El Día Que Todo Cambió

Al día siguiente una llamada despertó a Leonardo, miro a su lado y ahí estaba Karina plácidamente dormida.

Jugueteo con su cabello y la observo de cerca, era realmente hermosa, tenía pestañas largas, labios dulces y carnosos pero tiernos, unas mejillas rosadas, su piel clara con un toque de bronceado, sus cejas finas y organizadas, y un cuerpo hermoso con curvas envidiables,  no como la mayoría de mujeres hermosas que estaban hasta los huesos, realmente era la  mujer más hermosa que había visto. Tocó su rostro y se dio cuenta de que estaba algo caliente, seguro estar tanto bajo la lluvia la afectó, debía estar exhausta, así que decidió dejarla dormir más.  Estaba concentrado mirándola cuando volvió a sonar su celular, lo agarro rápidamente para no despertarla

-¿Si diga? – Joven Leonardo venga rápido, su madre tuvo una recaída, vamos camino al hospital

-¡¿Qué?! ¿Qué sucedió?- Dijo vistiéndose a toda prisa

-Su madre no ha  estado muy bien desde la muerte de su padre, llevaba tiempo sin comer y hoy se desmayó cuando llegué

-Voy para allá, por favor señor Osmán cuide a mi madre.

-Por supuesto que sí lo estaré esperando.

Leonardo se acomodó rápidamente, salió del baño y Karina seguía dormida, era realmente grosero que después de lo que había sucedido la dejara sola pero su madre se encontraba en el hospital. Salió apurado, pero antes le dijo a la cocinera que revisara que Karina estuviera bien y la atendiera en lo que él llegaba y sin más salió rumbo al hospital.

Karina después de un rato se comenzó a mover, le dolía todo el cuerpo y se sentía decaída sin energía alguna, no sabía si por haber llorado tanto, por mojarse o por…

Abrió sus ojos lentamente, no recordaba cómo había llegado a su cama pero era bastante cómoda, toco a su alrededor en la mesa de noche pero no encontró su celular, abrió sus ojos y quedo en shock al ver que el lugar en el que estaba no era su cuarto

-¿Qué? ¿Don-dónde estoy? No, no, no, noooo. ¡PERO QUE TONTA! – Grito golpeando su cabeza tan duro que casi chilla del dolor, pero alguien abrió la puerta y se cubrió rápidamente su rostro de la vergüenza.

-Despertó señorita, el joven amo me encargo cuidarla, está muy débil y tiene algo de fiebre, permítame ayudarla

- No\, no\, no se me acerque\, yo (Aj pero que tonta\, ¿Dónde estoy? Mis padres deben estar preocupados) Disculpe señora ¿Dónde estoy?

- En la casa del señor Leonardo\, él tuvo que irse por una emergencia y me pidió cuidarla y atenderla en lo que él llegaba- ¡Que! Llegar… No\, no será necesario estoy perfecta- Dijo tocando su cuerpo.

-Entiendo, debe estar avergonzada, tal parece eso no es algo común en usted

- Ni lo diga\, que vergüenza.

–Le traje algo de ropa nueva y limpia, es de mi hija y creo que le quedara perfecto

- Muchas gracias\, es muy amable\, pero podría salir por favor… Yo…

-Comprendo, saldré y vendré en unos minutos para darle su medicina.

-Gracias

Karina quedo sola en aquella habitación, no podía creer la locura que había hecho, era su primera vez y con un desconocido, no solo no se entregó a su esposo, sino que a un desconocido.

-Ay pero que tonta, tonta, ¿Cómo hiciste algo así Karina? – Se maldecía a sí misma.

Luego miro a su alrededor y el lugar era bastante sobrio y lujoso. Miro la ropa en la cama y la agarro raídamente para vestirse, pero al tratar de correr al baño su trasero se estrelló con él piso, le dolía su entrepierna, además de todo el cuerpo, sentía que un camión había pasado encima de ella.

Como pudo se levantó, se cambió lo más rápido que pudo, y salió con mucho cuidado de la habitación… Miro las escaleras y no había nadie a la vista, justo lo que quería, casi en la puerta llego la señora de hace rato y la llamo apurada

-Señorita espere, no se valla, el señor me pidió cuidarla y dijo que quería hablar con usted.

-No se preocupe estoy bien. Dígale a su señor que lamento lo de anoche, y que le agradezco que me haya traído de donde estaba y que espero no volver a verlo.

Y sin más salió corriendo del lugar como si la estuvieran persiguiendo. El lugar donde estaba era una zona exclusiva y había pocas casas, gracias a que las que habían eran muy grandes, se dirigió a la avenida y se subió a un taxi rápidamente para dirigirse a casa.

En el camino trato de recordar lo sucedido pero solo algunas imágenes llegaban a su mente, recordaba a la perfección el cuerpo de Leonardo porque lo había tocado pero trato de recordar su rostro y le fue imposible, no entendía como podría haber hecho una cosa tan estúpida, por más herida que estuviera, eso no es algo que ella haría, ni siquiera en todos sus años de relación con Edwin se había entregado a él porque anhelaba hacerlo después del matrimonio y que fuera mágico, enserio que su vida era patética, ya parecía una mentira.

Recordó lo sucedido en el día anterior y quiso gritar, ¿Qué haría ahora? ¿Qué pasaría con ella? Ahora sería la burla de todos, su prima siempre le vio la cara con su prometido, el hombre que amaba, no solo eso sino que él nunca la quiso realmente y solo iba detrás de su dinero, no resistió mas y dejo sus lágrimas salir silenciosamente, cuando llego a la puerta de su casa y bajo, sus padres junto a Louissa y Thomas salieron corriendo hacia ella.

-MI amor ¿Dónde estabas? ¿Sabes lo preocupados que estábamos? No llevaste tu celular, ni dinero ni nada. –Decía su madre entre lágrimas.

-Mi vida ¿Cómo estás? Te sientes bien- Pregunto su padre preocupado.

-Estoy bien… ¿Podrían pagar el taxi?, no traigo dinero conmigo.

Thomas pago el taxi rápidamente y Karina entro a casa, era evidente que estaba mal, tenía su rostro hinchado de llorar, y sus ojos cristalizados, su semblante ensombrecido y su corazón roto.

-Amiga, que bueno que estas bien, estaba tan preocupada que casi me muero, te busque por todos los lugares en los que podrías estar, incluso fui a la policía pero como no llevabas 48 horas desaparecida no hicieron nada. Pensé lo peor amiga, no vuelvas a hacer eso por favor- Decía Lou mientras la abrazaba y Karina solo guardaba silencio, estaba sumida en sus pensamientos y sus lágrimas salían como un rio.

-perdón por preocuparlos a todos, yo… Yo estoy bien… Solo quiero descansar

- ¡Karina! –Gritaron todos al ver a Karina caer desmayada frente a todos.

Apurados la llevaron al hospital, donde le colocaron suero y regularon su pulso, su presión era alta y su azúcar baja, no había comido nada des el día anterior y había llorado demasiado.

-Buenos días soy el doctor Frízer, y atenderé a la paciente… Ya regulamos su pulso, y está estable, se desmayó por el cansancio y la presión, tal parece no ha comido bien porque tiene el azúcar muy baja.

-Sí, no ha comido bien, estaba haciendo una dieta para que su vestido de bodas le quedara hermoso- Dijo Louissa

-Comprendo, la monitorearemos un día y si todo sale bien mañana podrá irse a casa tranquilamente, solo que deberá comer bien para reponerse y mejorar. Por favor firme aquí para poder hacerle los exámenes Señor Spencer- Dijo el Doctor al padre de Karina.

-Claro- Aquí también, para hacerle un examen de embarazo para descartar cualquier cosa- Eso no será necesario mi hija no está embarazada

-¿Están seguros? –Claro que sí, ella siempre se ha cuidado mucho. No está embarazada- Dijo Louissa con nostalgia al recordar la boda fallida de su amiga.

-Bien, entonces descartare la prueba de embarazo, mañana podrá irse si lo demás sale bien- Muchas gracias doctor.