Las cosas pueden cambiar muy rápido, en un solo segundo puedes estar en un lugar para después caer en otro, esta es la historia de como sobrevivir a un mundo lleno de ratas sucias qué buscan aprovecharse de la debilidad.
"no voy a permitir que se aprovechen de mi, no más, protegeré a mis hijos de todas esas bestias, por que yo soy la duquesa de este lugar."
Reencarne en un cuerpo que no es el mio y una vida que no me pertenece, pero eso es lo de menos hay personas que necesitan mi ayuda y yo los ayudaré sin importar que suceda lo haré hasta que pueda volver a mi vida original."
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La vida que vivo. 6
—Que?!!, ¿quien fue?
—Ese es el problema luna, qué no lo se con seguridad, hace cinco días durante un ataque al pueblo desapareció sin dejar rastro, uno de mis conocidos me dijo que probablemente la vallan a vender como esclavo a alguna casa millonaria, por eso vine a la capital para obtener información.
—oh por dios, eso es terrible sacha, pero no te preocupes cuentas con mi ayuda para todo.
—gracias luna, pero dime ¿sabes algo de esa casa de subastas o algún gremio qué venda esclavos secuestrados de los pueblos humildes?
—creo que tengo información sobre eso, hace tiempo cuando la cafetería empezaba a generar más y más dinero vinieron dos hombres a hablar conmigo sobre comprar esclavos para que fueran mis sirvientes, pero yo dije que no podía hacer algo tan inhumano como eso y los rechace igual me dieron su contacto por si quería en el futuro comprarles uno.
—eso es, luna ¿sabes donde esta ese lugar?
—no lo se exactamente, por que las fiestas de subastas se hacen cada fin de mes en una mansión diferente, por lo que no se sabe con exactitud cual será la próxima casa anfitriona.
—mierda ¿es muy difícil conseguir un lugar en la subasta?
—no es difícil, pero hay ciertas cosas que debes de cumplir como tener dinero y estatus en la sociedad.
Sacha bajo la cabeza pensando en cómo le haría ella para conseguir el estatus y el dinero para entrar a la fiesta, el fin de mes se acercaba por lo que debía actuar rápido.
—sacha, tranquila yo te conseguiré una entrada.
—¿de verdad?
—si, no es difícil para mi conseguirla, contactaré al gremio y te llevaré conmigo como mi invitada misteriosa.
—ay, luna no se como te voy a pagar el favor que me estas haciendo.
—oh vamos, sacha tú me ayudaste mucho en el pasado, cuando cuidabas a jazmín para que yo pudiera trabajar o cuando me hacías compañía.
—pero...
—sacha, dejame hacer esto por ti.
Ambas mujeres se dieron un abrazo de madre a madre, luna sabía la angustia qué estaba pasando sacha por la perdida de su si hija por lo que la ayudaría en lo que sea.
Sacha paso la tarde en la casa de luna descansando y cuidando a jazmín mientras luna iba por la invitación a la subasta, conseguirla no sería trabajo fácil, puesto que ya los había rechazado a ellos una vez y había posibilidad de que esta vez la rechazaran a ella.
—jazmín has crecido mucho desde la última vez que ti vi.—dijo sacha acariciando el cabello pelirrojo de jazmín. —Dylan todavía se acuerda de ti, ¿tú te acuerdas de él?.
Un sonrojo tiñó los cachetes regordetes de la niña esta acción no paso desapercibida por sacha lo que le pareció muy tierno.
—¿lo extrañas?
—si. —dijo la niña en un leve susurro aun era muy tímida por lo que costaba hacer qué ella hablara.
—Dylan está muy guapo cuando lo veas verás que no miento, luego lo traigo conmigo para que juegues con él.
—¿como esta Lilly?
—esa niña está muy bien, es muy habladora le encanta ensuciarse con lodo y con la comida, de echo es todo lo opuesto a ti jazmín, cuando se conozcan de seguro serán buenas amigas.
—Dylan ¿el como es?
—es igual a su hermana muy hablador y le encanta correr por todos lados, ambos son muy hiperactivos ya los verás en el futuro.
—Ya veo.
Una sirvienta entro a la habitación para dejar en la mesa una bandeja de bocadillos.
—si necesitan algo avíseme y vendré de inmediato, madam.
—ok, muchas gracias.
La sirvienta sostuvo la vajilla de té qué ya no se estaba utilizando para llevarla a la cocina y que las demás sirvientas la lavaran, pero salir de la habitación la mujer tropezó y termino por tirar toda la vajilla de porcelana fina.
Sacha se levantó de su asiento de inmediato y con ayuda de jazmín ayudo a la mujer a levantarse del suelo.
—¿estas bien? ¿no te hiciste daño?.
—no, no, no, todo está bien, pero la vajilla esta rota. —la mujer dijo en un tono de nerviosismo la porcelana qué acaba de romper no era barata y la castigaran de una forma muy dura por romperla.
—no te preocupes, yo le diré a luna qué la rompí por accidente.
—no mi señora, no puedo dejar que haga eso yo la rompí y debo pagar por ello.
—oh vamos es solo una porcelana bonito para mí, pero para ti debe significar demasiado así que déjalo en mis manos, vete de aquí antes de que alguien te vea.
—está bien mi señora, muchas gracias le prometo que se lo pagaré no sé cómo, pero se lo pagaré.
—no, no, no, chica así esta bien.
Sacha le puso la mano en el hombro y asintió para que la mujer se fuera lo más rápido posible para que nadie la culpara.
—¿por qué hizo eso, señora sacha?. —dijo jazmín ayudando a sacha a levantar los vidrios rotos del piso.
—una cosa que tienes que aprender jazmín es que si tienes la posibilidad de ayudar a alguien, tienes que hacerlo, a mí tu madre no me va a hacer nada, en cambio, a ella la pueden despedir o a un peor encarcelarla porque esta porcelana no es nada barata.
—entiendo.
Sacha tiro los pedazos de vidrio roto en lo que parecía un vote de basura ya le explicaría a luna después lo que había pasado con ella, seguro ella entendería el porqué de su actuar con aquella muchacha que no pasaba de los 25 años.
Después de un rato de esperar y conversar en la sala de espera la tarde se pronunció por las ventanas indicando que pronto iba a oscurecer lo que preocupo a sacha porque ya era tarde y su amiga todavía no llegaba, cuando se levantó de su asiento para hablar con el mayordomo llego por fin luna de su visita al gremio.
—luna ¿qué tal tu viaje?
—estuvo bien, ya tengo la invitación, pero hay un pequeño problema.
—¿Qué? ¿Cual problema?
—no se permiten invitados, hice lo posible para que me dejaran llevar un acompañante así que les dije que me han estado acechando unos bandidos y que necesito un caballero qué me cuide, dudaron un poco, pero al final aceptaron.
—¿y cuál es el problema?
—pues que tendrás que vestirte como hombre para que no te reconozcan porque no existen mujeres caballeras, ¿Estás bien con eso?
—claro ¿por qué no lo estaría?
—no, por nada, la fiesta es este viernes en la mansión del banquero de la calle 36 ahí harán la fiesta recuerda que esto lo hacemos ilegalmente por lo que nadie debe enterarse.
—está bien y gracias de nuevo por este favor luna.
—no hay problema, ¿qué te parase si vamos a cenar fuera en un restaurante de lujo para celebrar tu regreso?, no te preocupes demasiado por tu hija esos bastardos podrían hacer cualquier cosa, pero jamás le pondrían una mano encima a la mercancía, de eso se encargan los millonarios eso fue lo que me dijeron los mercenarios cuando les pregunté sobre los niños, así que relájate que no será mucho tiempo.
Luna trató de calmar los nervios de sacha con la información que le habían dado en el gremio acerca de los niños que iban a subastar como esclavos.
La peliblanca por fin logra calmar un poco sus nervios y tomo el consejo de luna de no preocuparse tanto por eso, pero aun así no podía sacarse completamente esa preocupación de madre que tenía.
Sacha tomo prestado un vestido de luna para que esta pudiera salir a la calle, el atuendo era de un color azul marino muy bello que combinaba con su cabello blanco y sus ojos azules era un poco incómodo de usar, puesto que sacha nunca había usado un vestido con tantas capas de ropa.
Antes de que cayera la noche por completo las dos chicas subieron a un carruaje qué las llevaría al lujoso restaurante.
—esto es horrible. —dijo sacha arta del corsé qué apretaba sus pulmones, aunque también se estaba quejando de lo incómodo qué era estar en un carruaje qué saltaba con cada mínima piedra qué había en el camino.
"En las películas de princesas se notaba que esto era lo más genial y bello del mundo, pero no lo es, esto es más una tortura qué un cuento de hadas, dios mío porque en este mundo no existe los neumáticos"
—¿nunca habías utilizado un corsé antes?—dijo luna sentada frente a ella extrañada por la queja de su amiga.
—no, sinceramente prefiero la comodidad antes que la estética y esta es la primera vez que llevo algo tan incómodo.
"la antigua sacha los usaba con regularidad cuando salía de fiestas, pero no puedo entender cual era su secreto estos es horrible llevo menos de una hora y ya quiero correr a quitarmelo"
—si, lo note de inmediato cuando llegaste a la cafetería con un pantalón de hombre, eso fue algo nuevo para mí, de echo se me hacía demasiado raro que siempre llegaras a la cafetería con un camisón.
—¿las mujeres de la alta sociedad no pueden utilizarlos? Digo en mi pueblo todas las mujeres los utilizaban porque eran más cómodos qué estos vestidos con corsé.
—claro que no, usar pantalones de hombre es una blasfemia contra la moda, si los usas es seguro que serás vetada de todos los eventos sociales lo cual es una desgracia para cualquier dama de la sociedad.
—qué patético, un pedazo de tela no te define como persona solo hace qué no estés desnudo en la calle.
—sacha, entiendo que me tengas confianza, pero jamás le digas eso a otra persona podrían encarcelarte por blasfemia—suspiro—a veces pienso que vienes de un lugar completamente diferente a este.
—¿por qué lo dices?
—pues, nada más mírate no actúas en absoluto como una mujer.
—espera, espera, luna qué todo el mundo te diga como tienes que ser no significa que tienes que serlo la vida es muy corta vívela como te plazca, igual vamos a morir, que mejor que morir haciendo lo que a uno le gusta.
—de verdad eres muy sincera, pero me agrada eso de ti, si alguien más te escuchara creería qué estás completamente loca o que tienes alguna enfermedad mental.
—me gusta hablar con la verdad.
La charla entre las dos mujeres fue interrumpida por el cochero qué le avisaba a ambas qué habían llegado al restaurante.
Luna la tomo del brazo para llevarla dentro del sitio en donde se vislumbraba un salón elegante con muchas mesas repartidas al rededor, eso, dejo una gran impresión en sacha quien no había visto algo tan elegante en su vida.
Rápidamente, se sentaron en una de las mesas para ser atendidas por los meseros.
—buenas noches, bellas damas ¿qué van a ordenar?
—tráigame la especialidad de la casa por favor. —dijo luna al mesero qué de inmediato tomo la orden.
De pronto una presencia captó la atención de sacha, esta era la de un hombre apuesto, alto fornido de cabello rojo muy brillante y ojos del color de la miel iguales a los de su Dylan este iba acompañado de una mujer bella de cabellos azules que parecía de alta sociedad y una dama muy distinguida.
Sacha sintió una punzada en su pecho como si ver a ese hombre le trajera viejos recuerdos de algo que había olvidado la vieja sacha las viejas heridas de ella volvieron a surgir, pero ¿de dónde lo conocía?
"Pero que rayos es este sentimiento ¿acaso son celos?, ese hombre, tengo que saber quien es."
—Oye luna. —dijo sacha en voz baja.
—¿qué pasa sacha? ¿Viste a un buen hombre?. —dijo luna volteando para todos lados indisimuladamente.
—¿qué? No, bueno si, pero ese no es el punto ¿quién es él? —dijo sacha apuntando a la mesa donde se había sentado el hombre y su amante.
—oh, él es el hombre más rico de estas tierras, el gran duque luterano, es demasiado atractivo ¿no lo crees? —suspiro—qué suerte tendrá la mujer que se case con él de seguro será la mujer más feliz del mundo.
—oh, santa mierda.
—¿sacha?