<Esta novela está basada en hechos ficticios tanto los escenarios como los personajes, si es sensible a temas relacionados con relaciones del mismo género, esta novela no es para usted; dentro de la novela se toca temas sensibles, no apto para menores de edad, léalo bajo su propia responsabilidad>
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Capítulo 6
"Pero se me dijo que yo realizaría el comercial, cancelé varias sesiones de fotografía para filmar el comercial", reclamó el joven.
"Nada estaba asegurado, lamento que hayas cancelado tus trabajos, pero debiste tomar precauciones y no asegurarte con el comercial", explicó el director de casting.
"No pueden hacerme esto, tenía el contrato asegurado, incluso realicé las primeras tomas..."
"Suficiente, no hay nada que se pueda hacer, te conseguiré algunas sesiones de fotografía, así que olvida este asunto", dijo por último el director de casting y salió de la habitación.
El joven trató de seguirlo, pero fue detenido por su manager.
"Te dije que era inútil hablar con él, solo nos queda aceptar las sesiones de fotografía o todo podría empeorar", aconsejó la manager.
Sin protestar más, el joven siguió a su manager para hacer los arreglos de las sesiones de fotografía.
Mientras pasaban por uno de los sets, el joven pudo ver a Andrew ahí de pie hablando con el encargado de llevar a cabo dicho comercial.
"Debí saber que era por él", expresó con molestia.
"Llevo más años en esta agencia, pero lo tratan a él como si fuera el único modelo de este lugar solo porque recibe el apoyo de un poderoso alfa quien es un hombre casado, tan desvergonzado", añadió con burla.
"Déjalo ya Nick, tu situación será peor si alguien llega a oírte", advirtió la manager, ella al igual que Nick, estaba molesta por esta gran diferencia que se hacía con Andrew, pero no podían hacer o decir nada por qué las represalias contra ellos sería peor.
Esta agencia tenía varios modelos capaces y con más años en la industria que Andrew, pero casi siempre se le daban los trabajos más importantes a él, algo que era injusto para todos.
Golden House, una de las agencias de modelaje más reconocida del país, varios jóvenes aspiraban a ser modelos de esta prestigiosa marca.
Los anuncios con la imagen de Andrew eran los más proyectados en las diferentes ciudades, una imagen muy conocida y querida por el público.
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"¿Un trabajo?", preguntó la Señora Romy.
"Sí, ya he trabajado antes, así que no hay problema", dijo Mikkel mientras revisaba las facturas de las compras hechas con la tarjeta de crédito.
Era una suma bastante grande para alguien como él, pero solo unos cuántos billetes para esas personas adineradas.
"No podemos depender de ellos ahora", expresó Mikkel.
Además del gran descuento que se haría por el uso de la tarjeta que era el monto triple, los gastos en la despensa de la cocina era igualmente descontada cada mes, y si la tarjeta tenía un límite, no quedaría nada si seguían dependiendo de esas personas para los gastos diarios.
"Pero, ¿qué tipo de trabajo hará?, no creo que esa familia se lo permita, ... ni su madre", dijo preocupada la Señora Romy.
"No te preocupes, a ellos no les interesa lo que haga, además, falta poco para el divorcio", sonrió Mikkel.
Con el dinero que recibiría después del divorcio, viviría tranquilamente, Mikkel pensaba en poner un negocio propio con ese dinero y vivir sin preocupaciones, solo faltaban menos de seis meses para que eso sucediera.
"¿En verdad va a divorciarse?, creo que si llegaran a conocerse con su esposo, todo sería diferente", habló la Señora Romy.
Solo había visto al Señor Kamprad cuatro veces cuando vino de visita a la casa, el alfa se quedaba unos pocos minutos y luego se iba.
"No se puede forzar una relación, además, no creo que le agrade, así que no hay problema", mencionó Mikkel con una sonrisa.
Además, no pretendía permanecer casado cuando aún era joven, quería disfrutar de su vida, sin mencionar que su ahora esposo tenía a alguien a quien amaba.
En tanto ambos conversaban, alguien llamó a la puerta, fue la Señora Romy la que fue a abrir.
"¡Mikkel!, ¡sal ahora mismo!", gritó la mujer en cuanto la puerta se abrió.
"... Señora", murmuró la Señora Romy al ver a la mujer.
"¡Mikkel!", siguió gritando la mujer.
Mikkel bajó de la habitación por los gritos de la mujer, no pasó ni un segundo en que llegara a la planta baja cuando la mujer se acercó molesta y le dio una fuerte bofetada.
Todo quedó en silencio debido al fuerte sonido del golpe, la iracunda mujer estaba a punto de gritar con ira cuando la voz molesta de Mikkel llegó.
"¿Acaso está loca?, ¿qué tipo de persona entra a una casa para golpear a los demás?"
"Lo... ¿Loca?, ¿a quién llamas loca?, ¿cómo puedes llamar loca a tu propia madre?", reclamó la mujer incrédula por la actitud de Mikkel.
Mikkel observó a la mujer frente a él, esta mujer debía ser la madre que la Señora Romy mencionó.
"Entonces peor aún, ¿qué clase de madre golpea a su hijo sin motivo alguno?", dijo Mikkel frotándose la mejilla adolorida.
"... Mocoso insolente, tantas medicinas te han afectado la cabeza", dijo la mujer con enojo.
"¿Sin motivo dices?, ¿te parece que gastar tanto dinero no es un motivo?, me esforcé para que este matrimonio se realizara, no voy a permitir que eches todo a perder", expresó la mujer.
Esta mujer era la Señora Alessa, madre de Mikkel, la mujer quien llevó a cabo su malévolo plan para casar a su hijo con el alfa Kamprad, y de esa manera obtener todo el dinero de esa familia.
La Señora Romy la conocía perfectamente, una mujer codiciosa quien usaba a su hijo para obtener lo que quisiera, sin importarle el daño que podría llegar a ocasionarle.
Miró con lástima a Mikkel, el joven ya había sufrido demasiado con esa madre.
"El que está casado soy yo, el que tiene que soportar todo soy yo, ¿y usted espera recibir dinero a cuesta de mi sufrimiento?", habló Mikkel sin miedo.
La Señora Alessa miró a su hijo con sorpresa, nunca le había contestado de esa manera pese a todo lo que había hecho.
"Todo depende de mí, terminaría con todo si así lo quisiera", siguió hablando Mikkel.
"... Todo fue gracias a mí, no tendrías nada si no fuera por mí", dijo la mujer.
"No quiero hablar ahora, acabaré con todo esto si no se va en este momento", advirtió Mikkel señalando hacia la salida.
Como el dinero era algo demasiado importante para la Señora Alessa, dejó la casa en silencio con la mirada llena de desconcierto.
Mikkel cerró la puerta después de que la mujer salió y suspiró.
"Es mejor encargarse de todo lo antes posible antes de que se vuelva molesto", sonrió Mikkel volteando a ver a la Señora Romy.
Si alguien iba a quedarse con ese dinero después del divorcio, sería él.