padre y su majestad, están cazando faisanes.—respondió su madre

—¿Cuando llegaron?.—preguntó Beatriz

—Ayer querida, solo que Tommy se encargó de tramitar el permiso a la universidad y traer ropa adecuada para los días que estaremos aquí con la Reina y su familia.—respondió su Madre

—Espero que no estemos aquí, para un compromiso matrimonial.—dijo Beatriz

—Tranquila, si estamos aquí por eso. Pero es para el compromiso de tu hermano, el futuro Rey.—respondió su madre

Su hermano Alberto era el futuro Rey del ducado de Luxemburgo, así que tenía que casarse con la hija de la Reina de Inglaterra, sobre todo para mantener la estabilidad de la corona. Por eso era necesario que estuvieran ahí como la familia unida que eran, entre cenas elegantes, cacería y recorridos por Balmoral pasaba el tiempo. Beatriz no dejaba de pensar en su amado, no había tenido un momento a solas o de descanso de los protocolos de estar con la familia real para poder llamarlo.

Trevor estaba pensando lo peor aún cuando Kenia le explicó que había ido de emergencia a reunirse con su padre a Londres, él la extrañaba bastante. Ben se sorprendió al ver a su hijo en las grabaciones de la serie de nuevo.

—Me alegra que estés aquí hijo.—expresó Ben

—He tenido menos tarea.—respondió Trevor

—Disculpa Ben, se va a suspender las grabaciones de los siguientes capítulos. El lugar donde se grabarían las siguientes escenas están cerradas al público, al parecer la Reina de este país está de visita en Balmoral. Por lo tanto no está permitido traspasar el área perimetral.—dijo El director

—Olvidaba que seguía habiendo monarcas, no entiendo como los ciudadanos siguen contentos de tener una Reina.—expresaba su opinión Ben

—Cuida tus opiniones, en este país aman a su Reina. No quiero que nos vayan a expulsar y tengamos que ir a grabar a Islandia.—decía el director

Trevor solo pensaba en que volviera Beatriz a su lado, no entendía ¿por qué no lo llamaba o mensajeaba?. Después de unos días su preocupación se convirtió en enojo, estaba pensando lo peor y suponía cosas que no existían, los celos se apoderaban de él.

Mientras tanto Beatriz se había quedado sola, aprovecharía para llamarlo. Cuando de pronto su padre le interrumpió, ella se levantó e hizo una reverencia a su padre.

—Su majestad.—dijo Beatriz

—Me alegra haberte visto después de un año, desde que decidiste venir aquí para estudiar. Has cambiado veo a una princesa, más segura y más feliz. Sobre todo madura y responsable, eso me da mucha tranquilidad.—decía su padre

—Papá, gracias por esta oportunidad. Me ha servido mucho estar aquí, ser independiente de alguna manera. ¿Se va a llevar acabo el compromiso entre Elideth y mi hermano?.—preguntó Beatriz

—Aún no hemos hablado sobre ello, pero a Elideth no le desagrada tu hermano. Deben convivir más, tal vez Elideth vaya a Luxemburgo para estar cerca de Alberto. Además él debe casarse para que cuando sea la sucesión, siga dando el buen ejemplo de la unión y la familia en el ducado.—respondió el Rey

—Entiendo, pero yo debo volver papá.—dijo Beatriz

—Bien mi querida hija, abraza a tu padre antes que Tommy nos vea y nos señale que estamos fuera del protocolo.—dijo David

—Te quiero mucho papá, su majestad.—se despidió Beatriz después del abrazo, hizo una reverencia en señal de respeto hacia su padre y a su Rey

—Cuídate mucho mi princesa.—respondió su padre

Más tarde Tommy la llevo de nuevo a su hogar, el volvería a Balmoral para después volver a Londres junto con la familia real de Luxemburgo.

—Su alteza real, fue un placer verla.—dijo Tommy e hizo una reverencia

—Gracias Tommy.—respondió Beatriz

El chofer y Tommy se marcharon, Beatriz de inmediato subió para darse un baño y sobre todo quería quitarse la ropa con la que había llegado. Después de ducharse, llamaría a su amado Trevor, acababa de salir del baño cuando llamaron a su puerta.

Bajo en su bata de baño, para abrir. Pero antes se asomó por el agujero en su puerta, estaba ahí su amado Trevor. No dudó y abrió de inmediato.

—Mi amor!—expresó Beatriz llena de felicidad al verlo, pero Trevor estaba molesto y sobre todo celoso

—Vine a decirte que el haberte olvidado de mí, todos estos días me dejó en claro que no sentimos lo mismo. Ya estás aquí y ni siquiera me buscaste.—decía Trevor muy dolido

—Pasa déjame explicarte, por favor.—suplicó Beatriz, él estaba muy alterado. Pero ella se mantenía tranquila y serena, se veía imperturbable.—No tengo justificación, pero estuve con mi familia todo el tiempo, además dejé dicho que iría a Londres y volvería. Acabo de llegar, también mi celular se quedó aquí. Vida mía, tenía ese sentido de urgencia por volver para estar contigo. Extrañé cada beso y cada abrazo que tú me das, sobre todo mis días a tu lado, te amo.—decía Beatriz mientras comenzaba a besarlo para aplacar sus celos y sobre todo su enojo con ella.

Beatriz quitó su bata de baño frente a Trevor, dejando su cuerpo totalmente desnudo frente a él. Ella se acercó a él para besarlo, él no podía abstenerse de corresponderle. Se veía hermosa como siempre, además estaba loco por ella.

Él la tomó entre sus brazos para llevarla hasta la habitación, para hacerla suya, la colocó en la cama con desesperación. No podía aguantar más ese deseo de estar con ella, era sin duda la única mujer que le importaba, se entregaron de nuevo a su pasión. Todo lo que había pensado y esa mala idea de terminar su noviazgo se había esfumado de repente. Entre los besos y caricias de su amada Beatriz.