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Voces entre las Montañas.

Voces entre las Montañas.

Status: Terminada
Genre:Terror / Completas
Popularitas:3.7k
Nilai: 5
nombre de autor: 2AO'LBTG

Un grupo de extraños, atraídos por razones misteriosas a un pueblo olvidado en las montañas, descubre que el lugar oculta más de lo que parece. El pueblo, en apariencia inofensivo, está marcado por una tragedia oscura de la que nadie habla. Poco a poco, cada miembro del grupo comienza a experimentar visiones y fenómenos que erosionan su sentido de la realidad. Mientras luchan por descubrir si todo es producto de sus mentes o si una entidad maligna acecha, enfrentan la posibilidad de que quizá nunca podrán escapar de lo que desataron.

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Capítulo 20: La Llama del Coraje

El amanecer despuntó, bañando el bosque en una luz dorada que contrastaba con la oscuridad que habían enfrentado. Erika, su hermano y Lyra se sentaron en el claro donde había estado el altar, el resplandor del cristal aún brillaba en sus memorias. Sin embargo, la paz era efímera; sabían que debían estar preparados para lo que vendría.

—Hemos conseguido un gran paso, pero la oscuridad que hemos sellado puede encontrar otras formas de escapar —dijo Lyra, su mirada fija en el horizonte—. Debemos permanecer vigilantes.

Erika se estiró y sintió el calor del sol en su piel. La luz del nuevo día traía consigo una sensación de esperanza, pero también una inquietud que no podía ignorar. —¿Qué debemos hacer ahora? —preguntó, deseando comprender el siguiente paso en su misión.

—Debemos reunir a los demás —respondió Lyra—. No somos los únicos que hemos sentido la oscuridad. Hay otros en el pueblo que han enfrentado sus propios demonios. Necesitamos formar una alianza.

Con un asentimiento decidido, Erika se puso de pie, su espíritu renovado. —¿Cómo encontraremos a los demás?

—El bosque tiene su propio lenguaje, sus propios guardianes. Si seguimos el sendero del arroyo, llegaremos a una encrucijada donde los viajeros se reúnen. Allí podremos buscar ayuda.

El grupo comenzó a caminar, el murmullo del agua fluyendo a su lado proporcionándoles una banda sonora reconfortante. A medida que se adentraban en el bosque, la vegetación se volvía más densa, y los sonidos de la naturaleza parecían ahogar cualquier rastro de la oscuridad que habían enfrentado.

De repente, un grito desgarrador rompió la calma. Era un sonido agudo y penetrante, como si alguien estuviera sufriendo. Erika se detuvo en seco, su corazón latiendo con fuerza.

—¿Qué fue eso? —preguntó, mirando a Lyra con preocupación.

—Es un llamado de ayuda —respondió Lyra, sus ojos oscuros llenos de determinación—. Debemos investigar.

El grupo se apresuró en dirección al sonido, siguiendo el eco de los gritos. Finalmente, llegaron a un pequeño claro donde encontraron a una joven atrapada en las raíces de un árbol antiguo, sus ojos llenos de terror. Las sombras la rodeaban, una niebla oscura que parecía absorber la luz del día.

—¡Ayuda! —exclamó la joven, su voz entrecortada por el miedo—. No puedo salir de aquí.

Erika sintió cómo su corazón se encogía al ver el sufrimiento de la chica. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia ella. —¡Voy a sacarte! —prometió, mientras intentaba liberar las raíces que la mantenían prisionera.

Su hermano y Lyra se unieron a ella, luchando contra las sombras que intentaban atraparles. Pero las sombras no eran solo oscuros ecos; eran entidades que se alimentaban del miedo y la desesperación.

—¡No te acerques! —gritó la joven, pero Erika no se detuvo.

Con un último esfuerzo, lograron liberar las piernas de la joven. Ella se levantó, temblando, y se unió al grupo mientras retrocedían de las sombras.

—¿Quién eres? —preguntó Erika, notando la palidez del rostro de la chica.

—Me llamo Lía. He estado atrapada aquí durante días, atrapada por la oscuridad —respondió, su voz temblando—. No sabía si iba a salir con vida.

Lyra dio un paso adelante, su mirada fija en Lía. —Eres afortunada. Hemos estado luchando contra las sombras y tenemos un plan para detenerlas. Necesitamos tu ayuda.

Lía asintió, recuperando un poco de su fuerza. —Estaré con vosotros. Estoy cansada de tener miedo.

El grupo se encaminó de regreso por el sendero, ahora con un nuevo miembro en su equipo. La determinación de Erika se renovó al ver el coraje en los ojos de Lía. Sabía que no podían enfrentarse a la oscuridad solos; la unión era su única salvación.

Mientras continuaban su viaje, Lyra les explicó el papel que cada uno debía desempeñar. —La oscuridad se alimenta de la desesperación, pero también de la división. Si conseguimos reunir a más personas, seremos más fuertes. Hay un viejo templo en la montaña que puede servir como nuestro refugio y punto de encuentro.

El camino se volvió más empinado, y el aire se enfrió a medida que ascendían hacia la montaña. El sonido del agua se desvaneció, reemplazado por el crujido de las hojas bajo sus pies. A medida que se acercaban al templo, el ambiente se tornaba más tenso, como si la naturaleza misma estuviera consciente de su misión.

Finalmente, llegaron a la entrada del templo, que se alzaba como un guardián de piedra en la cima de la montaña. Las antiguas inscripciones en sus muros parecían contar historias de batallas pasadas, luchas contra sombras y entidades malignas.

—Este es el lugar —dijo Lyra, admirando el templo—. Aquí podemos reunir a aquellos que buscan luchar contra la oscuridad.

Entraron en el templo, la luz del sol se desvanecía rápidamente, dejándolos en una penumbra inquietante. El silencio era abrumador, como si el lugar estuviera esperando algo.

Erika se acercó al altar en el centro, sintiendo una extraña energía emanando de él. Era un lugar sagrado, y cada ladrillo parecía resonar con historias de valentía y sacrificio.

—¿Qué haremos ahora? —preguntó Lía, su voz apenas un susurro.

—Debemos encender la llama del coraje —respondió Lyra, recogiendo algunas ramitas y colocando piedras alrededor del altar—. Esta llama simbolizará nuestra unidad y nuestra resistencia contra la oscuridad.

Mientras Lyra preparaba el altar, Erika y su hermano buscaron madera para encender el fuego. Cuando regresaron, Lyra ya había comenzado a formar un círculo alrededor del altar. Colocó las ramas en una pila ordenada y buscó un fósforo en su mochila.

—Ahora, todos debemos concentrarnos en la luz, en el poder de nuestra unión —instruyó Lyra—. Este fuego será nuestro faro en la oscuridad.

Con un movimiento decidido, Lyra encendió el fósforo y lo acercó a la madera. El fuego chisporroteó, luego comenzó a arder, lanzando llamas que danzaban en la penumbra del templo. Erika sintió cómo la calidez del fuego se extendía por su cuerpo, llenándola de energía y determinación.

—Ahora, cada uno de nosotros debemos compartir nuestra razón para luchar —dijo Lyra—. Cada historia se convertirá en un ladrillo en esta llama, dándole fuerza.

Erika tomó una respiración profunda, sintiéndose vulnerable. Sin embargo, sabía que su historia era parte de su lucha. —Yo lucho por mis amigos y mi familia, por aquellos que han sido consumidos por la oscuridad —declaró, mirando a los demás—. No permitiré que sean olvidados.

Su hermano siguió, su voz firme y clara. —Yo lucho por mi hermana, por la luz que siempre ha brillado en su corazón. Ella merece vivir sin miedo.

Lía, ahora más segura, dio un paso adelante. —Lucho por todos los que han perdido su camino. Quiero que encuentren la paz que se les ha negado.

Cada uno de ellos compartió su razón, sus palabras convirtiéndose en un eco en las paredes del templo. La llama creció más fuerte, iluminando el lugar con un resplandor dorado que ahuyentaba la sombra. Erika sintió cómo la energía de sus historias se entrelazaba, formando una conexión inquebrantable.

—Este fuego es solo el comienzo —dijo Lyra, con una sonrisa—. A medida que más personas se unan a nuestra causa, esta llama se expandirá, iluminando la oscuridad que acecha.

Mientras el fuego ardía, una nueva determinación se apoderó de ellos. Sabían que la lucha no sería fácil, pero con cada palabra compartida, estaban construyendo un frente unido contra la oscuridad.

Con el sol poniéndose detrás de las montañas, Erika miró a su alrededor, sintiendo que estaban en el umbral de algo monumental. Juntos, estaban formando un ejército de luz. Y aunque el camino sería difícil, ya no tendrían que enfrentarlo solos.

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Susana Tejeda
Muy malo
Susana Tejeda
y el hermano donde quedó???
maria tereza
demasiado buena está lectura,muchas gracias 😊
Omaira Sanchez
Pobre Erika, será que soporte se siente aterrador
con tal no le pase nada
sr.sopa
te amo ❣️
Pamela Lopez
Es un exelente libro, muy bien escrito, la trama envuelve demasiado al lector al pensar que es lo siguiente que decisión va a tomar y como va repercutir.
Desde el primer instante me tiene al filo de la butaca.
Solo una duda que pasa con el hermano de Erika desde el momento en en qué liberan al ser de luz deja de salir en la trama del libro.
Y que pasa con los compañeros que van con Erika a la expedición.
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