ALPHA EROS

El bosque estaba sumido en la oscuridad de la noche, solo interrumpida por la luz tenue de la luna llena que brillaba en lo alto. Los lobos aullaban en la distancia, anunciando su presencia en el territorio, mientras que los vampiros se movían sigilosamente entre los árboles, con sed de sangre en sus ojos.

— Nos atacan Alfa, los Vampiros han matado a 3 guardias e irrumpieron el territorio.

— Resguarden a los humanos de inmediato — Espeta Alfa Eros saliendo de la cabaña, Emily hace lo mismo colocándose sus prendas, el ataque de Vampiros es siempre aniquilador en segundos.

La loba corría a través del bosque, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Había sido testigo de la creciente tensión entre los lobos y los vampiros en estos días en la manada ninguno parecía querer cruzar el límite, pero ahora aquello fue roto por los Vampiros ella presiente que algo malo iba a suceder esta noche. Había escuchado susurros de una posible guerra entre las dos especies, una guerra que pondría en peligro a todos los que vivían en la zona en donde los humanos eran los más vulnerables, pero nadie se atrevería a decirlo en voz alta, la mujer seguía corriendo, pero de un momento a otro su cuerpo salió volando por el aire, si cuerpo había dado varias vueltas en el suelo, su cuerpo fue embestido por alguien muy fuerte.

Pero todo quedo claro para ella cuando un grupo de vampiros emergió de las sombras, rodeando a Emily y cortando su camino de escape en su totalidad. Sus ojos brillaban con un brillo rojo intenso cuando se acercaron a ella, con sonrisas malévolas en sus rostros pálidos.

— ¿Dónde crees que vas, loba? — susurró uno de los vampiros, con una voz que hacía eco en la tranquilidad de la noche.

Emily retrocedió arrastrándose en el suelo, sintiendo el miedo inundándola, ahora mismo aún no era miembro de la manada y no podía enlazar mentalmente al Alfa, los Vampiros estaban cerca de la manada y los humanos lo tenía seguro por las luces que se observan al bajar la colina.

Emily sabía que los vampiros no tenían buenas intenciones de hecho nunca lo tuvieron, y que si caía en sus manos, no tendría ninguna posibilidad de sobrevivir al no tener manada era vulnerable, Alfa Eros no le había declarado aún su protección menos cuando desconfía de ella, era una Loba recién llegada y desprotegida.

— No tiene nada que ver con ustedes — responde Emily.

— Nos han dicho que tú eres la nueva, la que trae las desgracias a estas tierras, pero qué equivocados están, mírate eres una pequeña loba inservible ni siquiera eres miembro de esta manada ¿A quién le va a importar si desapareces? — se burla el Vampiro mostrando sus colmillos llenos de sangre dejando en evidencia la caza de esta noche.

— ¿A dónde piensan llevarme? — Emily estaba dispuesta a entregarse con tal de que los vampiros se alejen de allí además que tenía curiosidad acerca del porqué dicen que ella traía toda la mala suerte con ella, si bien el Vampiro ya lo ha dicho, ella es una loba insignificante.

— A nuestra guarida y a una muerte segura — Responde otro de los Vampiros — si te llevamos es a una muerte segura, odiamos a los Lobos, los despreciamos.

— ¿Si me entrego se alejan de la manada? — la pregunta de Emily hizo que los Vampiros sonrieran dejando ver sus colmillos manchados de sangre en su totalidad, aquello genera repulsión en Emily, pensando que era la sangre de personas inocentes.

—¿Te crees tan importante? — Responde él chupa sangre — pero te llevaremos con nosotros, uno más o unos menos no importa, de todos modos ya estamos al borde la Guerra, del Apocalipsis de Sangre, destrucción y muerte.

Los Vampiros se acercan a ella, por supuesto Emily seguía en el suelo ellos la iban a llevar, pero justo cuando parecía que estaba perdida, un lobo enorme y majestuoso apareció de entre los árboles, con los ojos dorados fijos en los vampiros.

Era Alfa Eros, Emily tiene la certeza de que ningún lobo tendría la grandeza del Alfa, el líder de la manada de lobos. Su pelaje Blanca brillaba a la luz de la luna, y su postura era imponente y desafiante. Los vampiros retrocedieron un paso, reconociendo la autoridad de Alfa Eros y sabiendo que no podían competir con él en combate.

— Dejad a la loba en paz — gruñó Alfa Eros, con una voz profunda que resonaba en el aire — Ella no es parte de vuestro conflicto. Si quieren luchar, enfrentaos a mí, vengan por mí y no con una loba indefensa — su poderosa voz incluso logra que las hojas del suelo se muevan, la voz de su lobo penetra la mente de los Vampiros y la noche, como si no hubiera diferencia entre la oscura y fría noche con el Alfa.

Los vampiros dudaron, sabiendo que enfrentarse a un lobo Alfa era una tarea casi imposible. Pero finalmente, uno de ellos se adelantó, con una sonrisa siniestra en los labios.

— Nosotros no tememos a los lobos, mucho menos a un cachorro como tú que ni siquiera tiene un siglo de vida — dijo con desdén — Nosotros somos los invencibles vampiros entrenados a matar a lobos y humanos Y esta cachorra será nuestra presa y la cabeza de usted un amuleto.

Antes de que Alfa Eros pudiera reaccionar, los vampiros se lanzaron hacia Emily, con garras afiladas y colmillos amenazantes, ella estaba desprevenida en el suelo. Pero Alfa Eros fue más rápido, interponiéndose entre ellos y la pequeña Loba lanzando un feroz rugido que hizo temblar las hojas de los árboles.

La batalla que siguió fue épica. Alfa Eros luchaba con ferocidad contra los vampiros, con movimientos ágiles y precisos que demostraban por qué era el líder de la manada. Los vampiros eran poderosos y astutos, pero no podían competir con la fuerza y la determinación del Alfa.

Emily observaba la batalla con los ojos abiertos de par en par, asombrada por la destreza de Alfa Eros en la lucha. Estaba agradecida de que él hubiera venido en su rescate, y sabía que si no fuera por él, ya habría sido una presa fácil para los vampiros, pero ver la ferocidad del ataque hizo que su cuerpo entero tiemble, ella se coloca de pie.

— No hagas el intento de entregar el control a tu loba o lo lamentarás toda tu vida — Emily cierra los ojos, aquella era la voz de Bey — No puedes mostrar que eres una loba plateada, de lo contrario te mueres y muere el Alfa dando paso a la destrucción de la Manada.

Cuando Emily abre los ojos ella observa que los vampiros se vieron obligados a retroceder, derrotados y humillados por la fuerza de Alfa Eros. Se dispersaron en la oscuridad de la noche.

— Volveremos a vernos las caras y allí nos alzaremos con la victoria — murmura el Vampiro prometiendo venganza, pero sabiendo que no podían competir con la determinación de los lobos, cuando todo parece disiparse Eros se da la vuelta para observar a Emily.

Posteriormente, toma el control el hombre sacando una prenda detrás del árbol, el Alfa contenía una mirada suave en sus ojos dorados.

— Estás a salvo ahora, cachorra — dijo con calma — Pero debes tener cuidado en el futuro. Los vampiros no se detendrán hasta que obtengan lo que quieren.

Emily asintió, agradecida por la advertencia de Alfa Eros. Sabía que la paz era frágil en el bosque, y que la lucha entre lobos y vampiros aún no había terminado. Pero también sabía que tenía a un poderoso aliado, el Alfa, alguien que la protegería con su vida si era necesario, eso fue lo que sintió en ese preciso momento aquello fue lo que vio en los ojos del color de los rayos del Sol del Alfa, sin la necesidad de ninguna palabra, porque la mirada es la voz del alma.