LA VENGANZA DE LA ESPOSA

...Angelice había pasado sus últimos días en casa de sus padres disfrutando de la paz que hacía mucho tiempo no sentía. Su madre y su padre se aseguraban de que cada instante fuera cálido, sin presiones, sin incertidumbre. Pero al mismo tiempo, las sombras del pasado aún la acechaban. Joseph seguía negándose a darle el divorcio, y lo hacía con tal determinación que incluso había llegado a pagar para que algunos abogados rechazaran el caso. Aunque Lorenzo y su esposa tenían el poder y los recursos para luchar contra él, se habían encontrado con una barrera inesperada: Joseph ya no era el joven dependiente de su suegro. Con los años, se había convertido en un hombre de dinero y poder, uno al que difícilmente se le podía decir que no....

...Mientras Angelice intentaba encontrar claridad, en la mansión de Joseph, su madre hablaba con él sobre una posible adquisición que llevaba tiempo planeando: la compra de la empresa de los Alcott. Era una estrategia que ella consideraba crucial, pero Joseph se negaba rotundamente. —No me interesa —soltó con firmeza. Su madre frunció el ceño y le dedicó una mirada fría. —Tarde o temprano, esa mujer te dará el divorcio —aseguró—Y cuando eso pase, quiero que estés más fuerte que nunca. En los negocios, solo sobrevive el más fuerte, Joseph. Esto no se trata de caprichos, se trata de asegurar tu posición. Judith, sentada junto a él, intervino con voz calmada, pero incisiva. ...

...—Tu madre tiene razón. Si esto favorece a tu empresa, deberías hacerlo....

...—Joseph, no puedes continuar haciendo caso omiso a esta valiosa oportunidad. La empresa Alcott se está debilitando, y si no la aprovechamos en este momento, es muy probable que otra persona lo haga. ¿De verdad estás dispuesto a permitir que otro se beneficie de lo que podría ser nuestro? —siguió Leora, su tono era sereno, pero cada una de sus palabras estaba impregnada de una clara determinación....

...Él exhaló con frustración, acomodándose en su asiento. —No me interesa. No necesito comprarla....

...Su madre chasqueó la lengua y dejó la copa sobre la mesa con un leve golpe. —Eso no es cierto. Tal vez no lo veas ahora, pero lo necesitas más de lo que crees. Esa empresa tiene conexiones en Europa, clientes de alto nivel que podrían abrir nuevas puertas para nosotros. Pero si tú sigues obstinado, otras manos aprovecharán esa influencia....

...Joseph se pasó una mano por la cara, visiblemente cansado del tema. Judith, sentada a su lado, intervino con un tono sereno, pero inquisitivo. —Tu madre tiene razón, Joseph. Si esto realmente favorece a la empresa, deberías hacerlo....

...Pero él se levantó, harto de la conversación. —No madre....

...Su madre, sin perder la compostura, entrecerró los ojos. —Hijo, es estrategia. En los negocios no puedes ser sentimental. Mira dónde te ha llevado tu obstinación con Angelice. Estás aferrado a algo que ya no tienes, en lugar de pensar en el futuro....

...Joseph la miró con seriedad....

...—Si no tomamos esa empresa ahora, en menos de un año, su competencia la absorberá. ¿Y sabes lo que pasará? En lugar de negociar con los Alcott, tendrás que negociar con alguien mucho más fuerte, alguien que no te dejará espacio para maniobrar....

...Judith le dedicó una mirada calculadora. —Ella tiene razón. Esto no es un asunto de capricho, es una decisión que podría definir tu empresa para los próximos años....

...Joseph permaneció en silencio, el peso de sus pensamientos cayendo sobre él. Porque por más que intentara negarlo, las palabras de su madre tenían sentido. Mantuvo su mandíbula aún apretada, Mientras sus pensamientos giraban en un torbellino de emociones. Angelice lo odiaba ahora, eso era evidente, pero ¿y si su madre tenía razón? ¿Y si tomar el control de la empresa de su suegro no era solo una forma de castigo, sino de salvación?...

...Por un instante, la idea lo tentó. Si tuviera el poder absoluto sobre la empresa de su familia, Angelice no tendría más opción que quedarse. Tal vez, con el tiempo, podría hacer que lo viera de otra manera, que entendiera que él aún la necesitaba, que todo esto... era por ella....

...Pero, ¿eso realmente funcionaría?...

...La duda se filtró en su mente, pero no la suficiente como para desechar la idea por completo....