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Solo Ella

Solo Ella

Status: Terminada
Genre:Viaje En El Tiempo / Completas / Amor a primera vista / Apoyo mutuo / Pareja destinada / Amor eterno / Reencarnación / Mundo de fantasía
Popularitas:5.3k
Nilai: 5
nombre de autor: El Narrador Escarlata

Arlo pasó la vida feliz al lado de su esposa, la única mujer con la que estuvo y la única mujer a la que amó. Pero siempre tuvo el deseo secreto de estar con otras mujeres. Tras una complicación respiratoria, muere y reencarna a sus 17 años de edad, una año antes de ponerse de novio con Ema, su esposa. En esta segunda vuelta planea, antes de emparejarse, estar con tantas mujeres como pueda. Pero una simple modificación en la historia provoca que su unión no se concrete.
Arlo deberá mover cielo y tierra antes de que sea demasiado tarde y se vea obligado a pasar el resto de su (segunda) vida sin su alma gemela.

NovelToon tiene autorización de El Narrador Escarlata para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Los dos ángeles del placer

¿Entonces no era un sueño?

Arlo todavía no estaba en condiciones de afirmar nada, pero esa voz, si bien parecía carecer de cuerpo, había sonado demasiado real y potente como para ser parte de su cabeza. Sus palabras y forma de hablar habían sido muy extrañas, y en vez de ayudarlo a esclarecer el asunto lo habían puesto nervioso. Si era cierto lo que había dicho, Arlo estaba en el Limbo. Nunca había sido religioso, pero le interesaba la teología, por lo que sabía lo que implicaba estar en ese lugar.

_ ¿Estoy... muerto?.

"No, no puede ser" dijo para sus adentros. Pero el recuerdo del inusual cuadro respiratorio que había presentado esa noche antes de acostarse lo hacía dudar.

Fuera o no un sueño, ya no se sentía seguro. Comenzó a desesperarlo el hecho de no encontrar una manera de salir de esa plataforma. Por si fuera poco, ya no estaba solo, cada vez más cerca, estaban las dos siluetas misteriosas, que se abrían paso entre las nubes doradas. Si la voz sin cuerpo tenía razón, pronto aclararía sus dudas. Pero, por otra parte, no sabía quiénes eran los sujetos que avanzaban hacia él, ni que intenciones tenían.

Sin interés en correr riesgos, comenzó a caminar rápidamente por los límites de la plataforma, intentando dar con una vía de escape en caso de que fuera necesario. Las siluetas ya estaban a menos de cien metros de distancia, y de no ser por algunas nubes pequeñas que aún se interponían entre Arlo y los extraños, se podrían haber visto perfectamente. Viendo que no tenía salida, Arlo eligió resignarse y ver qué podía ofrecerle aquel enigmático par.

Cuando estuvieron a menos de veinte metros, no había nube que fuese capaz de obstaculizar la vista. Por primera vez Arlo pudo ver en detalle los extravagantes portes de lo que parecían ser dos sujetos andróginos. Tenían un cuerpo y características físicas similares, como si de gemelos se tratase: pieles blancas y brillosas, cabellos rizados y rubios, y gran altura. Sin embargo, en lo que a estilos y atuendos se refiere, eran totalmente únicos y diferentes entre sí.

Uno de ellos, con su dorado cabello completamente suelto, disparó las hormonas de Arlo apenas este lo vió. Su cuerpo estaba muy bien trabajado, con hombros anchos, redondos y masculinos, y un tren inferior muy fuerte y femenino. Tenía sus labios pintados de rojo, los cuales se relamía con sutileza mientras con sus ojos azules analizaba a Arlo de pies a cabeza sin ningún tipo de disimulo.Tenía un traje ajustado que dejaba ver bastante piel, pero tapaba la zona mamaria y púbica. Sus uñas, largas y negras, se clavaban sobre un fruto del mismo color que Arlo no pudo identificar.

Una vez que pudo dejar de mirar a este ser por el cual sentía una inexplicable atracción, posó su vista sobre el que iba a su lado. La primera sensación que se le vino a la mente fue confianza. Su pelo no estaba suelto, pero no dejaba de tener un peinado hermoso que constaba de dos complejas trenzas, atadas por múltiples broches. Sus labios estaban despintados, pero aún así eran bastante rosados. Vestía una túnica roja con escote en "V" que cubría todo su cuerpo, excepto sus pies desnudos y sus manos, de uñas despintadas pero con varios anillos. La joyería parecía ser una obsesión para este sujeto, pues también tenía aros en sus dos orejas y dos collares. Uno de un corazón, y otro de un corazón, pero partido en dos.

Fue este último quien, cuando ya estaban ambos frente a frente con Arlo, habló.

_ Saludos antiguo mortal. Nos reunimos aquí porque el superior así lo quiso. La Voz te ha señalado, y a nosotros nos ha citado. Estamos aquí para responder tus preguntas y resolver tus conflictos.

Arlo necesitó unos instantes para responder. Lo confundían muchas cosas. La situación era rara, la apariencia de sus nuevos compañeros de plataforma no la hacía más normal, y la extraña forma de hablar del sujeto de las trenzas complicaba la comunicación. Sin embargo, su cerebro alcanzó a razonar, y tras asimilar la situación, aunque fuera un poco, comprendió que ese era un espacio de escucha en donde estaba habilitado a hacer todas las preguntas que quisiera.

_ Te referiste a mi como antiguo mortal, ¿que quiere decir eso?

_ Lo que quiero decir es que ya no eres un ser terrenal. Has muerto y ascendido a un nuevo plano.

_ Entonces parece ser que si estoy muerto... ¿Y como pasó eso?

_ Desconozco los detalles del deceso. Nuestra misión no es informarte sobre lo que pasó antes, si no de lo que vendrá, o mejor dicho podría venir.

_ ¿Cómo que "después"? No hay forma de volver. Sé que soy viejo pero... tengo buena salud, ¡aún es muy pronto para que muera!

_ Moriste ni muy pronto ni muy tarde, sino en el momento indicado._

Respondía como si fuera una máquina: con velocidad y manteniendo siempre el mismo tono en su voz y la misma expresión en su cara. _ Pero La Voz vio algo especial, y por eso decidió darte una segunda oportunidad. Una chance para rehacer tu vida. La pregunta que tengo para hacerte es: ¿Estás interesado en vivir tu vida nuevamente, pudiendo así corregir los errores de tu vida pasada, y siendo capaz de conseguir lo que siempre quisiste? O acaso preferís dejar todo como está, e ir a descansar al mundo celestial?

Soltó una pregunta tan compleja y digna de reflexión como quien pregunta si se quiere comer torta o bombones para el postre. La cabeza de Arlo iba a mil. Si no había entendido mal, estaba muerto, y ya no se podía hacer nada para recuperar su vida. O al menos en cierta forma. Lo que le estaba proponiendo ese ser celestial, era reiniciar su vida desde cero. Y en lo que dura una conversación coloquial, debía decidir si dejar todo como estaba, o tener el increíble poder de crearse una segunda vida perfecta. Difícil era la decisión, así que, para tener más tiempo para pensarlo, no se le ocurrió nada mejor que seguir preguntando.

_ ¿Por qué me preguntan eso? ¿Todas las personas tienen esta elección cuando mueren?

El segundo sujeto, que hasta ese momento solo había escuchado y observado, tomó la palabra, y cautivó inmediatamente a Arlo entonando una voz tan seductora como su apariencia.

_ Solo vos querido. La Voz vio algo especial, y creo que puedo ver que. _

Conforme hablaba se acercaba más y más a Arlo, mirando su boca y sus ojos repetidas veces.

_ Una oportunidad así le ocurre a uno en un millón, sería pecado no aprovechar una oportunidad de esta calaña. Y eso que a mi me gusta pecar, pero en este caso... Creo que está claro lo que tenés que hacer.

Molesto, su compañero lo interrumpió. _ Basta, no empieces con tus cosas, la decisión debe ser suya, nosotros solo lo guiamos si es que decide reencarnar.

Pero ya era tarde. Arlo había caído en los encantos de ese ser que parecía ser experto en el arte de la persuasión. Después de todo, la idea de poder rehacer su vida, pero cambiando un par de cosas le parecía muy tentadora.

_ Quiero mi segunda oportunidad _

El seductor se relamió y se acercó más a Arlo

_ Excelente decisión. Ahora es cuando entramos nosotros, querido. Me presento, soy Tentación, el primero de los ángeles del placer. El que mejor comprende a los hombres, el que conoce sus deseos verdaderos y primarios. El encargado de dar felicidad a los mortales y guiarlos a nada más que hacia su propio regocijo. La Voz de arriba escuchó tus deseos. Fuiste un muy buen hombre en tu vida pasada, servicial con los tuyos y fiel a quienes amabas. Te felicito, yo no podría. Pero como todo hombre, tienes necesidades. En esta vida nueva que se te ha regalado, podrás cumplir tus más ocultas fantasías si me escuchas.

Como si de un debate se tratara, el otro ángel tomó la palabra.

_ En ese caso, escogerías el camino fácil, el que aparenta dar mucho, pero te deja sin nada. Ya escogiste anteriormente el buen sendero, y tenes una oportunidad de vivir esa vida en la que fuiste tan feliz una vez más. Yo soy Amor, el segundo de los angeles del placer, el que conoce lo que es mejor para los mortales, el que los guía a un futuro lleno de goce, pero compartido. El que muestra la luz a los hombres y les hace entender que es mejor sacrificar momentos fugaces de placer en pos de tener años de disfrute.

_ ¿Pero que me están diciendo? ¿a qué vienen estas extrañas presentaciones?

_ Buscamos guiarte en el enfoque que le darás a tu nueva vida. En el pasado fuiste un hombre fiel, y nunca cediste a la tentación de estar con otras mujeres. Yo, Amor, te ofrezco que vuelvas a vivir feliz toda una vida al lado de Ema...

_ Y yo, Tentación, te invito a vivir la vida que siempre quisiste pero no te atreviste a tener. Mujeres hermosas, fiestas, mucho placer. Verdadero placer.

Ahora comprendía mejor. Esos dos ángeles, que intentaban venderle una forma de vida, representaban su gran dilema. Sin embargo, no quería verse en la posición de tener que elegir radicalmente. Le parecía estupido el no aprovechar una segunda vuelta para ver realizado el deseo de estar con otras mujeres. Pero por otro lado, no se imaginaba pasar una vida entera sin Ema. Entonces, su mente se iluminó:

-- Angeles, les agradezco mucho a ambos, pero no puedo aceptar al completo la propuesta de ninguno. Es mucha mi curiosidad por estar con otras mujeres, y también en mucho mi amor por Ema. En mi vida pasada tuve que poner ambos en la balanza, pero esta vez no tiene por qué ser así. Tengo toda una vida para estar con mujeres y aun así terminar casándome con Ema. Ahora bien, como puedo salir de este lugar?_

Pero lo ángeles no parecían contentos con su reflexión. Y Amor se lo hizo saber

_ Tomar los dos caminos no es recomendable, pues es abarcar mucho y podrías terminar perdiéndolo todo. Solo pensalo Arlo, ¿No te parece que el final que tuvieron con Ema fue injusto? Toda una relación hermosa que, por una muerte desafortunada, vio su final con una pelea. Se merecen un final mejor, digno de lo que fue toda su historia.

Tentación se abalanzó hacia Arlo

_ Lo que vos mereces, Arlo, es lo que pediste para tus adentros antes de irte a dormir. Hiciste feliz a Ema, ahora es tu turno. Elegí mi camino, y te prometo una mujer cada mes.

Amor no quiso ser menos, y también se abalanzó.

_ Elegí el mío, y te prometo una relación mágica como la que ya tuviste.

De repente, los dos ángeles cruzaron miradas furiosas. Y revelaron así sus verdaderas intenciones. No buscaban el bienestar de Arlo, buscaban ganar una competencia entre ellos.

_ Relación que fue mágica gracias a que él se aguantó sus impulsos carnales. Relación mágica construida a base de mentiras.

_ ¿Mentiras? El amor es lo más puro y real. Mentira son todas esas inyecciones de placer momentáneo que ofrecés que después no hacen más que dejar un vacío._

Forcejearon un poco, pero luego se fijaron en el hombre de quien esperaban una respuesta.

_ Elegime a mi! _ Bramó Tentación, despojándose de su modismo seductor.

_ ¡No, elegime a mí si sabes lo que te conviene! _ Le gritó Amor, sin una pizca de la calma con la cual se había expresado hasta ese momento.

Pero Arlo no quería decidir, y, asustado por lo que pudieran hacerle los ángeles, comenzó a retroceder. Y continuó retrocediendo, y siguió...

Hasta que su pie no encontró el suelo, y sintió como perdía el balance. Los ángeles frente a él pusieron una expresión terrorífica, justo cuando Arlo cayó de la plataforma. Lo último que escuchó eran los gritos de fracaso de Amor y Tentación. Luego, el zumbido del aire que pasaba por sus oídos conforme caía en picada no le permitió oir más.

Atravesó las capas de nubes doradas mientras caía más y más. No comprendía si aquella experiencia había sido real, no sabia que le deparaba al destino una vez llegase al fondo de ese nublado paisaje. ¿Despertaría en su cama y todo eso habría sido un sueño sobre su falsa muerte? ¿Reencarnaría? ¿O se estrellaría contra el suelo, para dar paso a una eterna oscuridad? Cuando la plataforma ya era apenas un microscópico cuadrado en las alturas, volvió a escuchar la potente voz que había resonado justo antes de que aparecieran los ángeles.

Arlo, tomaste una decisión. Vivirás nuevamente, con todo lo que eso implica. Con la capacidad de usar tus conocimientos a tu favor, o malgastarlos en tu contra. Sea cual sea el camino que elijas, no hay arrepentimientos, no hay vuelta atrás. Te otorgue una segunda oportunidad, más no habrá una tercera.

Nuevamente la voz cesó, y por primera vez el entorno empezó a cambiar. La luz ocre que bañaba las nubes empezó a debilitarse, y todo alrededor comenzó a oscurecerse, mientras que las nubes sobre la cabeza de arlo, antes quietas, comenzaron a girar y a formar un remolino. Arlo sentía corrientes de viento que golpeaban su cuerpo mientras no dejaba de caer. Con una velocidad supersónica, su cuerpo fue atraído hacia abajo por una fuerza misteriosa y, finalmente, chocó con una superficie.

Lejos de lastimarse, sintió sobre su espalda la suavidad propia de una nube. Pero no era una nube, era un colchón. Arlo había resuelto el enigma: todo se había tratado de un sueño, bastante realista, y aquel había sido su despertar. A pesar de que no se había movido de su cama, sentía un gran cansancio en su cuerpo, y volvió a dormirse inmediatamente, creyendo que los sucesos de esa extraña noche habían llegado a su fin.

En algo tenía razón: esa noche, todo había terminado. Pero a su vez, un nuevo inicio le esperaba a Arlo al despertar.

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Carla Quintana
por favor autor puedes hacer un capítulo donde salga su esposa Ema después de su muerte, me imagino que le afectó demasiado 🥲
TAMARA CRISTINA SAAVEDRA HUENUMAN
bueno creo que arlo en su primera vida si fue un hombre ahora da mucho que desear y no se merece para nada a ema... Creo que si ema ubiera sido la que reencarna las cosas ubieran sido distintas ella haria que arlo solo estuviera con ella y que arlo no estuviera con nadie mas que con ella creo que los hombres piensan distintos de las mujeres cuando aman..
TAMARA CRISTINA SAAVEDRA HUENUMAN
muy buena la novela aunque ojala arlo le cueste muchoooo ganarse a ema... Porque todo lo que uno hace en la vida tiene consecuencias y nuestro protagonista la cago es mas ojala se quede solo total ya supo lo que era el amor verdadero y por andar de suelto lo perdio....
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