Domesticando A Un Villano

Hoy era un nuevo y día y hoy Raquel tenía que tomar té con la emperatriz, o sea su madre, fue peor de lo que pensaba, ya que esa mujer no dejaba de criticarla por cada error que cometía.

En la novela describían a la emperatriz como una mujer con mente malvada y protegía su trono. Y esta la detestaba por el hecho de ser una mujer, puesto que no podría tomar el trono y aun con su intento de dar un hijo varón ha Sido inútil hasta ahora.

— debes comportarte como una dama Raquel — La chica solo rodea los ojos para tomar el té de una molestando a la emperatriz — Escucha lo que te digo.

— Si vino aquí solo para criticar y tratar de darme clases, es mejor que se retire.

— No me hables así, no te lo permito — La mujer se levanta enojada — Si sigues así como crees que vas a poder casarse en un futuro.

La chica frunce el ceño.

— No pienso casarme.

— No es tu decisión, es el de tu padre — Dice sería la mujer para darse vuelta e irse molestando a la chica, qué clase de madre está, bueno, de todos modos esa mujer no es nada para ella.

Solo Suspira para levantarse, molesta y salir. Necesitaba aire fresco, pero primero se fue a preparar con la ayuda de sus doncellas.

— Se ve excelente princesa — Elogia una doncella mientras que Raquel se mira al espejo, la ropa no estaba mal aunque no estaba acostumbrada a ella.

— No está mal — Raquel suspira mirando a la doncella — Pueden prepararme un cabello — Confundida la doncella asiente para salir, regresando después de unos minutos.

— El caballo ya está listo, Señorita.

— Genial — La chica sonríe mientras sale de la habitación siendo seguida por su doncella — princesa no está pensado salir con ese caballo y sin escolta verdad.

— Regresaré de inmediato — La chica sube el caballo.

— Princesa — Reclama la doncella asustada, si la emperatriz o el emperador sabe que está salió en caballo sola, sin duda sería castigada.

— Adiós — Antes de que la doncella pueda hablar, Raquel ya se había puesto en marcha dejando la doncella atrás.

Al llegar al lugar que quería, la chica se asegura al amarrar el caballo junto aún árbol, para ir a comprar. Mira la tienda de armas para sonreír.

— Aquí voy mis amores — entra en la tienda en un segundo todas las miradas estaban sobre ella, mirándola como si tuviera dos cabezas. Raquel solamente frunce los ceños para mirar las armas, Espada, Dagas, arcos con flechas.

Toma un arco con marco blanco que le llamo la atención, un arco ligeros cuál serviría para llevar a todas partes; Sin embargo, su vista se enfoca en una espada.

— Esto es perfecto para Damon — para ayudar al chico no únicamente tendría que estar a su lado, Damon necesitaría aprender a defenderse y de eso ella se encargaría. Toma la espalda y luego dos dagas para acercarse al señor de la tienda.

— Me llevo estos — El hombre mira Raquel— ¿Qué?

— Deben ser un regalo por su prometido, pero tuve buen gusto, señorita.

— No tengo prometido, pero de lo que estoy Segura si tengo un excelente gusto — Dice está arrogante. Pagando el hombre, Raquel sale de aquel lugar para volver donde estaba su cabello y ponerse en marcha para regresar.

Llegando al palacio, la chica ordena que se lleven al caballo para luego dirigirse en el palacio de Damon, pero al final no logro encontrar el chico en ningún parte.

— Señorita, escuché que el quinto príncipe, lo llevo hace horas. — Raquel mira a doncella de golpe.

— ¿Dónde lo llevo?

— A la sala de castigo.

— Maldita sea — Maldice, la chica poniéndose en marcha en la sala de torturas.