Hilos Del Pasado: Entre Recuerdos Y Sacrificios

Después de que William descubriera a Serafina en su habitación, la atmósfera se volvió tensa. Él la observó con atención, tratando de descifrar sus intenciones mientras ella se mantenía firme, sin mostrar señales de debilidad.

- ¿Quien eres tu? ¿Quién te dejó entrar? -,inquirió William, su tono firme reflejando su determinación por obtener respuestas.

- No se a que se refiere su Alteza - respondió seráfina con mirada inocente.

William, intrigado por la reacción de Serafina, la toma del brazo con firmeza para sacarla de su habitación, arrojandola al patio. Sin embargo, para su sorpresa, Serafina no cae como era de esperar. En cambio, se pone de pie con agilidad y gracia, revelando su destreza en el combate.

Sabía que había infiltrados de Rowan en el palacio, pero nunca imaginó que sería capaz de llevar a cabo una misión tan audaz como esta.

- ¿Quién te envió?", pregunto William.

Serafina, con una mirada desafiante, respondió, - Mis razones son mías, príncipe William. No necesitas preocuparte por ellas -.

El príncipe frunció el ceño ante su respuesta evasiva. - No me vengas con evasivas. ¿Qué busca al infiltrar a una mujer en mi palacio? -.

Serafina mantuvo su postura desafiante. - ¿Y qué si te lo digo? No cambiará nada. Mi deber es cumplir con las órdenes que se me han dado, incluso si eso significa matarlo. -

La tensión alcanzó su punto máximo cuando Serafina sacó armas ocultas de su cabello, sorprendiendo a William con su destreza y agilidad.

- ¿Cómo olvidas quién soy? - dijo William con mirada desafiante mientras se preparaba para el combate.

Serafina adopta una postura defensiva profesional, lista para enfrentarse a cualquier amenaza que se interponga en su camino. El intercambio tenso de miradas entre William y Serafina confirma las sospechas del príncipe. Ahora está más convencido que nunca de que Serafina está involucrada en algo más que una simple seducción. Sus habilidades de combate y su actitud alerta revelan su verdadera identidad como infiltrada de Rowan, dispuesta a cumplir con su misión sin importar el costo.

William no retrocedió ante el desafío. Con rapidez desenvainó su espada, preparándose para enfrentarse a ella. Los movimientos eran rápidos y certeros, cada uno luchando con determinación y habilidad. Sin embargo, a pesar de su valentía, Serafina no pudo evitar el golpe certero de William, que la derribó con fuerza. Un gemido de dolor escapó de sus labios mientras caía al suelo, la sangre brotaba de su boca.

William, con semblante serio, ordenó a sus guardias que se llevaran a Serafina para interrogarla. - Estoy seguro de que tú amo estará decepcionado de ti. - dijo con voz firme.

Con eso, Serafina fue llevada fuera de la vista de William, dejándolo solo en el patio, reflexionando sobre las implicaciones de lo que acababa de suceder. La intriga y la incertidumbre llenaban su mente mientras contemplaba el oscuro cielo nocturno.

***

Durante la visita al mercado, la princesa examinó cuidadosamente cada puesto, buscando el adorno perfecto o la ropa perfecta para presentarse al cumpleaños de su hermano. Aunque la familia imperial tiene su costurero y joyero especial, la princesa decidió hacer algo diferente. Mientras explorában, Lety y Zaida la acompañaban, comentando sobre los diversos productos que encontraban.

- Este peine es hermoso -, comentó la princesa mientras sostenía un elegante peine adornado con incrustaciones de plata. - ¿No creen que sería perfecto? -

Lety asintió con entusiasmo. - ¡Definitivamente, Su Alteza! Sería un accesorio encantador para complementar su elegancia -.

Mientras tanto, Zaida examinaba una variedad de telas finas con curiosidad, maravillada por sus colores y texturas. Sin darse cuenta, la otra doncella se acercó detrás de ella, - Estas telas son realmente magníficas, Princesa. ¡Imagino que podrían hacer maravillas en su guardarropa! -

Para Zaida, no le interesaban este tipo de cosas, lo único que hacía era observar y acompañar, pero 'supongo que tengo que comentar algo', pensó, - Esta horquilla es hermosa -.

La princesa sonrió, agradecida por los comentarios. - Sí, ciertamente lo son. Tendré que considerar algunas de estas -.

Finalmente, la princesa encontró una tienda que la satisfació, - Creo que este será el vestido perfecto -, dijo con una sonrisa mientras había elegido un vestido de color rosa con flores extravagantes.

Las doncellas asintieron con aprobación. - ¡Es una excelente elección, Su Alteza! Seguro que se verá maravillosa en el cumpleaños de su hermano -.

Con el vestido seleccionado, se despidieron del mercado, llevando con ellas el atuendo perfecto y recuerdos de una mañana emocionante entre los puestos del mercado.

Después de reflexionar sobre su papel y su relación con Zaida, Anika decidió que ser un mero observador no era suficiente. Aunque al principio había llegado con la intención de cumplir órdenes y mantenerse al margen, ahora sentía que su conexión con Zaida era un poco profunda.

Decidió que quería estar más involucrada en lo que estaba sucediendo, no solo como un observador pasivo, sino como alguien que realmente podría marcar la diferencia. Con determinación, se comprometió a apoyar a Zaida en cualquier forma que pudiera, ya fuera proporcionando información útil, protegiéndola de peligros o brindando apoyo moral.

Anika comprendió que, aunque su papel podía parecer insignificante, tenía el poder de influir en los eventos de formas que aún no había imaginado.

Después de una mañana emocionante en el mercado, regresaron al Castillo con nuevas adquisiciones en mano. La princesa estaba ansiosa por presentar su selección de regalos para el cumpleaños de su hermano William, así que se dirigieron al palacio de la princesa donde había planeado mostrarles junto con sus demás joyas, para tener una idea de cómo iria vestida al cumpleaños.

Sin embargo, al llegar al palacio, se encontraron con una sorpresa inesperada. Un grupo de hombres desconocidos estaba esperando en la entrada, aparentemente sin intención de dejarlos pasar. La princesa, intrigada, se acercó a ellos para preguntar el motivo de su presencia.

- ¿Qué hacen aquí? -, inquirió la princesa, su tono reflejando su curiosidad.

Los hombres explicaron que no los habían dejado entrar al palacio, pero que traían consigo una pequeña caja que la princesa había solicitado.

- Traemos el vino que Su Alteza ordenó, pero no nos permitieron entrar -, explicó uno de los hombres, con una nota de frustración en su voz.

Ante sus palabras, los hombres mostraron una caja elegante y lujosa, lo que dejó perpleja a la princesa, permitiendo la entrada al palacio.

- Gracias por traerlo. Por favor, pueden dejar la caja con el mayordomo en la entrada. Él se encargará -

Los hombres asintieron y entregaron la caja al mayordomo, quien la recibió con una reverencia. Con el asunto resuelto, la princesa, acompañada de sus doncellas, llevó la caja al interior del palacio.

Una vez dentro, se dirigieron al salón principal, donde la princesa ordeno abrir la caja. Las doncellas observaron con anticipación mientras ella sacaba cuidadosamente el vino de la caja. La emoción de la princesa crecía, sus ojos brillaban con admiración por la calidad y la belleza de su selección.

- ¡Espectacular! - exclamó la princesa con entusiasmo mientras admiraba la botella de vino. - ¡Qué regalo tan maravilloso para mi hermano! Estoy segura de que apreciará la calidad y el detalle de este vino.

Las doncellas asintieron con aprobación, compartiendo su entusiasmo por el éxito de su elección. Con la botella de vino en sus manos, sintiéndose satisfecha por haber encontrado el regalo perfecto para él.