Villana, Sé Mi Salvación.

Roderick envío a un par de sirvientes a la capital para vender el vino de manzana, quiere ver si esto resulta llamativo, de ser así, preparará más para venderlo en diferentes tiendas y en dado caso que no funcione, tendrá que buscar otra opción de negocio.

— la bebida sabía bien, estoy segura que funcionará.— lo anima su madre.

— espero así sea. Sabes madre, en el pueblo escuche que la princesa del imperio trois blanc llegó al palacio y el emperador quiere una alianza matrimonial.— se sienta sirviendo té.

— eso escuche de Cecilia, siento pena por esa joven si sus padres aprueban el matrimonio con el emperador, ese viejo solo es un pervertido que busca jovencitas.— se queja su madre.

— ¿también lo crees?, no creo que la princesa sea tonta, seguramente lo rechaza, aunque eso causaría problemas entre los imperios.— murmura.

Y así será, pero él sabe, que el emperador solo estará firmando su ejecución al declarar la guerra. Si lo piensa bien, quizás debería entrenar más, si inicia la guerra necesitará defenderse y ahora que lo piensa, la rebelión era parte importante en la historia, aunque esta no funciona, solo quizás si consigue la ayuda correcta. ¡eso es!, en lugar de esperar que suceda, debería buscar al aliado más fuerte para derrocar al emperador y quien más, si no la cuarta princesa, ella puede ser clave para ganar y si gana, el duque pierde, al igual que la concubina y su hijito adorado. Roderick sonríe, su idea es buena, debe buscar a la princesa.

— madre, ¿usted sabe cuanto tiempo estará esa princesa en la capital?—

— esa información no me la dieron, quizás no este mucho tiempo. ¿Acaso quieres conocerla?— pregunta la duquesa por curiosidad.

— n-no, solo fue curiosidad. Bueno, iré al pueblo, vi una armería y quiero comprar una espada para practicar.—

Se disculpa con la duquesa y se va rápidamente hacía los establos para ir al pueblo, ahí deben de saber un poco con respecto a la visita de la princesa y seguramente las señoras del mercado, son las informadas.

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Por otro lado, la princesa se reúne con el emperador, quien le menciona que el contrato estaba bien y tiene clausulas que los beneficia a ambos, pero antes de colocar su sello, le sonríe a la princesa.

— sin embargo me gustaría hablar de una mejor alianza.— sugiere.

— ¿que puede ser mejor que este tratado?— pregunta la joven, aunque se imagina de que trata.

— como tratado de paz, me gustaría que la princesa se casará conmigo, piénselo, sería la emperatriz de Alkala.— ofrece mientras observa con una amplia sonrisa a la joven.

Elias quien estaba en la puerta, solo niega con la cabeza, justamente lo que le dijo que no haga, fue lo primero que hizo.

— si yo quisiera ser emperatriz de Alkala, tomaría este imperio con mis propias manos después de cortarle la cabeza.— expresa la joven.

El emperador puede ver los ojos de carmesí de la chica y estos parecían brillar al momento de sentir un escalofrío recorrer su cuerpo. Pero el emperador no piensa rendirse, le devuelve el documento.

— no quiera hacerse ver ruda princesa. No le queda de otra que aceptar mi propuesta si quiere que firme ese tratado.— el emperador habla molesto.

— bien. Elias, que todos se preparen nos vamos, el tratado de comercio este años no se renueva. Con su permiso majestad.— responde la chica.

El emperador no podía creer que ella fácilmente haya aceptado romper el tratado de comercio, pues pensó que al amenazarla con ello, la joven aceptaría su propuesta, pero estaba tan equivocado, aún así, cuando la chica planea irse, el emperador la sostiene del brazo con fuerza.

— piense lo que hace princesa, no querrá poner en riesgo su imperio, su rechazo, traerá consecuencias.— le advierte.

— adelante, quiero ver esas consecuencias. Finalmente tendré un poco de diversión.— se burla la rubia.

El emperador no ve mi un rastro de miedo en la mirada de la princesa. Esta le aparta la mano y camina hacía la salida del salón siendo rápidamente acompañada por los guardias que se quedaron, mientras que Elias da la orden de levantar todo, pues ya se marchan de ese lugar.

El emperador solo ve como la caravana de la princesa cruza las puertas del palacio, mientras se aleja poco a poco, esto lo tenía furioso, esa chiquilla se había atrevido a rechazarlo, así que se tendrá que enfrentar a las consecuencias.

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Cayendo la noche, la caravana llego a las afueras de un pueblo, donde Elias se acerco al jefe para pedir permiso de acampar cerca, ya que llevan horas viajando y sus caballos y caballeros ya necesitan un descanso, por supuesto, el jefe da el permiso.

Roderick quien se había quedado en el pueblo obteniendo información, subió a su caballo de regreso, pero se detiene al ver la caravana con el escudo llamativo de trois blanc, eso significaba que era su noche de suerte, esa caravana podría ser de la cuarta princesa. Al haberse detenido, dos caballeros se acercan a él preguntando sobre su identidad y porque de ha detenido.

— Roderick Ravenmoon, mi villa esta cerca y me dio curiosidad, su escudo...¿son de trois blanc?— pregunta curioso.

— así es, nos vamos de regreso a nuestro imperio. Adelante sigue tu camino o será peligroso, no deberías salir sin escolta.— le advierte uno de los guardias.

— o es muy tonto o muy fuerte si sale sin guardias.—

Roderick mira hacía donde vino aquella preciosa voz femenina, notando a la bella chica de cabello dorado y ojos carmesí, era sin duda una mujer hermosa, nisiquiera en su vida pasada, conoció a una mujer así, estaba fascinado con ella, pero sacude la cabeza, no puede dejarse llevar por la belleza, su objetivo era otro, así que trata de salir de su fantasía.

— se me hizo tarde y no tengo demasiadas escoltas, a diferencia suya.— sonríe.

— es raro que un noble no tenga escoltas, ¿un noble caído?— pregunta la joven.

— algo así. Usted...imagino es una noble, una de gran estatus...—

— Aleksandra Chevalier, cuarta princesa de trois blanc, aunque creo que ya sabía que soy de la familia imperial.— responde la chica.

Roderick se sobresalta al escuchar el nombre de la joven, pues era justamente la persona que había ido a buscar.

— yo no...s-si, de hecho, justamente quería encontrarme con usted.— Roderick baja del caballo.

— ¿por qué querrías encontrarte conmigo?, no creo conocerte y asumo que eres de este imperio.— menciona Aleksandra.

— si, pero lo que debo decirle es importante y si usted ya se marcha, es porque el emperador debió ofenderla, o más bien se propuso y usted lo rechazó.—

Aleksandra mira fijamente al chico, mientras que los dos guardias se miran entre si, porque era justamente lo que había pasado.

— para ser del campo estás muy informado, incluso con información de algo que paso hace algunas horas.— Aleksandra ya estaba a la defensiva.

— es porque yo se algunas cosas, se que esto solo es un plan del emperador, una excusa para declaras la guerra y planea decirle al imperio que es trois blanc quien inició la guerra.—

Y ahora, Roderick ya estaba siendo rodeado por los caballeros de Aleksandra, mientras que ella parecía verlo con desconfianza, ya que el chico sabe más de lo que cualquiera podría saber de algo que paso hace poco y sobre algo que no ha pasado.

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