Desde Que Te Vi (Saga 1)

Laurent Vitale

Al levantarme de la cama sentí como mi cabeza dolía como nunca, me sentía horrible y mi cuerpo lo percibí diferente. Intenté ponerme de pie, pero un temblor recorrió mis piernas y una punzada en mi intimidad se hizo presente. Me volví a recostar tratando de acordarme de que me había pasado y como si fueran flash, mis recuerdos me inundaron de pronto.

Recuerdo...

_ ¡Dios! Me duele todo el cuerpo _ Me quejo suavemente.

_ Ya estás consciente ¡Bien! Debes calmarte y relajarte _ Dice una voz a mi lado. Es ese tipo de voz que te hace mojar hasta las bragas.

_ ¿Qué me pasa? Me siento muy mal.

_ ¡Calma! Te drogaron, pero pronto pasará todo. Solo debes relajarte y descansar _ Dice el desconocido con voz sutil _ Si quieres puedo llamar a alguien para que venga por ti o tal vez puedo llamar a tu novio.

_ Yo no tengo novio y no quiero preocupar a mis padres. Por favor ayúdame tú _ Suplico cuando siento mi cuerpo más caliente.

_ No, yo no puedo ayudarte. Eso sería aprovecharme de tu estado actual porque no estás del todo consciente.

_ Eso no importa _ Trato de acomodarme en la cama y lo logro _ Se que solamente tú puedes ayudarme, me siento caliente y la ropa me estorba _ Digo tratando de provocarlo mientras me quito la molesta ropa.

_ Será mejor que te duermas y después ... _ Sin dejar que él continúe hablando lo beso sin importarme nada.

Él al principio dudó en corresponderme, pero poco a poco fue envolviendo mi cuerpo entre sus fuertes y cálidos brazos.

_ ¡Está bien! _ Dijo sofocado _ Te voy a ayudar, pero no quiero reclamos más tarde.

_ No habrá reclamos, lo prometo.

De un momento a otro, el desconocido se encontraba sobre mí y con mi cuerpo totalmente desnudo a su merced. Él me besaba como nadie nunca lo había hecho y yo ante sus delicadas caricias correspondía gustosa sin reparo alguno. Mis manos traviesas acariciaban su trabajado cuerpo y se aferraban a su ancha espalda como si no hubiera un mañana. Ni siquiera podía explicar la cantidad de sensaciones que él me hacía sentir en este momento.

De repente, siento como mis senos son devorados por la boca experta de este espécimen. El cual se aferra a ellos como si fuera un niño pequeño el cual lame y mordisquea a su antojo. Sin embargo, como si eso ya no le bastara. Fue descendiendo aún más hasta llegar a mi entrepierna, ese lugar íntimo que nunca nadie ha visto y por un acto reflejo. Cierro mis piernas por la vergüenza de saber que su rostro estará justo ahí. Sin decir una sola palabra, mi sexy desconocido me regala una sonrisa y prosigue a separar mis piernas de nuevo para después acomodarse entre ellas.

_ ¿Nunca nadie te ha tocado con la boca aquí? _ Preguntó él acariciando mi feminidad a lo que yo negué con la cabeza soltando un jadeo.

Él al ver mi respuesta, me dio una sonrisa de lado, la cual me pareció super sexy y me deje llevar por el mayor placer jamás sentido.

Sentía como él me devoraba por completo mi monte de venus, haciéndome gemir como loca mientras mi cuerpo vibraba por su causa. De pronto, noté como mi vientre se contrajo y minutos después, una explosión surgió de mí arrastrándome a la oscuridad del máximo lívido. Sin duda un orgasmo increíble.

_ Estuviste fantástica, bonita. Tienes un sabor exquisito _ Dijo acariciando mis labios con la yema de sus dedos.

_ ¿Debería tomarlo como un cumplido?_ Él asintió _ Entonces bien, porque aún quiero más.

Volviendo a besarlo, ahora me probé a mi misma. Supongo que debería de haber sentido asco al besarlo después de lo que acaba de hacer, pero en vez de eso. Mi excitación y deseo por él creció aún más. Aunque mentiría si dijera que no tenía miedo por lo que estaba a punto de pasar, no obstante ya era demasiado tarde para retroceder ahora y pensar en lo que estaba haciendo.

Empezar a sentir como el desconocido comenzaba a abrirse paso entre mis piernas sin ninguna delicadeza. Provocó en mí un fuerte dolor que me llenó por completo, haciéndome dar un pequeño grito ahogado en su hombro. Percibo claramente como el cuerpo del hombre que se acaba de llevar mi virginidad se tensa, y es porque estoy segura de que esto no lo esperaba.

_ ¿Eres virgen? _ Preguntó sorprendido.

Asentí con la cabeza y una lágrima escapó de mis ojos. Ahora me sentía como una tonta por lo que acaba de pasar, así que sin más escondí mi cara en su pecho para que no me pudiera ver. Es que si tan solo le hubiese dicho antes, ahora no me sentiría como una completa idiota.

_ ¡Hey mírame! _ Me dice y lo hago _ Perdoname, no quise lastimarte _ Acarició mi mejilla _ Te prometo ser cuidadoso a partir de ahora, bonita.

...

Así tal cual lo dijo, él hizo que mi primera vez no fuera del todo un desastre. Yo solamente podía sentir como sus embestidas en un principio eran lentas y suaves, todo buscando que yo me adaptara a él. A medida que eso pasaba, mi cuerpo pedía más a cada segundo. La pasión y la locura me invadían por completo, haciendo que mis caderas se movieran prácticamente solas.

Cuando las súplicas de mi cuerpo le hicieron entender que necesitaba más, solamente arremetió con más fuerza sobre mí. Haciéndome gozar de placer entre sus brazos. Eran tantas las emociones y sensación que sentía, que me aferré a su ancha espalda arañando como una gata salvaje.

Sin sentirme conforme con lo que estábamos haciendo, me las arreglé para darle la vuelta y quedar sobre su regazo. Él me sostuvo de las caderas para ayudar a moverme porque aún para mí se percibía bastante raro. Aun así, al hacerlo me sentía como una diosa cabalgando a semejante hombre. Hasta que después de unos movimientos más, llegamos al clímax juntos.

Mi cuerpo se desplomó junto al suyo, luego de ese espectacular orgasmo. Me sentía agotada, pero feliz. Miré a su lado y vi como su pecho subía y bajaba a un ritmo acelerado.

_ ¡Eso fue increíble bonita! _ Dijo aún sofocado.

_ Tienes toda la razón _ Dije de igual modo que él.

Y sin más mis ojos comenzaron a sentirse pesados. Había experimentado mi primera vez de la mejor manera y con un hombre majestuoso. Quien diría que Santiago Vólkov sería tan buen amante ...

Fin de Recuerdo ...

Me sentí mal, me faltaba el aire. Sin duda no puedo creer que esto me esté pasando a mí. Debe ser una maldita pesadilla ¡Me acosté con el hijo de mi jefe! Solo podía gritar y maldecir a mi antojo ¿Por qué de todas las personas de este mundo, tuve que entregarle mi virginidad a él?

La puerta de mi habitación se abrió dejando ver a mi hermana y a mi mejor amiga, que al verme en el estado en que estaba no dudaron en correr hacia mí y abrazarme.

¿Qué pasará ahora con mi vida? ¿Qué voy hacer? ¿Cómo lo veré a la cara otra vez? Únicamente podía pedir que un milagro sucediera y borrara todo lo que había pasado entre nosotros esa noche.