AURORA: LA PERDICIÓN DEL SR. ALEMÁN

BASTIAN BECKER

Me despierto lentamente, estirando mis brazos y abriendo los ojos. Busco a perdición a mi lado, pero no la encuentro. En su lugar, solo encuentro el delicioso olor que ella dejó atrás.

Cierro los ojos y recuerdo todo lo vivido la noche anterior. Sonrío al recordar la pasión y la intensidad de nuestro ardiente encuentro. Me siento vivo, me siento renovado, mi miembro volvió a la vida, la abstinencia se fue, ahora podré follarm3 a la que quiera y cuando quiera, lo sucedido la noche anterior me ha dejado claro que estoy de vuelta.

Me levanto de la cama y reparo las sábanas revueltas. Me pregunto ¿Por qué se fue sin despedirse? Sacudo mi cabeza, ya habrá tiempo de volver a vernos, le pediré su número de cuenta a mi hermano para pagar por sus buenos y exquisitos servicios y también su número telefónico. Busco mi ropa y me visto rápidamente en el proceso encuentro la ropa interior de perdición y la guardo en el bolsillo interno de mi chaqueta, pero no sin a tres olerla para embriagarme con su olor. Salgo del lugar, donde me esperan mis hombres de seguridad.

_ Señor, el auto está listo para partir _ me informa Frederick y asiento. _ Su tío se fue después de media noche y su hermano lo hizo en la madrugada _ me informa con la seriedad que lo caracteriza.

Asiento y subo al auto. Durante el trayecto, no digo nada, solo pienso en esa noche en dónde follé como hace tanto tiempo no lo hacía, descubriendo que Leonel y Cedric tenían razón, solo necesitaba salir intentar divertirme para que mis deseos carnales volvieran nuevamente.

Llego a mi mansión y me bajo del auto. Cedric y mi tío Leonel me esperan en la entrada.

_ ¿Cómo estuvo tu noche, Bastian? _ me pregunta

Leonel achicando la mirada. Cedric solo arquea una ceja.

Solo respondo con un "bien" y me alejo, buscando el interior de mi casa, no le daré explicaciones a nadie de mi vida privada.

Subo hasta el tercer piso, donde está mi habitación. Me meto a duchar y me siento bien cuando pienso que ya mi problema de virilidad se ha curado, ahora puedo follar las veces que quiera.

Sonrío al recordar la imagen de esa sensual mujer la cual disfruté hasta más no poder, tiene un aguante único esa mujer, me pregunto si la volveré a ver. Pero por ahora, solo me enfoco en disfrutar de la sensación de haber recuperado mi confianza en mí mismo. Sus jadeos aún hacen eco en mi mente.

Me siento renovado, me siento vivo. Y sé que todo esto se debe a esa atractiva y valiente mujer. La desconocida que me hizo sentir de nuevo.

Salgo de la ducha. Me visto con ropa cómoda y me dirijo a la cocina para desayunar. Mi cocinero, Marcel, me saluda con una sonrisa.

_ Buenos días, señor. ¿Qué desea algo en especial para desayunar? _ me pregunta Marcel.

Pienso por un momento antes de responder.

_ Trae algo ligero, Marcel. Un poco de fruta y yogur, por favor. ¿Mi madre y mi hermana? _ pregunto.

_ Se están preparando para salir, según me indicó la señorita Ava irán a Milán.

De seguro van a encontrarse con Aurora Lobo, no se por qué pensar en esa mujer me da como jaqueca, ella tiene algo que me hace odiarla sin razón, pero es un odio raro, algo que no puedo describir bien, las veces que nos hemos cruzado he visto algo en esos bonitos ojos grises que transmiten un brillo peculiar que...

_ Dame un poco de café sin azúcar _ le pido a Marcel.

Marcel asiente y comienza a preparar el desayuno. Me siento en la mesa y miro por la ventana, pensando en lo que sucedió la noche anterior. No puedo creer que haya pasado la noche con otra mujer después de quien iba a ser mi esposa. No puedo creer que haya sentido lo que sentí después de tanto tiempo.

Pieno en Isabella, sé que ella estaría de acuerdo con mi familia en la idea de que debo rehacer mi vida, en qué debo casarme, formar mi propia familia y tener herederos, de mi memoria jamás se irá ella y ese bebé que de no haber sido por ese terrible accidente, ahora quizás estuviera aquí conmigo haciéndome sonreír mientras le daba el desayuno o lo escuchaba hablar sobre su juegos o sueños. El corazón me arde cuando pienso en él pasado, en esas tres grandes pérdidas que viví, perdí a mi padre, a mi mentor, perdí a mi novia de tantos años y ese bebé que venía en camino y no pudo llegar.

Me siento como si hubiera despertado de un largo sueño, como si hubiera redescubierto una parte de mí mismo que había olvidado.

Marcel me trae el desayuno y comienzo a comer, saboreando la fruta fresca y el yogur cremoso. Mientras como, pienso en cómo haré para volver a ver a Perdición.

No sé su nombre, no sé dónde vive, no sé nada sobre ella. Pero quiero volver a tenerle en mi cama.

Termino de desayunar y me levanto de la mesa. Me dirijo a mi estudio, donde comienzo a trabajar en mi ordenador. De repente el sonido de la puerta me hace levantar la vista.

_ Adelante _ digo.

De inmediato entra Cedric y se sienta frente a mí.

_ Iré a Italia con mamá y Ava _ me informa.

_ Tienes trabajo atrasado, Cedric.

_ Lo sé, Pero no te preocupes estaré de regreso está misma tarde con mamá, Ava se quedará en Italia para estar más cerca de su nuevo trabajo como modelo en la casa de moda de la hermosa Aurora.

_ Está bien, cuida bien de ellas, lleva seguridad suficiente para cuidar de nuestra hermana y a las enfermeras de mamá.

_ Todo está en orden, Ava se quedará en un edificio muy cerca de la casa de moda.

_ Bien.

Espero a que se levante y salga, pero no lo hace.

_ ¿Qué? _ pregunto.

_ ¿No me contarás cómo te terminó de ir anoche con la sensual perdición? _ mi hermano es un cotillo.

_ ¿Cómo crees que me fue si regresé por la mañana?

_ Excelente _ solo asiento sin dar detalles.

_ Quiero el número de cuenta de perdición y su número telefónico.

Cedric parpadea y me mira cómo si tuviera cuatro ojos.

_ ¿Le pagarás?

_ ¿Qué, no me digas que la mujeres de tu club trabajan ahí de gratis? _ remato con otra pregunta.

_ No, no, claro que no. Eh, más tarde te pasaré su número de cuenta y su teléfono.

_ Perfecto. ¿Sabes dónde se encuentra ahora mismo? _ curiseo.

_ Tal vez en su casa descansando, o trabajando...

Las palabras de Cedric hacen eco en mi mente. ¿Será esa mujer capaz o le dará su cuerpo para trabajar hoy con otro cliente después de pasar toda la noche foll4ndo conmigo?

Cedric sale y yo continuó trabajando hasta que llega la hora de salir a despedir a mi madre y a mi hermana menor.

por la tarde salgo a hacer algunas revisiones en algunas de mis bodegas subterráneas y luego de cenar e en la compañía de mi madre y Cedric quienes ya están de regreso, invito a Leonel para ir a uno de los tantos clubes que hay en la ciudad.