¡Estás Contratada, Sé Mi Esposa!

Tres meses después todo seguía tomando su rumbo, la barriga de Anne crecía cada día más, Eva ya no estaba siendo vigilada por los hombres de Isaac a pedido de su madre así que iba todos los días a ver a su mejor amiga y a Gracie, estaba tan contenta de tener un sobrino o sobrina que cada vez que visitaba el departamento llegaba con algo nuevo.

-Eva, en la última semana haz traído diez biberones, cuatro chupones y veinte piezas de ropa. -Dijo Anne muerta de risa. -Tienes que parar con las compras compulsivas, aún no sabemos el sexo de bebesito.

-¡No puedo evitarlo, ya pedí por internet un asiento para coche que te va a fascinar! -chillo la castaña, Anne suspiró, nunca iba a ganarle a Eva en una conversación.

-Pero no puedes estar gastando tu dinero en regalos para bebesito. -Dijo Anne tomándose su abultada barriga. -Ya tiene suficiente con que su mamá y sus tías lo amen con el corazón.

-¿Solo tía? ¡Discúlpame amiga, pero yo seré la madrina de esa criatura! -Anne levanto las manos en seña de paz mientras reía.

-¡Claro que lo serás! -Eva tocó la barriga de Anne mientras le hacía cariños. -Nunca pensé estar embarazada, Eva, pensé que con Gracie lo tenía todo y ella es de las personas más importantes para mí, pero con la llegada de bebesito todo cambio, ahora lo quiero en mi vida.

-¿A qué viene eso? -Preguntó la chica mirándola mientras ambas se sentaban en el sofá.

-Tengo miedo. -Murmuro mientras veía su barriga de cuatro meses. -Mucho miedo. -Añadió.

-No tengas miedo, créeme que no dejaré que Isaac te quite al bebé, sobre mi cadáver. -Dijo la chica. Anne suspiró.

-Jamás te lo he preguntado pero... -Hizo una pausa dudando de si seguía hablando y decidió proseguir. -¿Cómo está él?

-Está bien, estos meses ha viajado mucho, tiene un proyecto sobre unas telas de seda y a lo que mamá ha dicho llega mañana de Asia, tiene un mes fuera del país. -Anne la miró. -¿Estás pensando en hablar con él?

Anne no supo que decir, quería gritarle a los cuatro vientos que estaba esperando un bebé suyo, pero el miedo se apoderaba de ella, aunque al principio hubo dudas ya no las tenía más, ella quería a su hijo o hija y no quería separarse de él o ella, sería como si le arrancarán un pedazo de su corazón y el solo pensar en eso le daban escalofríos.

-No lo sé, Eva, no lo sé. -Murmuro.

-Deberías pensarlo, Isaac es otra persona Anny, los primeros meses tuvo el vicio de la bebida, pero lo dejo con ayuda de Joshua y mi madre que no lo dejo jamás.

-Joshua es un buen amigo, es muy afortunado de tener a la familia en su vida. -Añadió Anne, Eva asintio. -Y tu madre es la mejor, envíale mis saludos. -Sonrio débilmente.

-Si, también es afortunado por tener tu corazón Anny y es hora de que lo reconozcas. -Las chicas se miraron a los ojos.

-¿De qué sirve que yo lo quiera si él a mí no?

-Él también te ama Anny y mucho. -Anne negó.

-Me buscó por orgullo, para demostrarme quien manda, no porque me amé. -La castaña suspiro.

-No viste lo que yo vi, estaba desesperado, yo jamás lo había visto así... Le quitaste la respiración y las ganas de vivir, lo puedo jurar. -Anne parpadeo rápidamente sin poder creer lo que escuchaba.

-Mañana cumpliríamos cuatro meses de casados. -Menciono en voz baja aún acariciando su barriga.

-Piénsalo sin presión, el día que quieras verlo yo misma voy por él y lo traigo.

-¿Cómo están tus papás? -Dijo cambiando de tema pues ya no quería hablar sobre eso, la lastimaba mucho. Con tener a Gracie insistiendo todos los días para ver o hablar con Isaac era más que suficiente.

-Mamá está perfecta, siempre que nos vemos me pregunta por ti y papá comenzó un nuevo tratamiento y ha estado un poco delicado estos días. -Dijo la chica tristemente.

-Envíales mis saludos y espero que el señor Greg se recupere. -Dijo Anne.

-No quiero presionarte Anne, pero si mi padre te viera con esta barriga alegrarías el tiempo que le queda de vida. -Anne suspiró. -Ellos claramente no saben de tu estado, mamá sabe que te estoy ayudando y papá piensa que te vas a divorciar de Isaac, es todo.

-Es bueno que no lo sepa, y con respecto a la visita, ¿lo puedo pensar? -Eva asintio.

-Tienes muchas cosas que pensar mujer, así que yo me retiro. -Eva beso la frente de la chica, acaricio la barriga de Anne para después despedirse de Gracie quien veía el televisor en su habitación. -Tengo clase en quince minutos.

-Mañana tengo cita con el ginecólogo, quizá me digan el sexo de bebesito. -Anuncio Anne, Eva sonrió.

-Envíame la información por mensaje de texto y veré si puedo alcanzarte. -Eva abrió la puerta. -¡Qué emoción! -Chillo para abandonar el departamento. Anne suspiró.

¿Qué será lo correcto?

§§§§

Isaac

Isaac bajo del jet encontrándose la camioneta con Broddy parado fuera del piloto, el rubio se dirigió al coche y entró.

-Es bueno tenerlo de vuelta. -Dijo Broddy mientras encendía el coche.

-Si hubiera podido quedarme más tiempo allá, lo hubiera hecho, aquí solo pienso en cosas que no quiero. -Murmuro, el chófer prefirió no responder.

-¿Lo llevo a su casa? -Isaac levanto la vista desde su celular y negó.

-A la oficina.

Quince horas de vuelo no habían sido suficientes para Isaac, se había vuelto un adicto al trabajo, incluso más que antes, ya funcionaba como un robot, salía muy temprano de casa para volver muy noche, solamente sumergido en el trabajo no le daba el tiempo para pensar.

Él admitía que había cometido un error, ¿y quién no los había cometido? ¿quién era perfecto? Nadie, porque como humanos tenemos el privilegio de equivocarnos y aprender de nuestros errores, y él ya lo había hecho, estaba pagando a un precio muy elevado su mayor error.

La primavera estaba llegando y mientras Isaac veía por la ventana los árboles florecer miles de pensamientos inundaban su mente, no había dejado de pensar en Anne ni un día de su vida y eso lo estaba consumiendo, estaba aprendiendo a vivir sin esa chica con la que convivió tan poco tiempo, pero que le robó el corazón y si, ya lo estaba asimilando, Anne le robó el corazón como ninguna mujer no había hecho jamás.

Decidió seguir el sabio consejo de su madre y no proceder legalmente porque como esa ocasión donde lo encontró hecho trizas le dijo "Si ella quiere volver, lo hará sin necesidad de volver a ser forzada" y el esperaba con ansias ese momento que no parecía llegar, los días, horas, minutos y segundos le parecían eternos.

Al llegar al edificio su viejo amigo lo recibió, Joshua le dio un abrazo. -Amigo, te ves muy mejorado.

-Lo estoy. -Dijo seriamente.

-Que bueno verte, recibí los correos de Asia y los inversionistas están muy contentos, la mercancía llegó en tiempo y forma y ya está en camino a los compradores ¡estamos haciendo millones, hermano! -Dijo animado. -Esto merece un brindis.

Los dos caminaron a la oficina de Isaac en dónde los recibió Laura con una sonrisa.

-Señor Harris que bueno tenerlo de regreso. -dijo la mujer. -tiene una visita especial que si me disculpa me tomé el atrevimiento de comentarle que llegaría hoy.

Isaac frunció el ceño y miro a Joshua quien tampoco comprendía, una luz llegó a sus ojos pensando que sería Anne, pero cuando ambos se apresuraron a entrar a la oficina la sonrisa decayó encontrando a Kate sentada en el sofá.

-Querido te he buscado tanto. -Dijo Kate acercándose a él mientras le daba un abrazo, Isaac no le correspondió.

-¿Qué haces aquí? -dijo el rubio mientras la separaba de él. -¿Qué buscas Kate? No estoy de humor.

-Supe que te estás divorciando y vine a darte todo mi apoyo. -Dijo mientras se volvió a acercar a él.

Isaac iba a responderle, pero su celular comenzó a sonar, era Judith.

-Mamá estoy en algo importante, ¿te importa sí...? -El sollozo de Judith no dejo terminar de hablar a Isaac.

-Isaac, es tu padre, se lo están llevando en ambulancia. -dijo Judith alterada. -Estaremos en el Saint Anthony Hospital.

-Voy para allá. -Y colgó. -No tengo tiempo de hablar contigo Kate, tengo que irme.

-¿Qué pasa amigo? Te cambio la cara. -Dijo Joshua.

-Es mi padre, lo llevan al hospital. -dijo el rubio apresurado.

-Te llevo. -dijo Joshua.

-Voy contigo Isaac, sabes que tu padre y yo nos tenemos apreció, quisiera ver qué todo esté bien.

-Como quieras -dijo Isaac. -Pero te vas en tu auto.

Y sin más, los tres partieron al hospital.