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Deseo Entre Las Sombras

Deseo Entre Las Sombras

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Traiciones y engaños / Diferencia de edad / Mujeriego enamorado
Popularitas:12.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Ashly Rijo

Alana se siente atrapada en una relación sin pasión con Javier. Todo cambia cuando conoce a Darían , el carismático hermano de su novio, cuya mirada intensa despierta en ella un amor inesperado. A medida que Alana se adentra en el torbellino de sus sentimientos, deberá enfrentarse a la lealtad, la traición y el dilema de seguir su corazón o proteger a aquellos que ama.

NovelToon tiene autorización de Ashly Rijo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La salida

El último timbre de la escuela sonó, y como de costumbre, Javier, mi amiga Laura y yo caminamos juntos hacia la salida.

—Oye, ¿sigues de pie con lo de los bolos? —me preguntó Javier, con esa sonrisa que siempre lograba relajarme.

—Claro, suena divertido —le respondí, intentando sonreír de vuelta. Pero algo en su mirada me hizo pensar que no me había contado todo.

—Bueno, hay algo que olvidé mencionarte —dijo, bajando un poco la voz, como si fuera un secreto que no quería compartir con Laura—. Mi papá me dijo que si quiero usar el coche, mi hermano tiene que venir con nosotros.

Sentí un frío repentino recorrer mi espalda. Claro. Darian. ¿Por qué siempre tenía que estar en el medio? Lo que más me irritaba era que Javier lo mencionara tan tarde, si hubiera sabido, no hubiera ido.

—¿Darian? ¿Por qué? —intenté sonar lo más tranquila posible, pero Laura ya había notado el cambio en mi expresión.

—No lo sé, creo que mi papá solo quiere que salgamos los tres un poco, ya sabes, para que intentemos llevarnos mejor o algo así. —Javier se encogió de hombros, claramente sin entender el verdadero problema.

Laura frunció el ceño. No le gustaba Darian, y menos después de todo lo que yo le había contado. Conocía de sobra el tormento que significaba para mí tenerlo cerca, pero intentó mantener la calma por Javier. Mientras caminábamos hacia el coche, Laura se acercó a mí y murmuró:

—Si ese imbécil empieza a molestar, juro que lo hago tragar cada una de sus palabras.

Me reí por lo bajo, aunque sabía que ella hablaba en serio. Apreciaba su lealtad, pero no quería causar problemas delante de Javier. Apenas llegamos al coche, lo vi de pie junto al auto, con esa sonrisa arrogante que tan bien conocía.

—Vaya, vaya. Mírenla, la pareja feliz con su guardaespaldas —dijo, cruzando los brazos mientras su mirada pasaba de Javier a mí, deteniéndose solo un segundo demasiado en mis ojos.

Laura bufó, pero antes de que pudiera decir algo, le lancé una mirada para detenerla. Ya sabía cómo Darian era capaz de manipular las situaciones, y la última cosa que quería era que Javier se diera cuenta de lo incómoda que me ponía estar cerca de su hermano.

—Darian —dije en tono seco—, qué sorpresa.

—Siempre tan encantadora, Alana —respondió él, sin perder su sonrisa irónica.

Javier, que parecía ajeno a la tensión, solo se limitó a abrir el coche y a decir:

—Bueno, suban todos. Si queremos llegar a tiempo, deberíamos ponernos en marcha.

Darian, sin dejar de sonreír, se subió al asiento del copiloto, mientras mi amiga y yo tomábamos asiento atrás. Desde el principio, ya podía sentir cómo sería la tarde. Darian no perdió tiempo en lanzar comentarios sarcásticos, la mayoría dirigidos hacia mí, mientras Javier intentaba mantener una conversación normal sobre lo emocionado que estaba de jugar a los bolos. Mi amiga, por su parte, lo fulminaba con la mirada cada vez que él decía algo fuera de lugar.

Llegamos a la bolera, y fue cuando la cosa se puso más rara. Mientras Laura, Javier y yo nos preparábamos para jugar, Darian, sorprendentemente, empezó a mostrarse mucho más amigable con mi amiga. Le ofrecía consejos sobre cómo lanzar mejor la bola, la animaba cuando hacía buenos tiros y se reía de sus bromas. Mi amiga, aunque claramente incómoda al principio, parecía aceptar el cambio en su actitud, pero a mí todo eso me ponía los nervios de punta.

Mientras Laura y él jugaban, Javier y yo nos sentamos en una mesa cercana para esperar nuestro turno. Fue en ese momento cuando él se inclinó hacia mí y me dijo:

—Es raro... mi hermano no ha estado tan mal últimamente. De hecho, se está portando mejor conmigo que de costumbre.

Mi corazón dio un vuelco. Claro, porque él no sabe lo que pasó aquella noche, ni tampoco sabe que tuve una conversación intensa con su hermano. Traté de disimular mi nerviosismo, pero Javier me miraba con curiosidad, esperando alguna respuesta.

—¿De verdad? —pregunté, intentando sonar casual—. ¿Mejor cómo?

—No sé, simplemente parece... más tranquilo. Hasta se ha ofrecido a ayudarme con algunas cosas de la casa. Ya sabes, él nunca ha sido muy colaborador, pero últimamente parece diferente. Me pregunto qué habrá pasado.

Sentí el estómago retorcerse. Sabía perfectamente qué había pasado. Había sido mi conversación con él, las cosas que le dije, las palabras que nos lanzamos esa noche... Pero no podía decirle eso a Javier, no sin arriesgarme a empeorar la situación.

—Quizá solo está cambiando —murmuré, con la esperanza de que Javier no insistiera más.

—Ojalá sea eso —dijo él, encogiéndose de hombros—. No me gustaría que volviera a ser el mismo idiota de antes.

Solté una risa nerviosa, pero no estaba riéndome por la broma. ¿Volver a ser el mismo idiota de antes? No, le no había cambiado. Tal vez estaba fingiendo ser amable con Javier, pero conmigo seguía siendo el mismo arrogante que disfrutaba haciéndome sentir incómoda. Lo peor de todo era que mi amiga parecía estar cayendo en su juego.

Después de un par de partidas, nos sentamos a tomar algo en la cafetería de la bolera. Darian seguía charlando con mi amiga, y por más que ella intentaba disimularlo, me di cuenta de que había momentos en los que se reía de verdad de sus comentarios. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué actuaba de esa manera?

Javier notó mi incomodidad y me tomó de la mano bajo la mesa.

—Oye, ¿estás bien? Te noto un poco tensa.

—Sí, estoy bien —mentí, dándole una sonrisa que no alcanzó mis ojos—. Solo... cansada, supongo.

—Si quieres, podemos irnos ya —ofreció, pero antes de que pudiera responder, su hermano interrumpió.

—No seas aburrida, Alana. La noche apenas está empezando. No querrás arruinar la diversión para los demás, ¿verdad?

Lo miré con una mezcla de irritación y desconcierto. Sabía que lo estaba haciendo a propósito, provocándome. Pero no podía mostrarlo, no delante de Javier. Respiré hondo y forcé una sonrisa.

—Tranquilo. No arruinaré nada —le respondí, clavando la mirada en su sonrisa arrogante.

Laura, que hasta entonces había estado callada, me lanzó una mirada de apoyo. Sabía que estaba deseando decirle cuatro cosas a él, pero yo no quería que Javier se diera cuenta del verdadero motivo de mi incomodidad. Así que decidió jugar su propio papel.

Cuando finalmente terminamos y salimos de la bolera, me sentía agotada emocionalmente. Javier seguía ajeno a todo lo que había pasado, y mi amiga, aunque visiblemente incómoda, logró contenerse durante toda la tarde.

-

Después de lo ocurrido en la bolera, no podía dejar de pensar en él. A pesar de que intentaba convencerme de que todo seguía como antes, algo había cambiado. Sus actitudes, sus miradas, esa forma de estar presente sin estarlo realmente. Me incomodaba más de lo que quería admitir.

Había llegado la noche cuando por fin llegaba a mi casa. Javier me escribió, diciendo que se sentía bien después de nuestra salida y que estaba contento de que las cosas entre nosotros volvieran a la normalidad. Normalidad. Esa palabra resonaba en mi cabeza, pero no sentía que fuera del todo cierta.

Cuando llegué a casa, mi madre estaba en la cocina, con una taza de café en la mano.

—Te ves cansada —comentó, mirándome con ese tono inquisitivo que siempre tenía.

—Un poco —le respondí, sin entrar en detalles.

Nos sentamos a charlar como de costumbre. Hablar con ella siempre era un alivio, aunque no pudiera contarle todo lo que me rondaba la cabeza. Lo de Darian... no era algo que pudiera compartir tan fácilmente. Hablar sobre lo que me hacía sentir, de cómo jugaba con mi mente, no era una opción.

—Empiezo turno de noche otra vez mañana —suspiró—. Será una semana pesada. Te tendrás q quedar sola, así que cero de salidas a ninguna parte señorita.

—No te preocupes, esta bien —le sonreí para que no se preocupara más.

Después de despedirnos, subí a mi cuarto. Abrí la computadora para hacer mis tareas, pero antes de que pudiera concentrarme, el teléfono vibró. Un mensaje.

Lo tomé sin mucha importancia, pero al ver el nombre, me quedé inmóvil por un segundo. Sabía quién era.

— "¿Cómo te sientes después de nuestra tarde de diversión?"

El sarcasmo en el mensaje era inconfundible.

Suspiré, sin ganas de seguir su juego, pero inevitablemente, mis dedos comenzaron a teclear.

—"Podrías haberte ahorrado tus comentarios sarcásticos."

—"Vamos, solo era para darle un poco de emoción a tu tarde."

Siempre encontraba la forma de mantener las conversaciones cargadas de tensión, y por más que quisiera no responder, siempre acababa haciéndolo. Sabía que no debía darle pie, pero lo hacía.

—"¿Emoción? Más bien parecías empeñado en arruinarlo."

—"¿Eso crees? Creo que tú también te estabas divirtiendo."

Sentí un nudo en el estómago al leer esas palabras. No quería darle la razón, pero tenía que admitir que, a su manera, había logrado ponerme a la defensiva. Y eso, de algún modo, también me había mantenido alerta, pendiente de cada cosa que decía.

Decidí cambiar el rumbo de la conversación, tratando de no darle más espacio para sus bromas.

—"No entiendo por qué tienes que comportarte así. Lo haces difícil para todos."

Pasaron unos segundos antes de que respondiera, lo que me dio tiempo para tomar aire. Sabía que no iba a contestar lo que esperaba.

—"No es tan difícil. Solo tienes que aprender a no tomarte todo tan en serio."

Rodé los ojos, frustrada. A veces él parecía incapaz de mantener una conversación sin ese tono despreocupado, como si todo le resbalara.

—"No es cuestión de tomárselo en serio o no. Simplemente deberías dejar de hacer que todo sea tan incómodo."

—"¿Incómodo? ¿Yo?"

—"Sí, tú. Es obvio que te gusta molestar, y lo peor es que parece que solo lo haces conmigo, ya ni siquiera lo haces con tu hermano."

Hubo otra pausa en la conversación, y me pregunté si tal vez había dicho algo que lo había tocado. Pero su respuesta no fue muy diferente de lo que esperaba.

—"Tal vez lo hago porque eres la única que no se lo toma tan a la ligera."

Fruncí el ceño al leerlo. ¿Qué significaba eso? Sentía que siempre estaba jugando un juego del que no conocía las reglas.

Intenté concentrarme en mis tareas después de esa última respuesta, pero no podía quitarme sus palabras de la cabeza. Esa noche, estuve más distraída de lo normal, dando vueltas a la conversación y tratando de entender por qué se comportaba de esa manera conmigo, y solo conmigo.

—¿Te acuerdas de aquella noche? Cuando subí a tu cuarto por la ventana... No he podido dejar de pensar en eso.

Al leerlo, me tensé un poco. Mi corazón empezó a latir más rápido, pero intenté ignorarlo.

—¿A qué te refieres exactamente?

—Justo antes de irme, cuando susurraste mi nombre, ¿lo recuerdas? Me encantó. Y cuando me acerqué, pude sentir cómo te tensabas. Tus ojos, tu respiración…

Mi estómago se revolvió, y al leer las palabras, no pude evitar que mi cuerpo reaccionara. Sentí el calor subiendo por mi pecho.

—Fue un momento interesante, Alana ¿no crees? Nunca pensé que te pondrías así por algo tan simple.

Mis pezones se endurecieron involuntariamente al leer sus palabras, y el calor en mi cuerpo me invadió. No quería seguir leyendo. Apagué el teléfono de golpe y lo dejé sobre la mesa. No podía seguir esta conversación. Me giré en la cama, cerré los ojos, y traté de calmar mi mente.

Me forcé a dormir, pero su voz seguía resonando en mi cabeza.

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Monica V. Flores
felicitaciones
Alu Baez
Bueno
Gilma Graciano
ami tampoco
Gilma Graciano
autora será que hay una segunda parte
Gilma Graciano
nooo qué tristeza ufffff que malo fue Javier por su culpa su hermano falleció
Zea Mayi Mayi
esperamos q muy pronto puedas subir la segunda temporada de la novela.. está muy bonita.. un amor q nació inesperado me encantó..
Ashly Rijo: Muchas gracias, estos son los comentarios que me encantan ver. Nos vemos pronto en otra temporada.
total 1 replies
yolanda Carrillo
No me gustó el final
Ashly Rijo: A mi tampoco. Pero fue una historia inspirada en una amiga y no quería cambiar el final.
total 1 replies
Andrea González🇻🇪🇻🇪
así no más ? osea que ? ya terminó?
Ashly Rijo: Así no más 😪
total 1 replies
Jose Manuel
maravilloso
Manuela Mercedez
Muy bueno
Roxana Rodriguez
Excelente
Míriam Castro
🫴❤️
Carlos Noa
Me encanta😍😍😍
Estrella Liriano castro
🩷
Estrella Liriano castro
siguiente cap,😭😭🩷
Yandislena Perea Maturana
yo tengo mis hermanas nos respetamos nos apoyamos entre las 4 nunca me pasaría por la mente meterme con alguna pareja de ellas eso seria sucio y ruin.
Ashly Rijo: Creo que nadie haria algo asi. Gracias por comentar.
total 1 replies
Perla_Rose384
Sigue escribiendo con pasión y emoción, ¡estoy segura de que emocionarás a muchas más personas! 💕
Ashly Rijo: Gracias.No sabes lo feliz que me pone leer tu comentario
.
total 1 replies
Dara20_
Por favor, di que tienes un nuevo cap pronto.
Ashly Rijo: Hola. No lo iba hacer, pero me acabas de motivar. En unas horas lanzo los siguiente.
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