La Maldición De Los Dickens

Mi primer día de trabajo fue frenético, como una asistente del Sr. Benjamín dueño de StellarTech.

Desde la mañana estuve organizando la agenda del presidente, coordino reuniones, tomo las llamadas telefónicas, recibo correos electrónicos y tomo notas rápidas para recordar detalles importantes.

Durante el primer mes, tuve que aprender rápidamente los horarios del presidente, asegurándome de estar siempre un paso adelante para anticipar sus necesidades. Desde la gestión de sus viajes y reservas hasta la preparación de documentos cruciales para reuniones estratégicas, mi trabajo era garantizar que todo funcione sin problemas.

Trabajaba de lunes a viernes, generalmente de 7 de la mañana a 6 de la tarde, pero ocasionalmente más allá de ese horario, especialmente cuando el presidente necesita cerrar contratos fuera de la oficina. Esos honorarios extras me daban compensación adicional.

Disfrutaba los fines de semana porque me desconectaba del trabajo y disfrutaba con mis hijos, mi madre, mi abuela y mi tío. Con ellos podía recargar energías para enfrentar una nueva semana llena de trabajo.

"Hija, ¿puedes encender la televisión, por favor?", dice mi madre desde la cocina.

En el noticiero, una noticia impactante nos congeló a todos.

🖥 “Y EN OTRAS NOTICIAS, “EL ASESINO DEL MEÑIQUE” ES EL NOMBRE QUE HA RECIBIDO EL PSICÓPATA QUE LES HA QUITADO LA VIDA A JÓVENES DE ENTRE 16 Y 26 AÑOS, HA IDO EN AUMENTO.

HASTA EL MOMENTO SE HAN REGISTRADO 8, LAMENTABLEMENTE SON ENCONTRADAS SIN VIDA, SIN EL DEDO MEÑIQUE Y LO MÁS TERRORÍFICO DE ESTO, ES QUE AUN LADO DE LA VICTIMAS ENCUENTRAN UN REPRODUCTOR, LOS GRITOS DE SÚPLICA DE ELLAS, SON EL ÚNICO ARCHIVO QUE HAY.

POR MÁS QUE INVESTIGUEN EL ORIGEN DEL REPRODUCTOR, NO HALLAN NADA, AL PARECER ES ELABORADO ÚNICAMENTE PARA ESTO.

NO SE HA LOGRADO ENCONTRAR UNA PISTA QUE AYUDE A LAS AUTORIDADES A LOCALIZAR A ESTE SUJETO, EL CRIMINAL NO ES NINGÚN PRINCIPIANTE, POR LA MAGNITUD DE SU DELITO, SE SUPONE QUE HAY MÁS VÍCTIMAS.

ESPEREMOS QUE HAGAN JUSTICIA POR ESTAS VÍCTIMAS.” dijo el reportero.🖥

"No puedo creer que estos casos nunca terminen," murmuró mi madre, visiblemente afectada.

"¿Pero qué necesidad hay de grabar el dolor de las víctimas?" pregunto Miri, horrorizada por la crueldad de los detalles. Miri había venido de visita.

"Quieren compartir la satisfacción que sienten cuando están acabando con sus presas," reflexione.

"Podrá escuchar música, pero ninguna le da tanta paz como los llantos y las súplicas de sus víctimas. Les hace tanto daño antes de quitarles la vida y al final les mutila el dedo meñique," continúe. "Esta chica es solo otra más en los periódicos, otra más en las publicaciones de redes sociales todos los días, meses y años..."

"Qué cosa tan horrenda," exclamó mi abuela con tristeza en su voz.

"Es la verdad, abuelita," dije y agregué “Una de las razones por la que quería estudiar psicología, era porque quería saber a fondo como piensan los psicópatas de distintos niveles."

Mejor cambiemos de tema," sugirió mi madre con preocupación.

"¿Cómo han estado todos?" pregunto Miri, tratando de desviar la conversación hacia algo menos perturbador.

En un abrir y cerrar de ojos, pasaron 3 años desde aquel frenético comienzo como asistente ejecutiva en Stellar.

Durante este tiempo, mis hijos habían crecido y empezaron a ir a la escuela. La vida nos llevó por cambios significativos: mi abuela falleció el año pasado y nos mudamos a un departamento en un complejo más pequeño pero acogedor.

Un sabado por la mañana.

"Mamá, ahorita regreso. Voy a ir a depositar al banco y pasaré al mercado," le dije a mi madre, quien asintió con la mano desde la cocina.

"Mamá, ¿podemos ir contigo?" preguntaron Sofía y Félix al unísono, con esa energía incontenible que los caracterizaba.

Sofía añadió rápidamente, "Y Emma también quiere ir," sosteniendo su muñeca con entusiasmo.

"Está bien," respondí, mientras acariciaba cariñosamente sus cabezas. Me acerqué a Christopher, quien estaba concentrado haciendo su tarea.

"Chris, ¿quieres venir con nosotros?" pregunté, notando su atención fija en los libros y apuntes.

"No," respondió con sequedad, sin apartar la vista de sus deberes.

"Mamá, me llevo a Sofía y a Félix. Chris está haciendo su tarea," informé a mi madre antes de salir.

Cuando llegamos al banco, Sofia quiso quedarse sentada afuera para jugar con su muñeca, mientras entraba con Félix. Desde la distancia, vi a un hombre conversando con Sofía. Sus facciones me recordaban a alguien, pero no pude detenerme a pensar demasiado mientras me apresuraba a reunirme con mi hija. Sofía estaba tranquila, jugando con su muñeca, completamente ajena a mi preocupación momentánea.

Saludé y agradecí al señor por cuidar a mi hija.

Después de hacer nuestras diligencias en el banco, nos dirigimos al mercado. Mientras yo estaba ocupada comprando otras cosas, Félix pidió permiso para ir a analizar las manzanas que íbamos a comprar. "Mamá, déjame escoger las manzanas” dijo con seriedad infantil mientras se dirigía a la sección de frutas y yo asentí porque a él le encantan las manzanas, pero es muy quisquilloso con cuáles se va a comer.

Observé a Félix cuidadosamente seleccionando cada manzana, sobrepesándola en sus pequeñas manos y examinándola con atención. Era increíble cómo un niño tan joven podía tener criterios tan específicos sobre algo tan simple como una fruta.

Mientras tanto, Sofía se paseaba por los pasillos del mercado, curioseando los productos con entusiasmo.

Entre las estanterías de productos choque con una mujer que al parecer tenía prisa y yo estaba distraída observando a Sofía y Félix. Nos disculpamos rápidamente y seguimos cada una nuestro camino, aunque no pude evitar notar que sus facciones me resultaban curiosamente familiares.

Al salir del mercado con nuestras bolsas llenas, sentí que estos momentos cotidianos eran los que realmente llenaban mi vida de significado.

Al regresar al departamento con Sofía y Félix, noté de inmediato que Christopher no estaba en casa. Me dirigí a mi madre, que estaba ocupada en la cocina, y le pregunté preocupada: "¿Dónde está Chris?"

Mi madre se detuvo un momento antes de responder, con una expresión seria en el rostro. "Salió a caminar afuera que, porque tiene cosas en las que pensar," contestó, algo divertida.

Decidí esperar a que Chris regresara por su cuenta. Mientras tanto, Sofía y Félix se dispersaron jugando en la sala, y yo comencé a organizar las compras que habíamos hecho en el mercado.

No pasó mucho tiempo antes de que Chris entrara por la puerta principal.

"Christopher, ¿dónde andabas?" pregunté directamente, aliviada de verlo sano y salvo.

Me miró con calma y respondió: "Me encontré con una abuela muy carismática que estaba esperando a su amiga, y me quedé platicando con ella." Sus ojos brillaban con cierta emoción, como si el encuentro hubiera sido algo especial para él.

"Entiendo," comenté, sintiendo un alivio genuino al saber que Chris había encontrado una distracción agradable fuera de casa. Me alegraba verlo interactuando más con otras personas, especialmente después de haberlo percibido como un niño más reservado.

Observé cómo Chris se movía por la sala, aún perdido en sus pensamientos. Era reconfortante ver cada uno de mis hijos todos los días.