RENACÍ PARA VENGARME

●Máximo: veo que Elizabeth se sorprende al ver al hombre que está con su hermana; sorprendido no es la palabra, es miedo. La miro y tomo su mano, que está fría y temblando. Entonces me coloco frente a ella y le digo: 'Amor, escúchame, ¿qué te pasa? Tranquilízate, todo está bien'. Aún no reacciona, así que la abrazo con fuerza y le hablo al oído: 'Tranquila, pequeña, mientras yo exista, nadie más podrá hacerte daño. ¿Me entiendes?' Veo que se le escapan lágrimas de los ojos y no entiendo qué está pasando.

●Elizabeth: después de escuchar la voz de Máximo, logro recuperar la calma. Sé que esto les parecerá extraño; no sé qué decirles para que dejen de mirarme así. Me limpio las lágrimas y le digo: muchas gracias, Máximo. No sé qué me pasó; es la primera vez que me ocurre, pero no me presten atención. Sigamos con la conversación. Todos continúan charlando, pero veo que Máximo se levanta de la silla, me toma de la mano y dice.

●Máximo: No sé si me equivoco, pero siento que el ataque de ansiedad que sufrió Elizabeth está relacionado con este hombre que acompaña a Aurora. No sé, pero a mí tampoco me gusta que esté aquí. Además, Elizabeth todavía está temblando. Me pongo de pie y digo: Lo siento mucho, pero les recuerdo que esta es una reunión familiar. ¿Qué hace aquí este hombre, de quien ni siquiera sé quién es? Así que les pido amablemente que lo saquen.

●Aurora: esperen un momento, porque deberían sacarlo; él es mi amigo y me está apoyando en este momento tan difícil para mí debido a mi hermana. ¿O ya se les olvidó que ella me quitó a mi futuro esposo y dejó a su prometido de lado solo para hacerme daño? Si él se va, yo también lo haré, ¿me entienden todos?

●Pedro: Aurora Jackson, por favor, baja el tono de voz, que no estamos en el mercado. ¿No ves que estamos teniendo una conversación muy importante? Te pido que saques a tu amigo de la casa. Ya escuchaste a tu cuñado, es un asunto familiar, así que hazlo de una vez.

●Máximo: ya escucharon, y si los dos quieren irse, para mí está bien. Otra cosa, Aurora, deja de actuar como una niña caprichosa y de decir cosas que no son. Por esa actitud de niña consentida, nunca me fijaría en alguien como tú. ¿No te queda claro que amo a tu hermana y que quiero casarme con ella? Bueno, dicho esto, continuemos. ¿Cuándo decidieron que será la boda, abuelo?

●Aurora: ese maldito hombre me ha dejado en ridículo, pero me encanta que finja ser indiferente; al final, terminará cayendo como todos. Me hago la víctima y las lágrimas brotan de mis ojos. Salgo corriendo de allí, la verdad es que no tengo ánimos para ver lo felices que están al fijar la fecha de su boda. Por mi parte, espero que no se cansen. Entro a mi auto y detrás de mí viene Miguel.

●Miguel: Eres una gran actriz, querida. Oye, ¿fueron ideas mías o ese hombre me mira como si me odiara? Y ni hablemos de tu hermana, parecía tenerme miedo. ¿Viste sus caras? Qué personas tan extrañas. Pero bueno, ¿qué hacemos ahora? Estoy un poco aburrido, ¿por qué no vamos a un hotel y pasamos el rato?

●Aurora: tienes razón, no entiendo por qué reaccionaron así con tu presencia, estoy segura de que es la primera vez que te ven, o me equivoco. Quítame las manos de encima, no estoy de humor para esto. Además, tenemos que encontrarnos con alguien, y recuerda que tienes que hacer todo lo que te diga, ya que gracias a mí saliste de la cárcel sin pagar por el delito que cometiste, ¿entiendes, verdad?

● Miguel: Bueno, ya basta de esto. Sabes bien que siempre estoy de tu lado y no es necesario que me recuerdes lo que hice hace tiempo. No quiero seguir con esta discusión sin sentido, así que me quedaré en silencio y esperaré a llegar para ver con quién nos encontraremos.

CASA DE LOS JACKSON O'CONNOR

●Pedro: señores, disculpen lo que acaba de hacer mi hija; siempre actúa así, así que no le presten mucha atención. Es hora de continuar con lo que realmente importa: ¿cuándo les gustaría casarse, muchachos?

●Michael: No se preocupe, aún es muy joven, así que no se sienta mal por eso. Antes de fijar la fecha, quiero ofrecerles este obsequio que preparé para ustedes. Como dije antes, este es un día muy especial, ya que se trata de mi querido nieto. Tomen, es una de mis reliquias, es para celebrar que pronto seremos familia.

●Pedro: Muchas gracias, señor Michael. No tenía que haberse molestado, es un obsequio muy hermoso. Estoy muy feliz de que vayas a formar parte de esta gran familia y les agradezco por aceptar a mi hija mayor. Máximo, solo espero que hagas muy feliz a mi niña. Bueno, ¿qué les parece si la boda se realiza en 5 meses? Es un plazo razonable, ¿no lo creen?

●Máximo: no, no estoy de acuerdo, es demasiado tiempo. Estaba hablando con Elizabeth y estamos de acuerdo en que sea dentro de dos meses. Además, queremos una boda sencilla. ¿Qué piensas, abuelo, de esto?

●Michael: Bueno, si los novios eligieron la fecha, ¿quién soy yo para negarme? Propongo un brindis por estos dos jóvenes que se aman tanto y por que su amor perdure ante cualquier adversidad. Elizabeth, hija, ven y dame un abrazo; te llevas a lo que más quiero en el mundo, mi niña.

●Elizabeth: muchas gracias, suegro, por aceptarme en su gran familia. Prometo cuidar de él muy bien. Tomo a Máximo de la mano; él me sonríe. Veo la expresión de mi supuesta madre y, al verla así, me llena de alegría. Mi padre es el más feliz de esta unión, ya que cree que podrá obtener mucho dinero de Máximo, pero eso nunca lo permitiré.

●Máximo: suegro, gracias por esta oportunidad. Obviamente haré muy feliz a su hija. Suegra, ¿qué pasa? ¿Por qué no nos felicita? Quien la viera pensaría que no es madre de Elizabeth, ya que no muestra ni una pizca de felicidad por su hija.