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Oh ¡Doctor! Arregla Mi Corazón

Oh ¡Doctor! Arregla Mi Corazón

Status: Terminada
Genre:Completas / Doctor / Amor a primera vista / Amor-odio / Atracción entre enemigos / Polos opuestos enfrentados / Mujeriego enamorado
Popularitas:10.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Mckasse

Soy Bárbara Pantoja, cirujana ortopédica y amante de la tranquilidad. Todo iba bien hasta que Dominic Sanz, el cirujano cardiovascular más egocéntrico y ruidoso, llegó a mi vida. No solo tengo que soportarlo en el hospital, donde chocamos constantemente, sino también en mi edificio, porque decidió mudarse al apartamento de al lado.

Entre sus fiestas ruidosas, su adicción al café y su descarado coqueteo, me vuelve loca... y no de la forma que quisiera admitir. Pero cuando el destino nos obliga a colaborar en casos médicos, la línea entre el odio y el deseo comienza a desdibujarse.

¿Puedo seguir odiándolo cuando Dominic empieza a reparar las grietas que ni siquiera sabía que tenía? ¿O será él quien termine destrozando mi corazón?

NovelToon tiene autorización de Mckasse para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Un ataque al corazón.

Dominic, aún con su humor juguetón, se acercó a Bárbara mientras ella limpiaba la mesa. Con una sonrisa pícara, inclinó la cabeza y le susurró:

—A ver, recuérdame con lujo de detalles... ¿qué fue exactamente lo que hice anoche? Porque sigo sin acordarme.

Bárbara lo miró, levantando una ceja con incredulidad.

—¿En serio quieres que te lo diga? —preguntó, cruzándose de brazos.

—Claro que sí. Quiero saber qué tan patético fui —dijo, apoyándose contra la pared con esa sonrisa confiada que parecía no abandonarlo nunca.

Bárbara tomó aire, dispuesta a aprovechar la oportunidad.

—Bueno... primero me dijiste que si pasaba la noche contigo ibas a despertar como nuevo. Me hablaste de tu corazón roto por tu ex. Luego, entre besos, me llevaste a tu cuarto. Me dijiste que compusiste algo para mí, vi tu consola retro y tu habitación tan... masculina —dijo, enfatizando con un gesto sarcástico—. Después me levantaste como si fuera un saco de papas y, cuando me acomodaste en la cama, metiste tu mano bajo mi brasier... y te quedaste dormido como un tronco.

Dominic soltó una carcajada, llevándose una mano a la frente.

—No me digas... Soy un idiota ¿De verdad hice eso? Debí verme muy patético.

—Oh, sí. Y mientras yo me debatía entre despertarte o huir, decidí quedarme porque estabas ardiendo de fiebre. Pero al parecer, tu sueño fue más importante que cualquier otra cosa.

Él sonrió con picardía, acercándose hasta acorralarla suavemente contra la pared.

—Bueno, si te quedaste fue por algo, ¿no? —murmuró, bajando la mirada a sus labios.

Bárbara intentó no reírse, pero no pudo evitarlo.

—Claro que sí. Fue por lástima.

—¿Lástima? ¿Valgo tan poco?—Dominic se llevó una mano al pecho, fingiendo estar herido—. Deja que te muestre algo, a ver si sigue burlándose de mi señorita.

Antes de que ella pudiera reaccionar, la tomó por las caderas y la sentó a horcajadas sobre su cintura. Bárbara abrió los ojos como platos, sintiendo el calor de su cuerpo bajo ella, y Dominic se inclinó hacia su oído. A ella la vuelve loca el hecho que no lleve nada puesto en la parte superior de su cuerpo.

—¿Ves? No es solo fiebre lo que tengo... —murmuró con una voz cargada de intención.

El corazón de Bárbara latía desbocado, pero no podía evitar la risa nerviosa que escapó de sus labios.

—Eres un idiota —dijo, dándole un empujón suave en el pecho.

—Tal vez, pero soy un idiota que quiere saber algo importante —respondió, apartándole un mechón de cabello del rostro—. ¿Qué tal si... lo hacemos oficial? Somos adultos y nos atraemos aunque intentes decir lo contrario.

Bárbara lo miró, sorprendida.

—¿Oficial?

—Sí, tú y yo. Novios. ¿Qué dices?¿Me das ese privilegio señorita?

Ella lo pensó por un momento, disfrutando de la expresión ansiosa en su rostro.

—Lo pensaré. No sé si quiero un novio que se quede dormido en los momentos importantes.

Dominic estalló en risas.

—Tocaste un punto bajo, Bárbara. Pero te lo voy a demostrar. No volveré a quedarme dormido... a menos que estés a mi lado. Seré un centinela de ahora en más.

Ambos rieron y, después de un rato más de besos y caricias tímidas sin pasarse de la raya, Bárbara decidió que era momento de irse. No le había dado una respuesta y él no volvió a insistir pero daban por sentado que tenían una relación más allá que colegas o buenos vecinos. Caminó hacia la puerta con una sonrisa en los labios, pero al abrirla, se quedó petrificada.

Frente a ella estaban sus padres que estaban sacando las llaves para entrar a su apartamento con bolsas de lo que sería envases con alimentos cocidos, mirándola con expresiones que mezclaban sorpresa e incredulidad.

—Bárbara... —dijo su madre, mirando más allá de su hija al interior del apartamento.

Antes de que Bárbara pudiera reaccionar, Dominic apareció detrás de ella, como todo un salvavidas, con su cabello revuelto y su torso musculoso a la vista.

—¿Quién es, Bárbara? —preguntó él despreocupado, asomándose para mirar a los visitantes.

Los padres de Bárbara quedaron boquiabiertos, y ella sintió que su cara ardía de vergüenza.

—¡Dios mío! —exclamó su madre, llevándose una mano al pecho.

—Esto... no es lo que parece —balbuceó Bárbara, intentando bloquear la vista de Dominic con su cuerpo.

Pero él, completamente ajeno al caos, extendió una mano en señal de saludo.

—Hola de nuevo, padres de Bárbara. ¿Me recuerdan? Soy Dominic, el vecino de su hija. ¿Quieren pasar?

El silencio se hizo tan denso que Bárbara sentía que podía cortarlo con un cuchillo. Sus padres miraban a Dominic con los ojos como platos, completamente perplejos por la situación. Su madre recuperó la compostura primero, aunque con una expresión severa.

—¿Vecino? —preguntó, cruzando los brazos mientras lanzaba una mirada inquisitiva a Bárbara.

—Sí, vecino —respondió Bárbara apresuradamente, intentando sonar natural—. Solo estaba ayudándolo porque estaba enfermo.

—¿Ayudándolo? —intervino su padre, señalando a Dominic—. ¿Ayudándolo a qué? ¿A andar por ahí medio desnudo?

Dominic, lejos de sentirse intimidado, esbozó una sonrisa despreocupada.

—Bueno, técnicamente, ella me salvó de morir de hambre y fiebre. Es un ángel, su hija.

Bárbara giró rápidamente hacia él, mirándolo con una mezcla de sorpresa y súplica.

—¡Dominic! —le susurró entre dientes.

—¿Qué? Estoy siendo sincero. No todos los días, alguien tan hermosa, cuida de mí —dijo con una sonrisa traviesa que hizo que Bárbara quisiera desaparecer.

—¡Hermosa! —repitió su madre, alzando una ceja.

—Mamá, por favor. No es lo que piensas —dijo Bárbara, intentando recuperar el control de la situación.

—¿Entonces qué es, Bárbara? Porque desde donde estoy parada parece que saliste del apartamento de este... ¿cómo dijiste que te llamas? —preguntó su madre, mirando a Dominic con desconfianza.

—Dominic. Un placer —dijo él, estrechando la mano de su padre con firmeza, como si la situación no fuera lo suficientemente tensa.

—Señor, señora, no quiero que malinterpreten nada —continuó Dominic, intentando sonar más formal—. Bárbara fue muy amable al ayudarme mientras estaba enfermo. Soy una persona directa, así que lo diré: su hija es increíble, y... bueno, me interesa mucho, así que espero que nos llevemos bien en el futuro.

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Edith Valenzuela
ese es el final?....
/Shy/
Iliana Oliva Remon
🌺🌺🌺💐🌺
mar rodriguez
es el finsl??
Mckasse Escritora: primera parte
total 1 replies
Emérita Soledad Briones Oyarce
ah se me olvidó decirle que quité todos los me gusta
Emérita Soledad Briones Oyarce
no lo puedo creer pensé que la autora era más seria pero es tan fome dejar el final o lo mejor en blanco no me atraen así siempre pensando en ella que a los lectores
Marcela
5 capítulos van pasando y sigue comenzando a escribir la historia le voy a prestar una lapicera se ve que no le anda. Así la escriben de una vez
Marcela
Excelente
Eret Lopez
Dominic te dicen MI ALMA y YA QUIERES LA RECIDENCIA
Eret Lopez
Bárbara EL TE VA A CONQUISTAR A TI
Eret Lopez
Las PERSONAS LLEGAN a NUESTRA VIDA PARA DISFRUTAR y VALORAR LA VIDA
Eret Lopez
Bárbara está GUAPO y TIENE BUEN CULO AHORA FALTA que TE SEPA CONQUISTAR
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