Math Ruttherfrod es un hombre de gran poder y envergadura en el mundo de los negocios, conocido por su frialdad, carácter fuerte y un temple irrefutable, a sus treinta y cuatro años de edad, se ve obligado a aceptar un matrimonio por contrato, solo para ayudar a su hermano menor a salir de la mafia. Ahora debe lidiar con un matrimonio el cual no deseaba con nada menos que la nieta de la mafia, quien además es conocida como, una mujer perdida y descarada entre la sociedad. Por otro lado, Samanta es una mujer que desde niña fue criada para llevar una responsabilidad a la que no estaba preparada para enfrentar, aparte ahora debe lidiar con un matrimonio sin amor y un esposo que no le importa en lo mas mínimo demostrarle abiertamente su odio hacia ella. ¿Qué podría resultar de una unión en la que ambos estuvieron obligados?
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Capitulo 5. ¿Quién resistirá mas?
Maldita mujer desquiciada, ¿Cómo se atrevió a golpearlo?, se hace la ofendida cuando claramente estaba coqueteando con su sirviente, no era algo que al él le importara, esa tipa podía costarse con cuántos hombres le diera su estúpida gana, para él, ella solo era una simple mancha, que solo causaba una molestia en su panorama. Pero eso no quería decir que iba a permitir verle la cara de estúpido ante todos, además es tan descarada que se atrevió a irse con el tipo, lo más seguro es que deben de estar buscando algún lugar donde revolcarse. Apenas era el segundo día de matrimonio y ya le estaba demostrando que tan ciertos eran los chismes que rondaban a su alrededor, descubriendo que es peor de lo que se dice.
Math, ya sabía que esto sería de esa forma, ¿Qué se podría esperar de ese tipo de mujeres?, acostumbrada a vivir en un mundo de libertinaje, rodeada de amantes a los cuales cambiaba tanto como se cambiaba de ropa, era de lo peor, y ahora para rematar se hace la digna y ofendida, cuando él la trata de enfrentar, ¿Cómo se puede ser tan descarada? Lo peor era que debía soportarla durante un año entero, mientras ella corretea a los brazos de cuanto hombre se le presente, él no tenía tiempo para estar al pendiente de un tipo de mujer así, pero tampoco quería que su imagen se viera afectada por las perdiciones de su esposa, así que debía ingeniar alguna estrategia para mantenerla controlada.
- ¡Adelante! – dice al escuchar que tocaban la puerta
- Señor – era el chofer del auto – ya está todo listo para marcharnos – le dice
- ¿Mi esposa? – le pregunta, quería saber si la mujer había actuado de forma imprudente.
- Ya se encuentra en el auto, señor – le responde – aunque me ordeno que le buscara su maleta – le dice viendo la maleta de Samanta aun en la habitación.
- ¿mi esposa te dijo que le llevaras la maleta? – le dice
- Si señor – responde
- Así que teniendo un sirviente aquí, manda a mi chofer a que le haga las diligencias – sonríe – Vámonos – camina hacia la salida.
- Si – el hombre se acerca a la maleta
- No, no – lo detiene – deje esa maleta allí, si ella quiere que envié a su sirviente a buscarla – ella misma lo dijo, él no se meterá con sus sirvientes, pero ella tampoco mandara a sus empleados, ese juego lo pueden jugar ambos – salen de la habitación los dos hombres dejando el equipaje.
Llegaron al estacionamiento, Math se subió al auto, donde ya se encontraba Samanta, quien lo ignoro como si fuera invisible para ella, luego se subió el chofer y encendió el auto.
- ¿Trajo mi maleta? – le pregunta Samanta al notar que el hombre no había abierto la maleta del auto para guardarla.
- No señora – le responde el hombre de forma dudosa, sabía que recibiría una reprimenda por ella, al fin y al cabo, ella era la esposa de su jefe.
- ¡¿Qué?! – se molestó nuevamente - ¿por no lo hizo?, le dije claramente que la trajera- le dice molesta
- No lo hizo porque él no es sirviente tuyo – le responde Math.
- ¿Qué dijiste? – le dice molesta
- “¿Quién te crees para mandar sobre mis sirvientes?” – le dice – esas fueron tus exactas palabras, ¿no es así? – la mira con odio – en ese caso ¿Quién demonios te crees que eres para querer mandar a mis empleados?, tu querido sirviente fue tan inútil que dejo tu maleta en la habitación, mis empleados no tienen por qué pagar por ello – sonríe de forma maliciosa, exactamente de la misma forma en la que lo hacía Frederick, algo en lo que al perecer esos hermanos se parecían - así que dile a tu “sirviente” si es así como te gusta decirle, que mueva su trasero y cumpla con su trabajo como es debido.
- ¡Bien!, entonces será de esa forma – dice acomodándose en el asiento y mirando hacia la ventana – Comprare más ropa al llegar a nuestro destino – dice molesta, por suerte todas sus cosas de valor e identificaciones, se encontraban en su bolso de mano, el cual ya estaba en la maleta del auto.
- ¿Piensas montarte así en el avión? – le dice viendo su ropa de dormir que llevaba aun puesta
- Iré a alguna tienda antes de ir al aeropuerto – le dice viendo hacia la ventana, no quería verlo, sentía que su odio crecía cada que lo miraba.
- ¿señor? – le dice el chofer para saber si ya podían ponerse en marcha o no.
- Haga lo que la señora dice – le dice al chofer – pararemos en alguna tienda, de todos modos, el dinero que está derrochando es el suyo – típico de las niñas mimadas, gastar dinero sin siquiera importarle.
- Ok señor – comienzan a ponerse en marcha, al llegar al centro el chofer baja un poco la velocidad – señora, ¿desea que la lleve a una tienda en específico? – dice viéndola por el retrovisor.
- No, cualquiera estará bien – le responde in dejar de ver el camino por la ventana.
- Muy bien – pararon en la primera tienda de ropa que consiguieron, a petición de Samanta, estaban medidos de tiempo así que no podían ir más lejos del aeropuerto - ¿está segura señora? – le dice el chofer dudando de la decisión de la mujer.
- Si, está bien, solo es ropa – le dice despreocupada bajando del auto luego de que se estacionaran, tras ella iba su guardia.
- ¿Por qué hiciste todo ese alboroto por una tienda? – le dice Math al chofer luego de que la mujer se marchara.
- Pues, es que esa tienda no parece ser de las que visitarían mujeres como la señora – le dice tratando de explicarse.
- ¿Por qué?, explícate mejor – le dice
- Señor, es que ese tipo de tiendas es más como para mujeres como mi esposa – suspira al ver la confusión en la cara del hombre – es decir, de pocos recursos.
- Oh, interesante – dice luego de entender a lo que el hombre se refería.
Al cabo de media hora, la mujer apareció con una bolsa de comprar y con vestida con una ropa diferente, subió al auto y siguieron su ruta hacia el aeropuerto. Llegaron al lugar, chequearon su vuelo y esperaron hasta su abordaje, hasta que por fin subieron al avión directo a su destino, para comenzar su “Luna de miel”, aunque era más una tortura para ambos.
espero que pueda encontrar suplicas y arrepentimiento 😉💜