Álvaro, creyente en la reencarnación, se encuentra atrapado en el cuerpo de Felipe, un ladrón muerto en un tiroteo. Con una nueva identidad, pero con la misma mente astuta y sedienta de justicia, decide vengarse de Catalina y de su amante. Usando sus habilidades empresariales y su inteligencia, se infiltra en su propia casa, ahora ocupada por otros, y empieza a mover las piezas de un plan de venganza que se va tornando cada vez más complejo.
Entre situaciones cómicas y tensiones dramáticas, la novela explora temas de identidad, amor, traición y justicia, mientras Álvaro navega en un mundo que no le pertenece, pero que está dispuesto a dominar. La lucha interna entre el alma de Álvaro y el cuerpo de Felipe crea un conflicto fascinante, mientras él busca vengarse de aquellos que lo destruyeron.
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Encuentro con la Resistencia
El frío metálico de las esposas se clavaba en las muñecas de Felipe —o de Álvaro, según cómo se interpretara la situación— mientras dos rebeldes lo arrastraban a través de un laberinto de túneles subterráneos. El aire estaba cargado de humedad y polvo, cada paso resonaba como un eco interminable. Su mente era un caos, un campo de batalla donde Álvaro luchaba por cada segundo de control. Felipe estaba debilitado tras la interferencia del dispositivo de Catalina, pero su presencia seguía siendo una sombra oscura, lista para reclamar el mando en cualquier momento.
De repente, Álvaro sintió un destello de lucidez. El peso en su conciencia, la voz burlona de Felipe, parecía desvanecerse. Fue breve, pero suficiente. “¡Catalina!” gritó, su voz rasgando el aire como una súplica desesperada.
Los dos rebeldes se detuvieron bruscamente. Uno de ellos, un hombre robusto con una cicatriz que le atravesaba la mejilla, lo miró con desconfianza. “¿Qué acabas de decir?”
“Catalina. Necesito hablar con ella. Esto no es lo que parece…” La voz de Álvaro era temblorosa, pero genuina. Sabía que cada palabra era crucial.
El hombre gruñó, empujándolo hacia adelante. “Ya hablaste suficiente. Catalina decidirá qué hacer contigo. Pero no te hagas ilusiones, tipo de Eterna. Nadie aquí confía en ti.”
Un Comienzo Impactante: El Encuentro
Lo llevaron a una sala amplia y mal iluminada. Las paredes estaban cubiertas de pantallas con imágenes parpadeantes de mapas, transmisiones interceptadas y videos de drones de Eterna. Al fondo, Catalina se encontraba de pie, observando un holograma que mostraba la ciudad desde una perspectiva aérea.
Álvaro la miró con una mezcla de alivio y temor. Su rostro seguía siendo el mismo que recordaba: fuerte, decidido, pero marcado por cicatrices emocionales que él mismo había causado. Antes de que pudiera hablar, Catalina levantó una mano, ordenando silencio.
“Así que...” comenzó, sin mirarlo directamente. “Eterna finalmente ha enviado a su mejor perro a cazarme.”
“Catalina, no soy...”
“¡Cállate!” Su grito resonó en la sala. Se giró lentamente hacia él, sus ojos llenos de furia. “Sé exactamente quién eres, Felipe. He pasado diez años preparándome para este momento. No voy a caer en tus trucos psicológicos.”
Álvaro intentó avanzar, pero las esposas y los rebeldes que lo escoltaban lo mantuvieron en su lugar. “No soy Felipe. Soy yo, Álvaro. Catalina, tienes que creerme.”
Ella se rió, pero era una risa amarga. “¿Álvaro? ¿El mismo hombre que desapareció hace diez años? ¿El mismo hombre que dejó un vacío tan grande que tuve que llenarlo con odio y resistencia? No me tomes por tonta.”
“Catalina...” La voz de Álvaro se quebró. “Sé que es difícil de creer, pero estoy aquí. No sé cómo, no sé por qué. Felipe sigue dentro de mí, pero estoy luchando para retomar el control. Necesito tu ayuda.”
Catalina cruzó los brazos, evaluándolo con una mezcla de incredulidad y curiosidad. “Si realmente eres Álvaro, prueba que no eres Felipe.”
El Dilema de la Confianza
El ambiente en la sala se tornó tenso. Los rebeldes observaban a Catalina, esperando su juicio, mientras que Álvaro sentía cómo la presencia de Felipe comenzaba a fortalecerse nuevamente.
“¿Cómo puedo probar algo tan intangible? No tengo pruebas físicas. Todo lo que tengo son recuerdos.” Álvaro cerró los ojos, buscando algo que pudiera convencerla. “La última vez que te vi, llevabas un collar con un dije en forma de estrella. Me dijiste que era un recuerdo de tu madre. Siempre lo llevabas contigo.”
Catalina parpadeó, sorprendida. Nadie, aparte de Álvaro, conocía ese detalle. Tocó instintivamente su cuello, aunque el collar hacía años que no estaba allí. “Eso no prueba nada. Eterna tiene acceso a recuerdos, a tecnología para manipular información.”
“Entonces, ¿qué necesitas de mí para confiar?” Preguntó Álvaro desesperado.
Catalina lo miró fijamente antes de responder: “Acción. Necesito verte actuar en contra de Eterna. Si realmente estás aquí, Álvaro, demuéstramelo. Si eres Felipe, tus lealtades te delatarán.”
Un Giro Inesperado
Antes de que Catalina pudiera continuar, un sonido ensordecedor sacudió la sala. Una de las pantallas mostró una transmisión en tiempo real: tropas mecanizadas de Eterna habían localizado el escondite rebelde y estaban avanzando rápidamente.
Un joven rebelde entró corriendo, jadeando. “¡Nos están rodeando! Están bloqueando todas las salidas.”
Catalina maldijo en voz baja y comenzó a dar órdenes rápidamente. “Destruyan las terminales. Preparen los explosivos en los túneles. No dejaremos que Eterna tome nada de esto.”
Álvaro observó el caos, sintiendo que su oportunidad de demostrar su lealtad estaba frente a él. “Catalina, suéltame. Puedo ayudarte. Si confías en mí ahora, te lo demostraré.”
Ella lo miró, indecisa. La urgencia de la situación la obligaba a tomar decisiones rápidas. Finalmente, asintió. “Pero si haces un solo movimiento sospechoso, te mataré yo misma.”
Los rebeldes liberaron a Álvaro, quien inmediatamente se unió a ellos para preparar una defensa improvisada. Mientras colocaban explosivos en los túneles, Álvaro comenzó a notar patrones en los movimientos de las tropas de Eterna en las pantallas.
“Van a entrar por el túnel este,” dijo, señalando una sección específica. “Es su estrategia habitual. Si bloqueamos ese acceso, podemos ganar tiempo.”
Catalina lo observó con desconfianza, pero sus palabras tenían sentido. Ordenó a su equipo que siguiera sus instrucciones.
La Batalla en los Túneles
El enfrentamiento fue brutal. Las tropas mecanizadas de Eterna avanzaban implacablemente, pero los rebeldes lograron contenerlos gracias a las explosiones estratégicas. Álvaro luchaba con todas sus fuerzas, tanto física como mentalmente. Sabía que cada movimiento que hacía era una oportunidad para ganar la confianza de Catalina, pero también sentía que Felipe estaba al acecho, esperando el momento adecuado para tomar el control.
En medio del caos, Catalina se acercó a él, su expresión menos hostil. “Esto no significa que confíe en ti, pero admito que tus estrategias nos han salvado... por ahora.”
Antes de que Álvaro pudiera responder, una explosión sacudió el túnel, separándolos. Él quedó atrapado en un lado mientras Catalina y el resto del grupo retrocedían hacia un punto seguro.
Álvaro se encontró solo en el túnel colapsado, rodeado de escombros. Escuchaba las voces metálicas de los soldados de Eterna acercándose. Mientras buscaba desesperadamente una salida, la voz de Felipe resonó en su mente.
“¿Ves lo que pasa cuando intentas ser el héroe? Estás atrapado. Déjame tomar el control. Juntos, podemos salir de aquí.”
Álvaro cerró los ojos, luchando contra la tentación. Sabía que si dejaba que Felipe tomara el control, podría perderlo todo nuevamente.
Mientras tanto, en el otro lado del túnel, Catalina observaba el derrumbe con una mezcla de preocupación y resignación. “Si realmente eres Álvaro, volverás,” murmuró para sí misma.
Álvaro está atrapado en la oscuridad, mientras las tropas de Eterna se acercan, y a Catalina liderando a los rebeldes hacia un nuevo refugio, con una chispa de duda brillando en sus ojos.
CONTINUARÁ...