¿Puede una mujer ser adicta al se*o?
¿Qué es la ninfonania? ¿Tiene cura esa enfermedad?
¿Qué problemas futuros acarrea una viol*ción?
¿Puede un hombre ser el veneno y antídoto de una mujer?
William no supo que le pasó, conecto la mirada con la pequeña mujer y quedó hipnotizado, ella supo como provocarlo, la manera como se balanceó y levantó las piernas mostrando la pequeña tela que cubría lo que él deseaba ver lo puso nervioso y hasta excitado, por un momento se le antojó bajarla del escenario, llevársela y castigarla por alterar el orden de su mie*bro.
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NUNCA DIGAS NUNCA
William estaba más que enojado, caminaba por toda la oficina y llamó a su amigo "Ven a mi oficina"
Cuando Luisa salió, llegó donde estaba Fernando y le dijo: "Me voy Fer, pero te pediré un favor, no permitas que despidan al personal que inocentemente me ayudo por favor "El rubio asintió.
"¿Por qué mierda me dejaste solo?" Preguntó William mientras su amigo ingresaba.
"Vamos Willy, esta buena, tú le gustas, necesitas tener sexo para que dejes de estar tan furioso y te desestreses"
"Le dije que no y se lo deje claro y espero que tu también lo entiendas, encárgate de que no vuelva a ingresar y coloca memorandos para los que la ayudaron" Dijo firmemente William.
"Está bien ¿Vamos a almorzar? Íbamos de salida cuando llegó Fuego" Dijo Fernando, extrañado que su amigo no despidiera a nadie y únicamente les pasara un llamado de atención, sonrió supo que Fuego tendría que ver en esto.
"Si, pero... Aguarda" William buscaba en su saco y escritorio algo que no encontraba.
"¿Qué se te perdió?" Preguntó Fernando
"Márcale a mi celular, juraría que lo llevaba en mi saco" Dijo William
En la pantalla del celular se reflejaba una llamada entrante de Fer, Luisa muerta de risa contestó "¡Hola Fer!"
Fernando quitó el celular de su oído para verificar a quien había marcado, aunque ni siquiera tenía el celular de la pelirroja o del club "¿Fuego?"
Cuando William escuchó el nombre de esa mujer se percató del beso húmedo en su mejilla y la manera como se apoyó en su cuerpo, ahí saco su celular.
"Si Fer, soy Fuego, pon el teléfono en altavoz" Dijo la niña y Fernando obedeció, casi no podía aguantar la risa.
"Will, dijiste que no nos veríamos más, pero accidentalmente tome tu teléfono, espero que vengas por él esta noche" Dijo coquetamente la mujer.
"Señorita Lane, está jugando con fuego, no me tiente, regrese y tráigalo de vuelta"
"Yo soy Fuego mor y lo siento no puedo regresar, se me hace tarde, mientras, respetuosamente miraré el contenido y te avisaré si alguien importante llama o escribe" Dijo la pelirroja provocándolo.
William era demasiado educado, por más que ella fuera una prostituta, bailarina exhibicionista y una ladrona, sería incapaz de escupir alguna palabra para ofenderla.
"Nunca podrá, necesitará mi clave y esos aparatos los cree yo, es imposible" Dijo William.
"Nunca digas nunca, agregaré tu número a mi lista de contactos y no me digas que no podré, soy buena en eso también y todo lo que sé lo hago exquisito, te veo esta noche Will" Se despidió Luisa.
"¡Señorita Lane!" William maldijo en su interior, mirando con enojo a su amigo.
"No me mires así Will" Río el rubio imitando la voz de Luisa "¿Tu madre te decía así ¿No?" Preguntó Fernando.
William asintió tomó el teléfono y llamó al detective Rivas: "Necesito información de la mujer Luisa Lane, trabaja en Pole Dance como bailarina, quiero TODO" Diciendo esto colgó.
"No es peligrosa Willy, ya verás y no podrá desbloquear tu celular inteligente" Dijo Fernando, cuando recibió un WhatsApp de Willy.
Fernando se puso nervioso, comportamiento que para el castaño fue notorio, le quito el celular y observo la pantalla "Hola Fer, dile a Will que ya sé cuál es su clave"
"Es ladrona, hacker ¿Qué más? Debería llamar a la policía" Dijo William
"Amigo no, vendrá la prensa y mis padres se enterarán de que frecuento ese tipo de lugares será mi fin" Rogó Fernando
"Prepárate que iremos por mi celular" Dijo William, el castaño podía perfectamente bloquear su celular y evitar pasar un mal rato en ese club, pero esa niña lo había provocado.
La pequeña traviesa enviaba a Fernando toda la información valiosa de vuelta a su contacto, el hombre no tenía ninguna fotografía, únicamente una con una señora de edad avanzada, entonces tomó varias y las guardo en su galería, era un supercelular, la niña quería uno así y empezó a investigar cuanto podía costar.
Fernando le enseñaba los mensajes de Luisa a su amigo y cada vez se enojaba más.
Pronto llegó la hora de ir a Pole Dance, William fue a su casa, se vistió un poco informal, llamó a Fernando y le dijo que lo esperaba en el parqueadero del club.
Cuando los hombres llegaron Luisa y sus compañeras bailaban de manera grupal.
William y Fernando se sentaron en el mismo lugar de la última, pidieron bebidas y mientras Fernando estaba embobado viendo a las mujeres, William tenía una Laptop en sus manos y su vista estaba puesta en ella.
El hombre vestía un jeans azules una playera negra y una chaqueta del mismo color, todas las bailarinas botaban baba por ese guapo hombre que parecía un dios griego, y Luisa por primera vez en su vida sintió celos.
"Me estoy volviendo loca" Pensó Luisa.
Era el turno de su "Solo" pero ese hombre no estaba prestando atención "Cómo me desesperas Will"
Escribió un WhatsApp a Fernando y le dijo: "Pásale tu teléfono a Will" Fernando no pensó que se fuera a divertir tanto, está niña estaba obsesionada con su amigo, que no le prestaba ni pizca de atención.
"Ten amigo, desean hablar contigo" Fernando le paso el celular a su amigo.
William miró extrañado, luego recordó quien podría ser y dijo: "¿Es así tan intensa? No quiero pensar si me acostara con ella" Negó con la cabeza y tomó el teléfono.
La bella niña que lo veía a través del telón, cuando vio que el castaño tomó el teléfono, hizo una llamada.
La pantalla del celular de Fernando se reflejó el contacto "Llamando Willy" El hombre dando un suspiro respondió.
"Hola" William respondió tajante.
"Quiero que me mires" Dijo la niña, como si suplicara.
William no la estaba viendo, pero la imaginó, colocando esa mirada indescriptible, juntando sus labios y no podía creer que hasta su voz era jodidamente sexy. El hombre dibujó una casi sonrisa y Luisa que lo observaba se sintió triunfante.
"No la veo Señorita" Dijo William burlándose de ella.
"No me digas Señorita, te aseguro que hace mucho no lo soy y no te hagas, quiero que me mires cuando baile, estás pendiente a ese aparato en tus manos y me ignoras, acaso ¿Quieres que te lo robe también?"Dijo enojada ¿Enojada? ¿Qué me ocurre? Yo no me enojo.
La pequeña Luisa no sentía como los demás, parecía a veces como si no tuviera sentimientos, pero ese guapísimo castaño la estaba descontrolando.
William quiso reír a carcajadas, todo lo que había dicho se había cumplido y sabía que era capaz de robarle la Laptop también y hackearla.
"Está bien, miraré" Dijo como si no le importara en lo más mínimo, esta vez debía pensar en otra cosa mientras la observara por qué debía evitar que su cuerpo reaccionara.
"No te resistas, puedes reír y todo lo que desees, nos vemos Will" Dijo la linda y perversa niña.
William supo inmediatamente que lo observaba "Astuta muchachita" Pensó.
La niña colgó cuando escucho la presentación "Y con ustedes lo más esperado de la noche, él solo de Pole Dance de Fuego"
¿Cómo no mirarla? Se preguntó William, así no lo hubiese pedido, él no pensaba perderse el espectáculo.
Cuando Luisa bailaba William notó que le encantaba lo que hacía, era una profesional, aunque la mayoría de las miradas se las dedicaba a él, los hombres a su alrededor estaban hipnotizados, veía como muchos se acercaban a los meseros pidiendo privados con la pelirroja.
Su mirada se endureció, nuevamente se acordó que era una prostituta y quiso irse, miró a Fernando quien entendió que algo le había molestado, conocía a su amigo como si fuera el mismo. Luego William recordó porque había ido al lugar, volvió su mirada al escenario y sé nuevamente se deleitó con los movimientos precisos y sensuales de la chica.
Cuando Luisa terminó, los hombres anonadados con el espectáculo pedían más, pero la mujer solamente pensaba que había molestado a William, su mirada pasó de azul a verde en un instante, aunque después se extasió, pero moría de ganas por saber por qué tan cambiante.
La pelirroja se vistió velozmente y salió a atender la barra, desde que habían abusado de ella, Mike le había prohibido atender mesas para evitar el contacto con los hombres.
La niña se acercó al compañero que atendía la barra y dijo "Cami, cariño, cúbreme iré a una de las mesas"
El hombre la miró con sospecha estaba enamorado de ella, pero la chica le había dicho que si no quería sufrir lo mejor era ser amigos "Fuego ¡No! Mike me dijo que cero mesas, entra y yo salgo a atender fuera"
"Cami, Mike sabe, llámalo si quieres, ya regreso" Dijo la pelirroja depositando un beso en la mejilla del moreno.
Fuego llegó a la mesa de su hombre y lo miró con una enorme sonrisa "Hola Fer, hola Will"
"Hola Fueguito, estuviste linda como siempre" Fernando se despidió diciendo que tenía un privado pendiente y a Luisa le pareció tierno el diminutivo, aunque Mike se enojaría si se enterara.
"¿Y tú Will, no me dices nada?" Preguntó la bella mujer.